13.3.12

Herralde: "Vendí la editorial por razones de edad, que obligan a una cierta sensatez"

Jorge Herralde habla sobre la novela del escritor Paul Auster, Diario de invierno
Jorge Herralde, director del sello Anagrama.foto. fuente:elespectador.com

A propósito del artículo 'Inventario de cicatrices' publicado por El Espectador este domingo sobre 'Diario de invierno', la más reciente novela del escritor norteamericano Paul Auster, -autor de celebradas obras como 'Trilogía de Nueva York' y 'El palacio de la luna'-, reproducimos la entrevista con su editor en español Jorge Herralde, director del sello Anagrama, quien se refiere a la novela, a las movida de la editorial Seix Barral para adquirir algunos títulos de bolsillo de este autor y a la compra de este representativo sello editorial por parte de la casa italiana Feltrinelli.


¿Qué piensa Jorge Herralde de la literatura de Paul Auster?

Creo que hay una palabra inapelable, aunque insuficiente, que la define: adictiva. Y a partir de aquí, empezar a galopar (o esquiar o surfear).

¿Cuáles son las razones que bajo su criterio han convertido a este autor en uno de los más celebrados de los Estados Unidos?

Es uno de los autores estadounidenses más celebrados en Europa (en especial en España y Francia) y en América Latina. En Estados Unidos se produce un caso bastante simétrico al de Woody Allen (otro gran triunfador europeo): a menudo se le considera demasiado intelectual y "europeo".

La mejor forma de conocer a un autor es a través de su obra ¿cuál de las novelas de este autor cree usted delata más al hombre que es?

La respuesta más obvia son los libros memorialísticos: La invención de la soledad, A salto de mata, El cuaderno rojo y ahora Viaje de invierno. Pero también en sus obras de ficción se encuentran, naturalmente, perlas agazapadas, claves luminosas.

¿Cuál fue esa novela que lo conquistó y lo llevó a quererlo en su catálogo?

La primera novela que leí, e inmediatamente me conquistó, fue El Palacio de la Luna, en 1990. A partir de ahí hemos publicado todas sus obras posteriores y recuperado sus primeros títulos.

¿Cómo han sido estos años de ser su editor en español? Y ¿qué ha caracterizado los libros y colecciones de este autor bajo su sello?

Cuando empezamos a publicarlo era un autor casi desconocido que ha ido conquistando progresivamente a críticos y lectores. El punto más álgido, en cuanto a lectores y reconocimiento público, se produjo con Brooklyn Follies, publicado en 2006, el año en que fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, con enorme repercusión mediática.

¿Recuerda cómo se hizo la negociación para que Anagrama se quedara con la biblioteca de este autor? ¿Desde hace cuánto tiempo es Anagrama dueña de esos derechos?

Las negociaciones para El Palacio de la Luna empezaron en 1989. Después se ha ido contratando título a título.

Hablemos de la más reciente novela de Paul Auster, 'Diario de invierno' ¿con qué nos asalta esta vez?

Diario de invierno es una obra autobiográfica, basada en una singular estrategia: es una biografía de su cuerpo, en la que éste, sus avatares y sus cicatrices, se convierten en el motor de la acción.

Usted que es uno de los editores más emblemáticos de la lengua castellana, ¿podría dimensionarnos un poco cómo son estas pujas de las editoriales por los derechos de los autores?

Las pujas por los autores se han convertido en un clásico: los grandes grupos, convenientemente azuzados por los agentes literarios, ofrecen a los escritores anticipos "imposibles de rechazar' (El Padrino) y, muy a menudo, imposibles de recuperar. Hay abundante bibliografía. En cualquier caso, se dan un costoso baño de glamour.

¿Qué fue exactamente lo que compró la editorial Seix Barral en Fráncfort?

Los derechos de bolsillo de una serie de títulos, aunque unos cuantos permanecerán en Anagrama durante años. El "inductor" fue el agente Guillermo Schavelzon (de trayectoria bien conocida, ejem, como editor y agente) con el "argumento" que Auster era muy poco conocido en América Latina, cosa que rebatirían no pocos libreros, lectores y críticos.

¿Qué piensa Jorge Herralde de los agentes literarios?

En general tengo buena relación con todos. Si exceptuamos al citado, claro. No es un personaje que facilite las buenas prácticas en el delicado ecosistema del libro.

¿Cuáles son las nuevas y más importantes apuestas de Anagrama en materia de literatura?

Muchas y muy variadas. Nuevos títulos de Calasso, Ammaniti y Baricco (Italia); de Perec, Carrère y Nothomb (Francia); de Ford, Eugenides y Fante (Estados Unidos); de Schlink y Roche (Alemania); de Amis, Barnes, Welsh y Hollinghurst (Reino Unido). Y en lengua española Luis Goytisolo, Villoro, Sada, Gutiérrez Aragón, Villalobos, Rubert de Ventós. Todos los citados son autores de la casa. Y no pocas nuevas incorporaciones de gran interés, como Mi lucha de Karl Ove Knausgard, considerada como una de las mejores obras y con mayores ventas de Noruega en décadas, o En tiempos de luz menguante de Eugen Ruge, que ganó el Deutscher Buchpreis.

¿En qué consiste y cómo se cocinó la compra de la editorial Anagrama por el grupo italiano Feltrinelli?

Con la familia Feltrinelli tengo una gran amistad desde hace muchas décadas, una gran sintonía editorial y el acuerdo fue inmediato. Para asegurar (o intentarlo) el futuro de Anagrama me pareció la mejor solución: Feltrinelli es una gran editorial independiente que además cuenta con 105 librerías en Italia. En mayo de 2016 adquirirán la editorial excepto un porcentaje simbólico, hasta entonces la dirección editorial y la mayoría accionarial corren a mi cargo.

¿Cómo fue el proceso de tomar esa decisión de dejar la naturaleza de empresa familiar de la editorial y pasar a hacer parte de una empresa más grande?

Exclusivamente razones de edad que obligan a una cierta sensatez.

¿Podría señalar algunos de los caminos más importantes hacia los que está virando la industria editorial?

Es difícil hacer pronósticos, aunque desde hace años asistimos al triunfo de la banalización. Contra la que hay que luchar, evidentemente.

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