Sigue BAN! Buenos Aires Negra, el festival porteño de literatura policial. Desde el fascismo italiano al bajísimo prestigio de la policía en Latinoamérica, los últimos debates fueron intensos
Definición. Juan Sasturain dijo que el género negro deja “poco afuera”. Lo escucha Ricardo Romero./Diego Waldman./revista Ñ |
“En Argentina la institución policial tiene tan poca
credibilidad que para obtener información de la policía tuve que
inventarle a mi investigadora una empleada doméstica casada con un
cabo”, explicaba María Inés Krimer, autora de la novela Siliconas Express,
el modo en que resolvió la problemática que presenta la escritura del
policial en nuestro país. La justificación que expuso Krimer atravesó
todas las mesas del BAN!
en las que participaron argentinos: todos coincidieron en que, a
diferencia de la novela negra americana o europea, en Latinoamérica es
imposible que los protagonistas del género policial sean, precisamente,
policías.
En una de las últimas mesas del domingo, Juan
Sasturain, junto a la misma Krimer y a Ricardo Romero y Osvaldo Aguirre,
despegó al policial argentino del boom de la novela negra en el mundo.
“La de ellos es una sociedad de buenos y malos que se respetan” sostuvo y
agregó que “acá se habla de otras cosas, nuestra escritura es distinta,
la novela negra tiene categorías amplias y deja muy poco afuera”.
“Dos
policiales de la cabeza: el psicológico y el fantástico” fue el primer
debate de la jornada que reunió al periodista y escritor Damián Vives
–un verdadero especialista en la novela negra japonesa– y a los
escritores y editores José María y Carlos Marcos. En la misma línea que
más tarde desplegaría Sasturain, Carlos Marcos sostuvo que “los límites
de esta literatura son difusos, negro puede ser todo, incluso la novela
familiar porque en todo relato de la intimidad de una familia hay
misterio, horror y erotismo”. Más tarde, Gastón Intelisano presentó Epicrisis, su segunda novela, junto al licenciado en criminalística Raúl Torre y el psiquiatra forense Daniel Silva.
“Los
escritores del charco” fue la presentación de una antología de cuentos
policiales que reúne a 20 autores de nuestro país y de España. Al decir
del escritor y compilador Juan Guinot, el emprendimiento arrasó con el
argumento de la imposibilidad de publicar argentinos allí y españoles
aquí con el que suelen deslindar responsabilidades los grandes grupos
editores. Junto a Carlos Salem, Miguel Ángel Molfino y Gabriela Cabezón
Cámara, una docena de escritores se entusiasmó con la posibilidad de un
intercambio fluido entre las literaturas de las dos orillas.
En
una de las charlas más concurridas de la jornada, el poeta y traductor
Guillermo Piro presentó a Maurizio de Giovanni, un napolitano que empezó
su carrera en la literatura a los 48 años y hoy, a los 55, es uno de
los sucesos de la novela policial en Italia. De Giovanni desplegó la
solvencia de su investigación sobre el fascismo y sus orígenes –trabajo
sobre el que fundamentó sus ficciones policiales. “El fascismo aparece
como un movimiento popular que llega para salvar al pueblo de la crisis y
fue la primera corriente en darse cuenta de la importancia de la
comunicación.” Dijo más: “El fascismo es una degeneración política y la
diferencia del fascismo de los años 30 con las manifestaciones de este
tipo que se viven en Italia a partir de los años 90 es que en nuestros
días la indiferencia por el dolor del otro es total”.
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