El escritor puertorriqueño Eduardo Lalo se acostumbra a la nueva dimensión que han adquirido sus palabras tras ganar el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2013, aunque espera que esta presión extra sea algo temporal
Eduardo Lalo reivindica la lucha independentista al recibir el Rómulo Gallegos./lainformacion.com |
La entrega del premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2013 al
puertorriqueño Eduardo Lalo se convirtió en una tribuna de la que se
sirvió el escritor para recordar que vive en "el único país
latinoamericano conquistado dos veces", un discurso independentista
celebrado por el Gobierno de Venezuela.
Lalo recibió el galardón, dotado con un diploma y 100.000 dólares, por su obra "Simone" de manos del presidente venezolano, Nicolás Maduro,
que también encabezó la ceremonia para bautizar la novela y respaldó el
discurso independentista del escritor en un acto que tuvo lugar en el Teatro Teresa Carreño de Caracas.
A Lalo, poco conocido en el ámbito hispanoamericano, le llegó inesperadamente la fama cuando en junio pasado fue declarado ganador de la edición número XVIII del prestigioso premio venezolano por su novela "Simone", elegida de manera unánime por el jurado entre las 200 obras de 17 países en competencia.
El primer puertorriqueño que gana el Rómulo Gallegos dice que intenta que su vida no cambie demasiado ahora que esta en la misma lista que autores consagrados como Gabriel García Márquez.
"Hay mucha presión en lo que yo diga, yo me he propuesto no decir palabras vacías y eso no es lo mismo decirlo a un grupo de amigos o a un periódico regional que con todo esto que hay ahora", dijo.
Los efectos de su nuevo estatus como escritor premiado se sintieron la semana pasada cuando asistió como invitado a la Feria del Libro de Lima.
"Yo estuve en Lima hace unos días (...) y tengo entendido que la embajada de Estados Unidos puso el grito en el cielo, se retiró de la feria. Yo ni me di cuenta, no dije nada incendiario, pero muestra cómo ahora cada palabra adquiere otra nueva dimensión", expresa.
"Agradezco profundamente que sea aquí en Venezuela donde quizá por primera vez en mi vida haya sacado del bolsillo mi verdadero pasaporte, aquel que en ninguna de sus palabras me niega o me condena (...) por fin, luego de leer mis datos opacos y turbios, ninguna autoridad me detiene", dijo Lalo en su discurso.
A Lalo, poco conocido en el ámbito hispanoamericano, le llegó inesperadamente la fama cuando en junio pasado fue declarado ganador de la edición número XVIII del prestigioso premio venezolano por su novela "Simone", elegida de manera unánime por el jurado entre las 200 obras de 17 países en competencia.
El primer puertorriqueño que gana el Rómulo Gallegos dice que intenta que su vida no cambie demasiado ahora que esta en la misma lista que autores consagrados como Gabriel García Márquez.
"Hay mucha presión en lo que yo diga, yo me he propuesto no decir palabras vacías y eso no es lo mismo decirlo a un grupo de amigos o a un periódico regional que con todo esto que hay ahora", dijo.
Los efectos de su nuevo estatus como escritor premiado se sintieron la semana pasada cuando asistió como invitado a la Feria del Libro de Lima.
"Yo estuve en Lima hace unos días (...) y tengo entendido que la embajada de Estados Unidos puso el grito en el cielo, se retiró de la feria. Yo ni me di cuenta, no dije nada incendiario, pero muestra cómo ahora cada palabra adquiere otra nueva dimensión", expresa.
"Agradezco profundamente que sea aquí en Venezuela donde quizá por primera vez en mi vida haya sacado del bolsillo mi verdadero pasaporte, aquel que en ninguna de sus palabras me niega o me condena (...) por fin, luego de leer mis datos opacos y turbios, ninguna autoridad me detiene", dijo Lalo en su discurso.
El escritor narró a lo largo de más de quince
minutos cómo ha sido su vida al pertenecer a un territorio con
habitantes "cuyos orígenes son preguntas, equivocaciones o condenas", un
gentilicio "que difícilmente se asocia a la grandeza y a la victoria".
Recordó
además que pertenece a una sociedad "que tiene el preso político que
lleva más años en una cárcel en toda la historia de las américas",
acusado de haber conspirado sediciosamente "contra un país al que no
pertenece", Oscar López Rivera, líder independentista que lleva 32 años
en prisión en Estados Unidos.
"Su libertad está al alcance de una sola mano, de un solo hombre, se consigue con una firma humanitaria", dijo Lalo.
Tras
el discurso, el presidente venezolano tomó la palabra y celebró que el
Rómulo Gallegos "de manera justa y digna" cayera en manos de "este
extraordinario hombre de las letras".
El mandatario también dijo
estar seguro de que "más temprano que tarde" se verá "reverdecer la
fuerza de la dignidad, de la independencia" y se conocerá del nacimiento
de una república en Puerto Rico, "libre e independiente, con su
bandera, con su himno, con su identidad y con el horizonte abierto hacia
el futuro".
Lalo, de 53 años, se ha declarado un defensor de la literatura
"sin concesiones" y alejada de las reglas comerciales, y revela que
aunque se ha dado cuenta de que "para bien o para mal" lo que dice
"tiene otro impacto", confía en que será un fenómeno transitorio.
"La
literatura tiene todo para decir y no tiene que ser un proyecto
político, la literatura tiene que tratar de expresar la complejidad del
dolor de la gente, sea de un pueblo o sea de un personaje", dijo en
entrevista a Efe.
De hecho, "Simone", escrita a lo largo de varios
años de manera interrumpida, está protagonizada por Li Chao, una obrera
afectada por la revolución cultural china que emigra a Puerto Rico,
donde encuentra en el placer de la lectura un escape a su trabajo
semiesclavo en un restaurante chino y entabla una historia de amor.
El
escritor que se define como "independentista", aspira a que esta nueva
condición lo ayude a "mover asuntos" y a dar visibilidad a su país para
"no vivir en la indiferencia", pese a que por momentos siente sobre él
"un peso y una intensidad que hay que mantener".
Es justamente
Puerto Rico y su capital, San Juan, una de sus grandes preocupaciones y
uno de los principales objetos de atención en los nueve libros que lleva
publicados, muchos de ellos ensayos en los que también despunta otra de
sus pasiones: la fotografía.
Reclamó asimismo, que Puerto Rico
"vive una crisis profundísima" producto en parte de una clase política
que "no quiere los cambios, aunque hipócritamente diga que sí".
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