24.3.12

El 'thrillero'

Las novelas de Graham Greene siempre se prestan a una nueva relectura.
Admitió que la película de El tercer hombre era mejor que su texto
Graham Greene, escritor inglés, autor de El factor humano.foto.fuente:elmundo.es

Algo tendrá su agua (mucho mejor si es aderezada con un chorro abundante del mejor whisky) cuando todavía la bendicen. Dicho y hecho. No pasa un año sin que adapten al cine una de sus geniales novelas. Henry Graham Greene, escritor británico y católico que mostró, cuando no era más que un joven prometedor, una querencia hacia el comunismo que no tardó en corregir.

El caso es que los 'negreros' y 'negreras' de este mundo cruel estamos de enhorabuena. No en vano RBA reúne en un solo volumen cinco de las obras del 'thrillero' británico que más ha hecho por los lectores del mundo. Por este orden: 'Brighton Rock', 'El tercer hombre', 'El agente confidencial', 'Nuestro hombre en la Habana' y 'El americano impasible'. ¿Alguien da más?

Pues sí. El propio Greene. Henry Graham Greene. Y lo hace en cada párrafo de cada uno de estos clarinazos siempre listos para una relectura más. Greene (1904-1991), que comenzó a fajarse profesionalmente como plumilla en el diario 'The Times' recién salido del cascarón académico oxoniano, no empezó a fajarse en serio con la olivetti hasta casi rebasados los 40 otoños.

Y a partir de ahí, su producción nos regala un inigualable ramillete de tramas policiacas o de espionaje en países exóticos y enriquecidas con el avecrem de los dilemas morales en que se ven envueltos sus protagonistas.

Ahí va una muestra, para ir abriendo boca. Así arranca 'El tercer hombre', escrito en 1950. Lo que en un principio tenía que haber sido el guión de una película de encargo ambientada en la Viena de posguerra, con la firme presencia de las cuatro potencias ocupantes, se convirtió en manos de Graham Greene en una novela que no tardó en convertirse en un clásico.

Aun así, Greene siempre defendió que la versión de la película, dirigida finalmente por Carol Reed (la dedicatoria del libro es: "A Carol Reed, con admiración y afecto, en recuerdo de tantas madrugadas vienesas en Maxim's, Casanova y el Oriental") era mucho mejor que la del libro. Incluido el final, que es distinto. Disfrutad este arranque y conseguid, a la voz de ¡ar!, un ejemplar de este 'Cinco novelas'. No os arrepentiréis de hacer una de inversión de la que sacaréis pingües beneficios (negrocriminales).

¡Ah!, ¡y cuidado ahí fuera!

"Nunca se sabe cuándo va a caer el golpe. Cuando vi por primera vez a Rollo Martins escribí esta nota para mis archivos policiales de seguridad: 'En circunstancias normales, un tonto jovial. Bebe demasiado y puede provocar conflictos. Cuando pasa una mujer a su lado levanta la vista y hace algún comentario, pero tengo la impresión de que el asunto no le interesa. No ha crecido nunca y tal vez sea ésa la razón por la que adora a Lime'. Escribí esa expresión, 'en circunstancias normales', porque le vi por primera vez en el funeral de Harry Lime. Era febrero, y los enterradores se vieron obligados a utilizar taladradoras eléctricas para abrir la tierra helada del Cementerio Central de Viena. Fue así como hasta la naturaleza hizo todo lo posible para rechazar a Lime, pero por fin se le pudo bajar y echamos tierra sobre él como si fueran ladrillos. Se cerró la tumba y Rollo Martins se fue con tal rapidez que parecía que sus piernas largas y delgaduchas quisieran echar a correr, mientras lágrimas de chiquillo corrían por su rostro de 35 años. Rollo Martins creía en la amistad y por eso lo que ocurrió después supuso para él un choque mayor de lo que habría sido para ustedes o para mí".

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