Elegante como un nazi

¿Quién no se ha sentido atraído alguna vez por la sofisticada moda del Tercer Reich? Una exposición explica su historia

Portada de una revista de moda (Marzo 1941). foto: LVR Industriemuseum. fuente:elpais.com

Los nazis de entonces se horrorizarían al ver cómo visten los neonazis de hoy, pero como el asunto no admite la más mínima trivialización, no seguiremos por ese camino. Todo lo contrario, la exposición 'Glamour y horror. Moda en el Tercer Reich', está basada en los cimientos científicos de un "estudio socio-cultural de la historia de las prendas de vestir durante los años 30 y 40 en Alemania", financiado por la Fundación Volkswagen, y su pretensión es llevar a la reflexión histórica y responsable sobre la influencia de la moda en la creación de los mitos nazis, un paso más en la pregunta fundamental de "¿Cómo pudo llegar a pasar lo que pasó?" que sigue atormentando a este país.

Durante un par de décadas los alemanes se creyeron identificados con el superhombre de Nieztche y expresaron ese sentirse superiores en la ropa con la que se vestían. ¿O fue al contrario y aquellos diseños elegantes y ejecutados siempre en tejidos de la mejor calidad fueron los que ayudaron a propagar, a hacer tangible aquella idea de superioridad?. "Me pregunta si fue antes el huevo o la gallina", bromea la directora del proyecto, Claudia Gottfried, "pero lo cierto es que estos diseños formaron parte de la sociología de una época que hoy en día seguimos tratando de explicarnos y sus análisis sistemático quizá ayude a contestar algunas preguntas".

Dime cómo vistes y te diré si tienen intenciones de invadir Polonia. Los delicados vestidos de gasa con corte de líneas suaves y fluidos que envuelven el cuerpo a partir de una cintura siempre muy estrecha, eran los llamados 'Hängerkleides', algo así como vestidos percha, pensados para alargar la silueta y que triunfaban en las fiestas de Berlín de finales de los años 20. Nada había en ellos que hiciese sospechar ansias expansionistas u odio racial. En la década de los 30 se acentúa un ideal de belleza de extrema delgadez vestida con cortes diagonales y, tras una breve fase de inspiración romántica, detrás de la que los organizadores de la exposición ven la influencia de 'Lo que el viento se llevó', llega la estética de la guerra, a principios de los 40.

"Tanto la ropa que lucía la élite en la profusa prensa rosa del Tercer Reich como la moda obrera que podía verse por la calle, perseguía una concepción purista de las formas, a veces más clásicas, a veces más futuristas y a veces más grandiosas, pero siempre buscando la perfección", explica Gottfried. Desde las gabardinas de doble botonadura de Göbbels hasta los pantalones de cintura alta de Leni Riefenstahl, la ropa de los famosos acabó trasladada a la moda del día a día desde el papel couché y terminó jugando un papel simbólico de pertenencia a una ideología, a una comunidad de valores. Esa es al menos la tesis de esta exposición, en el Museo de la Industria de Ratingen, en la que pueden verse más de cien trajes originales de la época y 350 complementos.

Éric Michaud, que anteriormente se había adentrado en los misterios de 'La estética nazi', ya apuntó la influencia cinematográfica en el estilo que distinguía a los líderes del Tercer Reich en el vestir. Pero la escasez que marcó aquella época impidió que las tendencias adquiriesen un carácter industrial, porque muchas de las prendas expuestas, que forman parte de la amplia colección textil del museo y de otros fondos, así como de personas que las han cedido para la ocasión, son de elaboración casera y a base de reciclaje de tejidos. A partir de retales se cortaban camisetas, de cortinas se hacían vestidos y de retazos se confeccionaban prendas, pero todas ellas al gusto nacional socialista que tan profundamente había calado en la sociedad alemana.

"La moda estuvo al servicio del Tercer Reich en cuanto a elemento de unidad nacional de aquellos que llevaban uniforme", explica Claudia Gottfried en referencia a la colección de uniformes de organizaciones juveniles que también expone el museo y que son considerados como objetos muy valiosos, puesto que la mayoría de estas indumentarias desaparecieron en el proceso de desnazificación a que fueron sometidos después de la guerra los guardarropas alemanes.