6.6.14

Finalistas Premio de Novela 2014

El Ministerio de Cultura dará a conocer de manera oficial la obra ganadora del  Premio Nacional de Novela 2014, durante rueda de prensa convocada para este viernes a las 11:00 a.m., en la sede de la Biblioteca Nacional de Colombia

 
Se conocerá el Ganador del Premio de Novela Ministerio de Cultura de Colombia 2014./mincultura.gov.co
Considerado el más alto reconocimiento que hace el Gobierno Nacional a una obra literaria escrita por un autor colombiano, el Premio Nacional de Novela 2014 del Ministerio de Cultura dotado con una bolsa de $ 60 millones de pesos, distinguirá la mejor novela publicada en Colombia en los últimos dos años, luego de un exigente proceso de selección de cinco obras finalistas: Temporal, de Tomás González; La carroza de Bolívar, de Evelio Rosero; El incendio de abril, de Miguel Torres; junto con Casablanca, la bella El cuervo blanco, de Fernando Vallejo.


La rueda de prensa, programada para las 11:00 a.m. de este viernes 6 de junio en la sede de la Biblioteca Nacional de Colombia (Calle 24 5-60), estará presidida por la Ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba, junto a Conrado Zuluaga y Martín Kohan como representantes del Jurado, así como el autor de la novela ganadora.
A cargo de un grupo de especialistas en la materia, el Jurado estuvo integrado por el Profesor de Teoría Literaria y novelista argentino, Martín Kohan; el lector y traductor, Elkin Obregón; el novelista y periodista, Marco Schwartz; la traductora y crítica literaria, Margarita Valencia y el investigador literario y maestro de editores y escritores, Conrado Zuluaga.
El Premio será también un reconocimiento a la labor desarrollada por la comunidad de profesionales que hacen posible el encuentro entre las narraciones de un autor y sus lectores: editores, correctores, ilustradores y libreros; periodistas culturales, reseñitas y críticos literarios; docentes y estudiantes que leen y discuten estas novelas dentro y fuera de las aulas; distribuidores de libros, gestores culturales, promotores de lectura y bibliotecarios. Oficios muchas veces desconocidos pero sin los que sería imposible el mágico encuentro entre el libro y sus lectores.
Más de cuarenta bibliotecarios, libreros, críticos literarios y académicos expertos en la materia de todo el país aceptaron la invitación del Ministerio de Cultura y postularon las novelas que a su juicio debían ser las cinco finalistas que a continuación se presentan junto a algunos apartes de los comentarios realizados por sus propios autores:
Temporal. Alfaguara, 2013. “En Temporal, la tormenta humana que se vive en la pequeña lancha está contenida dentro de la tormenta de la naturaleza, y ésta  termina por resolverse en la indiferencia del mar, que al final queda otra vez en calma. Esta novela es la pintura de un padre y sus dos hijos metidos en una lancha que está al borde de la aniquilación”, Tomás González.
La carroza de Bolívar. Tusquets 2012. “Desde hace muchos años quería tratar la figura de Bolívar, su paso por el sur de Colombia y sobre todo, su derrota en la batalla de Bomboná, la Navidad Negra de 1822 en Pasto, y la masacre de Ibarra”, Evelio Rosero.
El incendio de abril. Alfaguara, 2012. “La gente quiere recordar los triunfos olímpicos, a Miss Universo, a Kid Pambelé, el Premio Nobel de Gabo, el 5-0 contra Argentina, y lo demás va quedando bajo un manto de olvido, como es el caso de Gaitán. Muy poca gente joven sabe quién fue el caudillo y qué se conmemora el 9 de abril. Tenemos que contárselo”, Miguel Torres.
Casablanca, la bella. Alfaguara 2013. “Es la historia de un fracaso. La vida es dolorosa, angustiosa y miserable, y todas las grandes empresas del ser humano están destinadas al derrumbe y al olvido. Este libro es una especie de parábola de eso. Todo el esfuerzo que pongas en levantar algo se lo llevará el viento y no quedará ni rastro”, Fernando Vallejo.
El cuervo blanco. Alfaguara, 2012. “Rufino José Cuervo era profundamente católico, y en segundo lugar, profundamente colombiano. La historia de Colombia pasa por su vida como por la mía. Su padre era un político, como el mío. Pero Cuervo no lo fue; y yo, como él, tampoco lo fui. Ahora bien, la Colombia de ayer es la misma de hoy. Los países, como las personas, en esencia no cambian. Así, lo que diga en mi libro de la Colombia de su tiempo, lo estoy diciendo también de la del mío”, Fernando Vallejo.

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