3.3.12

William Ospina confiesa que la poesía le propone temas en otros géneros

El autor colombiano remarcó que "la poesía siempre está en el fondo y es verdaderamente un surtidor, un manantial" por lo que para él "es muy importante escribir poemas", pero "no como un ejercicio literario" sino mas bien "como un ejercicio de supervivencia"
El poeta, novelista y ensayista colombiano William Ospina habla durante una rueda de prensa este 1 de marzo, en Bogotá ,Colombia.foto: EFE.fuente:lainformacion.com

El poeta, novelista y ensayista colombiano William Ospina confesó hoy que la poesía siempre "es la fuente" de los géneros literarios que ha cultivado, al anunciar la próxima publicación de "La serpiente sin ojos", novela que estará en las estanterías entre septiembre y octubre.

"Para mí la poesía es como la respiración normal de la sensibilidad y del lenguaje y a veces la poesía lo que hace es proponerme temas que descubro en otros campos", admitió Ospina (1954) en una entrevista con Efe.

El autor colombiano remarcó que "la poesía siempre está en el fondo y es verdaderamente un surtidor, un manantial" por lo que para él "es muy importante escribir poemas", pero "no como un ejercicio literario" sino mas bien "como un ejercicio de supervivencia".

Incluso fue más allá y reconoció que en su obra, que incluye más de una decena de ensayos históricos y de tipo social y político, y media docena de novelas así como varios libros de poesía, "también ha habido momentos en que los poemas mismos podrían ser relatos".

Ospina presentó hoy "La lámpara maravillosa", una reedición de cuatro breves ensayos sobre la educación y un llamado "elogio de la lectura" en un ejemplar de Random House Mondadori, de 93 páginas.

El autor también de "En busca de Bolívar" o "América mestiza", ganó en 2009 el XVI Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, el más prestigioso galardón literario de Latinoamérica con "El país de la canela".

Y al anunciar la aparición de "La serpiente sin ojos" insistió en que le gusta que la novela "no esté demasiado lejos de la poesía y el ensayo no esté demasiado lejos de la narración".

Reconoció también que "cada libro ha nacido del anterior" y explicó que casi siempre el haber escrito un libro le impone escribir el siguiente.

"Cuando escribí 'El país del viento' nacieron un montón de preguntas sobre América Latina, sobre Colombia, sobre nuestro pasado, sobre nuestra memoria, y eso me llevó a escribir "Auroras de sangre", dijo.

Algo similar pasó cuando se lanzó a la novela histórica en "Ursúa", luego con "El país de la canela" y ahora con "La serpiente sin ojos", que cerrará esa trilogía sin nombre, pero en la que tras doce años, finalmente, como en la historia, muere el conquistador Pedro de Ursúa.

"Ursúa emprendió viaje al Amazonas y se llevó a Lope de Aguirre que sería su verdugo y quien se rebeló en la desembocadura del Río Negro en el Amazonas. De manera que Ursúa no podrá escapar del destino. Así como no escapó en la historia, tampoco podrá escapar en la literatura", explicó.

Ospina, que es un escritor muy prolífico, anticipó otra novela con fondo histórico y poético, de la que dijo que será una obra "sobre los tiempos de Byron y de Byron mismo en la edad del romanticismo".

Explicó enseguida que no quiere "rastrear simplemente los destinos llamativos y asombrosos" como los del poeta inglés, emblemático de esa corriente, sino que siente "que muchos temas de esa época vuelven a plantear preguntas sobre la edad del romanticismo".

Pero Ospina también es consciente de su época y en sus ensayos revela cómo se reflejan esas preocupaciones "sobre los desafíos, las crisis (políticas, económicas y sociales) actuales, las enormes posibilidades, los milagros de la tecnología y los peligros".

Y enfatizó en que siente cómo "son muchos los peligros que se ciernen sobre la humanidad y sobre los talentos".

La ciencia, la industria, según Ospina, "de las que se pensó que proporcionarían grandes soluciones son también grandes problemas", pues, advirtió, "la humanidad nunca contaminó tanto los mares, los cielos y arrasó tanto la tierra y nunca produjo tantos instrumentos de destrucción como ahora, y eso no sería posible sin los grandes avances de la tecnología".

Por eso, instó, "debemos ser muy cuidadosos de nuestras virtudes y de nuestros talentos", y se declaró confiado en que el mismo hombre será responsable para paliar los efectos de esos retos.

Finalmente señaló que en Latinoamérica, tras el "boom" de la década de los sesenta, "ahora hay una generación mucho más diversa, mucho más grande, más compleja, que ya no es fácil encasillar en un solo nombre que se pueda llamar tal o cual escuela".

Esos autores nuevos, según Ospina "están proponiendo muchas aventuras distintas" y citó a los argentinos César Aira, Eugenia Almeyda, Silvia Iparraguirre, y Ricardo Piglia, al peruano Santiago Roncagliolo y "a tantos autores mexicanos", como Ignacio Padilla.

Es, puntualizó, "toda una generación amplia en todo el continente proponiendo cosas y cada vez más se los lee fuera de la lengua española".

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