29.3.12

Recen por ella

La autora de La ladrona de coral, hija de creacionistas irreductibles, ambienta su primer noir en el entorno de Charles Darwin
Rebecca Stott, escritora inglesa.foto:Duomo.fuente:elmundo.es

Rebecca Stott creció en una familia creacionista. Sus padres, sus tíos, todo el mundo a su alrededor, formaba parte de una secta fundamentalista cristiana incapaz de aceptar que un tipo como Charles Darwin pudiera tener razón. Quizá por eso, dice, se sintió atraída desde muy niña por su figura. "Mis padres lo veían como el diablo. Y a mí me gustaba. En parte porque representaba lo prohibido y lo prohibido me atraía", confiesa. A veces se pregunta Stott por qué no estudió Biología. A continuación se responde que porque quería ser escritora. La primera de sus novelas que llega a las librerías españolas, un trepidante 'noir' que bebe tanto de 'Los miserables' como de la trilogía de atraco al casino de Steven Soderbergh (de 'Ocean's Eleven' en adelante), se titula 'La ladrona de coral' (Duomo) y está ambientada en el París de 1815, el de la caída de la Napoleón. La protagonista, Lucienne Bernard, es una mujer intrépida, fan, como la propia autora, de Darwin y sus ideas por entonces "subversivas".

"Es cierto que por entonces no había muchas mujeres interesadas en el tema, tampoco las hay ahora", asegura la autora, que acostumbra a visitar todos los Museos de Historia Natural que encuentra y que cree que el Jardin Des Plantes de París era, en aquella época, la de principios del siglo XIX, algo así como el centro del mundo. "Era un lugar cosmopolita. De hecho, París era la única ciudad en la que Iglesia no ejercía su control y por eso era un hervidero de ideas. Se debatió allí por primera vez el evolucionismo. Estaban en la vanguardia de la ciencia", explica.

A París viaja su protagonista, Daniel Connor, un estudiante de anatomía de Edimburgo que espera ser aceptado como alumno del legendario Doctor Cuvier. Lleva encima cartas de recomendación, tres fósiles de incalculable valor y un hueso de mamut. Unas y otros desaparecen después de cruzarse con la chica que viaja en su diligencia (Lucienne) acompañada de una niña y que le asegura que todo lo que sabe de él lo ha descubierto al hipnotizarle. "Me pregunté cómo sería una mujer evolucionista de la época y Lucienne simplemente se me apareció. A veces ocurren estas cosas. El oficio de escritor tiene algo de fantasmagórico", dice Stott, que tomó prestado el vértigo de la citada serie de Soderbergh que arranca con 'Ocean's Eleven' para componer tan trepidante thriller negro con mítico detective de fondo. Pues cuando Connor pierde sus cartas de recomendación y sus fósiles, se dirige a la policía, que curiosamente en aquella época dirigía uno de los ladrones más temidos de Francia, Eugène-François Vidocq, "el creador de una de las primeras policías secretas de Europa", apunta la escritora, policía secreta que mantenía bajo vigilancia a científicos ("es algo que descubrí mientras investigaba, que en todas las épocas los científicos siempre han estado bajo vigilancia, por considerarse en algún sentido peligrosos, desestabilizadores", cuenta la autora) y a los soldados que regresaban de las guerras napoleónicas y que estaban convirtiendo París en una especie de primitiva Gotham City. Fan de Sebald, de los 'thrillers' científicos de Ian Pears y de Hilary Mantel, Stott primero investiga y luego escribe y cuando se sienta a escribir le dedica tantas horas como puede al día hasta que la novela está completamente cerrada. "De otra manera, los personajes desaparecen. Cuando pierdes el contacto con ellos, pierdes la historia", asegura. ¿Y qué hay de la figura del ladrón? ¿Por qué le interesa tanto? "El ladrón es un personaje transgresor, subvierte el orden de las cosas, se mueve en varios mundos. La protagonista es una ladrona entre ladrones. Estamos hablando de París en la época en la que era el centro de las cosas robadas. Napoleón fue un gran ladrón, expolió toda Europa. Me interesaba también el tema de la titularidad del arte, ¿de quién es el arte? No sé, es sólo una figura que me inspira", contesta. ¿Y qué opina su familia de sus historias? "Supongo que rezan por mí", contesta.

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