La historia, al igual que la verdad, casi siempre sale a nuestro encuentro. Es precisamente sobre la verdad y la propaganda y su influencia en la historia, sobre lo que el escritor reflexiona también en el conjunto de escritos de Mi guerra civil española
George Orwell, militante de las Brigadas Internacionales./elpais.com |
El británico John Sommerfield (1908-1991), perteneciente a las Brigadas Internacionales y que llegó a España al poco de estallar la Guerra Civil, publica Volunteer in Spain (Voluntario en España) como resultado de su experiencia. Es uno de los primeros libros que narran las experiencias de los brigadistas ingleses en torno a la Guerra Civil Española. Se publica en julio de 1937 en una editorial, Lawrence & Wishart, cercana al Partido Comunista y al movimiento obrero. A esta publicación se refiere George Orwell (1903-1950) en su crítica sobre el libro en Time and Tide
y que se publicó el 31 de julio de 1937, tachándola de “panfleto
sentimental”, para añadir a continuación: "Es casi seguro que saldrán
buenos libros de los miembros de la Brigada Internacional, pero
tendremos que esperar a que la guerra termine”. Cierto es que, cuando
escribió estas tempranas memorias de la Guerra Civil, Sommerfield era un
comunista convencido, algo que ya para entonces Orwell no solo habría
superado sino que estaba en abierta oposición.
En Mi guerra civil española se reúnen un conjunto de
críticas a libros, cartas y artículos de prensa, escritos por George
Orwell focalizados en el conflicto. Desde su propia experiencia, y con
un acentuado juicio crítico de intelectual comprometido, nos adentramos
en la Guerra Civil Española. Fue publicado en Londres en 1968 formando
parte de los cuatro volúmenes en los que los editores Ian Angus y Sonia
Orwell recogieron toda su obra.
Eric Arthur Blair, verdadero nombre de George Orwell, nació en
Motihari, población de la India británica. Después de su paso por el
tradicional Eton, ingresó en el cuerpo de la Policía Imperial de
Birmania. Antiimperialista convencido, descubre su atracción por la
literatura en su etapa de juventud, a ella se dedicará alternándola en
un principio con otros trabajos. Con sus escritos difundirá sus
experiencias y pensamiento político y social. Antes de su viaje a España
en diciembre de 1936, ya ha publicado Sin blanca en París y Londres, Días de Birmania y ha enviado el manuscrito de The road to Wigan Pier (El camino de Wigan Pier),
que se publicaría el 8 de marzo de 1937 por Victor Gollancz y será
seleccionado por Left Book Club Edition como libro del mes. En él habla
ya de la importancia del bombardeo realizado sobre Madrid en 1936 por el
ejército rebelde y avisa del avance de las fuerzas de Mussolini y su
impacto en la política exterior británica. Este libro, por cierto, sería
uno de los títulos que formaban parte de la Biblioteca que las Brigadas
Internacionales tenían en el Centro de Convalecencia en Benicasim.
Valora en positivo la experiencia que narra el austriaco Franz Borkenau (1900-1957) en The Spanish cockpit (El reñidero español).
Un libro sobre la Guerra Civil Española en el que según Orwell, el
autor no pierde “la serenidad” y "quizá me precipite al afirmar que es
el mejor libro escrito hasta ahora acerca de este tema”.
El sociólogo y periodista Franz Borkenau, antiguo comunista y agente
del Komintern, viaja en dos ocasiones a España, en agosto de 1936 y
enero de 1937. En ambos viajes permanece en el lado republicano, si bien
intentó pisar suelo rebelde pero no lo consiguió. Relata pues en su
libro, publicado también en 1937, su propia experiencia, la visión que
tiene de la izquierda española, sus tendencias, sus antagonismos, sus
logros y sus fracasos. Nos habla de la gran diferencia existente en el
ambiente republicano que se encontró entre esas dos fechas. La
supremacía anarquista y revolucionaria de los primeros meses de guerra
se había transformado en enero de 1937 en un cambio de poder hacia los
comunistas, y en una gran rivalidad entre ellos que asfixiaba el
ambiente social: “Actualmente es imposible… discutir abiertamente ni
siquiera los hechos básicos de la situación política. La lucha entre el
principio revolucionario y el no revolucionario, encarnados
respectivamente en los anarquistas y en los comunistas, es inevitable ya
que el fuego y el agua no pueden mezclarse… Pero como a la prensa ni
siquiera se le permite que hable de eso, nadie tiene idea clara de la
situación y aparece el antagonismo político, no en lucha abierta para
ganarse a la opinión pública, sino en intrigas por la espalda,
asesinatos por pistoleros anarquistas, asesinatos legales por la policía
comunista, alusiones en voz baja, rumores públicos”.
Borkenau fue encarcelado por troskista
y liberado unos meses después. La atmósfera de persecución la expresa
claramente Orwell, que coincide con Borkenau en el ambiente social que
reinaba una vez que los anarquistas habían perdido el poder en favor de
los comunistas: “Si eso es cierto en febrero, ¡cuánto más lo es ahora!
Cuando yo salí de Barcelona el pasado junio, [1937] el ambiente allí,
entre las incesantes detenciones, los periódicos censurados y las hordas
de patrullas de policía armada, era una pesadilla”.
No hemos de olvidar que Orwell había servido en las milicias del POUM, partido suprimido por el Gobierno y cuyos miembros habían sido perseguidos.
