Rubén Blades abrió el Festival Salsa al Parque en Bogotá ante más de cuarenta mil asistentes
Como se dice aún en jerga de cronista taurino:la plaza de Bolívar estuvo hasta las banderas: lleno total/idartes.gov.co |
Rubén Blades recordó a Gabriel García Márquez con Ojos de perro azul./shock.com.co |
El cantautor panameño se estremeció al inicio del concierto cuando el público cantó las exactas letras de Plástico, y después de Pedro Navaja./shock.com.co |
Rubén Blades subió al escenario antes de tiempo. Este viernes en la
noche, poco antes de las siete, la Plaza de Bolívar estaba a reventar
esperando al “poeta de la salsa”. Cuando Blades arrancó a cantar la
famosa Plástico –“ella era una chica plástica”– su voz
retumbó en todo el centro del poder en Bogotá. No es una exageración.
Cantó frente del Congreso, a un costado de la sede de la alcaldía,
detrás de las altas Cortes y a una cuadra el palacio presidencial. Y
gratis, pero si no lo hubiera sido también se habría llenado.
El panañemo de 65 años llegó con su habitual saco y sombrero negro,
cantó durante dos horas ante cerca de 40.000 seguidores que desbordaron
el tamaño de la Plaza de Bolívar y aprovechó para hablar de lo mucho que
lo sorprendía estar vivo para ver a un Papa hablando español.
Fiel a sus mensajes políticos dijo que esperaba el día en que a las
mujeres les pagaran lo mismo que a los hombres, recordó a Mandela
“porque aquí también le agradecemos su sacrificio” y hasta pudo alardear
de lo mucho que conoce la cultura colombiana ya que mencionó varias
veces al escritor Juan Gabriel Vásquez, premio Alfaguara de novela en
2011 con El ruido de las cosas al caer.
El “intelectual de la salsa” también se tomó su tiempo para recordar a
su amigo Gabo –“con el permiso de Gabo que es músico” – y contó que
cuando quiso hacer una interpretación del trabajo del Nobel, este lo
dejó hacerlo solo y de ahí nació Ojos de perro azul, que lleva
el mismo nombre del cuento del escritor colombiano. “Esta canción se
escribió en una época bien difícil para Colombia, en los años ochenta”,
dijo. Y luego cantó: “…Mirando gente que se ha dado a la fuga, pueblos
huyendo en confusas retiradas, viendo su huida convertirse en cita pues
del encuentro con la verdad nadie se escapa…”.
“Blades significa tanto para Bogotá por aquello de que varias generaciones han crecido aprendiéndose su himno Pedro Navaja
y bailando su música en pareja”, dice Pedro Salsa, conocedor del
movimiento salsero en Bogotá y que este viernes transmitió integro el
concierto del ídolo desde una pequeña cabina que se perdía en medio de
la multitud.
Esta vez la gélida Bogotá no estuvo del todo fría y Blades (65 años)
fue aclamado por una ciudad salsera que desde el mediodía se venía
calentando con la presentación de cinco orquestas colombianas encargadas
de abrir el Festival Salsa al Parque, una iniciativa pública que desde
1997 se toma cada año y por tres días las calles de Bogotá, una ciudad
que ha sabido cultivar con empeño un movimiento alrededor de la salsa.
A lo largo de 15 años, los bogotanos han podido ver gratuitamente a
artistas de la talla de Richie Ray, Bobby Cruz, la Orquesta Aragón y La
Sonora Ponceña. Pero también crecer a sus propias orquestas como La 33,
La Conmoción y Toño Barrio. Esta última nació en Cali pero “descubrimos a
una Bogotá que se desvela por la salsa”, dice José González, su
director musical. Y no se trata solo del Festival. Se suman las emisoras
especializadas en este género, coleccionistas, escuelas de baile y
expertos que hacen foros constantemente.
Los melómanos de Bogotá coinciden en que desde que comenzó el
festival Salsa al Parque el movimiento salsero ha ido creciendo. “A
finales de los noventa la timba estaba cogiendo mucha fuerza y en Bogotá
descubrimos esos nuevos sonidos de la mano de cubanos como los Van Van y
NG La Banda”, cuenta Pedro Salsa haciendo honor a dos de los invitados
que este año también están en la capital colombiana. En total, son 12
las agrupaciones locales que podrán codearse en la misma tarima con
estos ídolos.
"Para los que no nos rendimos, para los que sobrevivimos”, dijo Blades antes de cantar La Calle “y en inglés: la calle”, añadió. Y así, poco a poco, fue soltando sus clásicas Decisiones, Maestra Vida –una canción que escribió hace 30 años y será el eje de un disco que próximamente hará con Calle 13– y la ineludible El Cantante
con la que le rindió homenaje a “el flaco” Héctor Lavoe, haciendo
estallar la Plaza de Bolívar. “La muerte solo comienza por el olvido,
hay iconos que viven siempre”, dijo ante un público que el viernes lo
ovacionó canción tras canción.
Remató con el himno Pedro Navaja, el inevitable, “esa
canción que en 1978 dijeron en Nueva York que sería la muerte comercial
de Willy Colón, la historia del malandro” y que Bogotá cantó
desenfrenada.
Blades no quería cerrar la noche. Y anunció, recordando que solo era
el inicio de tres días de salsa, que venía NG La Banda, conocidos como
“los metales del terror”, “más fuerte en los vientos, en la
improvisación, en el jazz”, dijo una fan que no paró de bailar al ritmo
de Blades.
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