Escribe el 31 de julio de 1937 en una carta dirigida a Rayner Heppenstall incluida en Mi guerra civil española:
“Pero aunque nosotros nos libramos bastante bien, casi todos nuestros
amigos y conocidos están en la cárcel y es probable que sigan allí
indefinidamente, sin que se les acuse de nada más que de 'troskismo'.
Cuando me marché ocurrían allí las cosas más terribles, detenciones en
masa, heridos sacados a rastras de los hospitales y encerrados en la
cárcel, gente hacinada en asquerosos tugurios donde apenas tenían sitio
para tumbarse, presos apaleados y casi muertos de hambre, etcétera..
Pero es imposible que se publique algo de eso en la prensa inglesa, como
no sea en las publicaciones del ILP, afiliado al POUM”.
En este sentido nos señala los problemas que tuvo con la publicación inglesa New Statesman,
a la que había ofrecido nada más salir de España y desde Francia un
artículo sobre la contienda española que la revista aceptó en un primer
momento, justo hasta que vio el contenido, en el que se hablaba sobre
la supresión del POUM. Es entonces cuando se niegan a su publicación, si
bien, le ofrecen abonarle el artículo como se había convenido.
Orwell
deja claro en sus escritos los problemas que tuvo por haber luchado en
un batallón del POUM, aunque también señala que la adscripción a su
llegada a España a este fue porque era lo más cercano al Partido
Laborista Independiente (ILP). De haber sabido y podido elegir, él se
hubiera integrado en las Brigadas Internacionales, aunque reconoce en
una carta escrita a Stepen Spender, que él era anticomunista desde 1935.
Insiste en este mismo tema y el ambiente de persecución y terror que
se vive en la España republicana cuando escribe a Geoffrey Gorer
(1905-1985): “Es un verdadero reino de terror, la imposición del
fascismo bajo la excusa de resistencia al fascismo, verdaderos
centenares de personas encerrados en la cárcel y mantenidas durante
meses sin juicio, supresión de diarios, etc., etc. Lo más repugnante es
la manera como la llamada prensa antifascista en Inglaterra lo ha
encubierto”. Más adelante continúa: “…la razón por la cual tan pocas
personas saben qué ha pasado en España se debe al control comunista de
la prensa”. En este qué ha pasado en España, no solo se refiere al
ambiente social y político de primacía del Partido Comunista, también a
los conocidos como sucesos de mayo, que ocurrieron en Barcelona y de los
cuáles fue testigo presencial.
Orwell, realiza una alta valoración de Red Spanish Noteboo (Cuaderno rojo español)
escrito por Mary Low y Juan Brea. Resalta de esta publicación el
magnífico cuadro costumbrista revolucionario en el que se palpa al ser
humano “cuando se comporta como ser humano”, donde afloran los
“sentimientos de liberación y de esperanza”. Algo que, según él, ni aún
ganando Franco la guerra se podrá borrar de la memoria.
Pero lo que realmente desprecia Orwell, y sobre lo que va a escribir
de continuo, es el papel de la prensa inglesa de izquierdas y el
ocultamiento que realiza en relación a lo que estaba ocurriendo en
España, el hecho de no querer informar sobre la realidad por miedo a que
fuera en beneficio de Franco. A propósito de la negación de una revista
a publicar una reseña escrita sobre el mencionado libro de de Frank
Borkenau, The Spanish Cokpit, escribe: “Se negaron a publicarme
esa reseña basándose en que iba contra la política editorial de la
revista. Entretanto descubrí que era casi imposible difundir en la
prensa inglesa un relato fiel de lo que sucedió en Cataluña en
mayo-junio de 1937. Algunas personas me dijeron con mayor o menor
sinceridad que no se debía decir la verdad de lo que ocurría en España
ni del papel que allí desempeñaba el Partido Comunista pues con ello se
crearía un prejuicio en la opinión pública contra el Gobierno español y
se ayudaría así a Franco. No estoy conforme con eso pues sostengo la
anticuada opinión de que a la larga de nada sirve decir mentiras”.
La historia, al igual que la verdad, casi siempre sale a nuestro
encuentro. Es precisamente sobre la verdad y la propaganda y su
influencia en la historia, sobre lo que el escritor reflexiona también
en el conjunto de escritos de Mi guerra civil española: “Tengo
pocas pruebas directas de las atrocidades en la guerra civil española.
Sé que algunas fueron cometidas por los republicanos y muchas más (y aún
continúan) por los fascistas. Pero lo que me impresionó entonces y
sigue impresionándome desde entonces es que se les concede o no crédito
según las convicciones políticas. Todos creen en las atrocidades del
enemigo y no en las de su bando, sin preocuparse de las pruebas”, “La
verdad se convierte en mentira si la expresa el enemigo”.
Galeria de retratos en la librería Shakespeare and Company en París / MARÍA JOSÉ TURRIÓN
Lionel Trilling finaliza la introducción a la obra cumbre de Orwell en relación a la Guerra Civil Española, Homenaje a Cataluña,
expresando unas palabras sobre él: “Su verdad personal se refiere a
hechos que hoy forman parte de nuestro pasado, tal como consideramos el
pasado en la actualidad. Pero todo eso nada importa. Porque su verdad
personal envuelve una verdad general que hoy no podemos ignorar y que ha
de ser importante en un largo futuro. Y lo que importa por encima de
todo es nuestro sentimiento hacia el hombre que dice la verdad”.
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