"Cuando dicen que leen, no piensan sólo en los medios gráficos", asevera Morduchowicz. Entonces, ¿qué leen? ¿Textos en pantallas? "Efectivamente, lo que más leen es información en Internet. Seis de cada diez chicos consideran sus búsquedas en la Web como lectura. El 30 por ciento menciona los blogs y perfiles en las redes sociales, y el 20 por ciento cita los diarios digitales", completa la especialista
Estadísticas, muy singulares de la lectura en pantallas./adncultura.com |
Si en la mayoría de los hogares argentinos se
frecuentan más las pantallas que los libros, como revelan estudios
recientes, no debería sorprender que los chicos que viven rodeados de
televisores, celulares y computadoras prefieran los medios tecnológicos a
los gráficos. Tampoco, que lean y escriban en soportes digitales antes
que en papel. Esta tendencia ha modificado el ejercicio de leer y ha
dado lugar a nuevas formas de narrativa y de adquisición del
conocimiento, entre otras importantes transformaciones.
Así opina Roxana Morduchowicz, autora del libro Los
adolescentes del siglo XXI (Fondo de Cultura Económica), basado en las
conclusiones de una encuesta nacional sobre consumos culturales del
Ministerio de Educación de la Nación. Con esta postura coinciden
destacados especialistas extranjeros, como Néstor García Canclini y
Martín Jesús Barbero, que estudian el impacto de las tecnologías en la
sociedad.
"Los sondeos de consumos culturales se repiten cada
cinco años porque se estima que en ese lapso pueden surgir importantes
modificaciones de actitudes y conductas -explicó Morduchowicz,
responsable del diseño y la dirección de las investigaciones de 2006 y
2011-. Al tratarse de estudios cuantitativos (el último abarcó a 1200
adolescentes entre 11 y 17 años de todo el país), tienen la enorme
virtud de funcionar como una radiografía: indican qué leen, qué
escriben, qué ven, qué escuchan, por dónde navegan. Apuntamos al consumo
cultural en el tiempo libre para conocer qué eligen los chicos cuando
pueden elegir."
El panorama de 2011 reflejó la rapidez con la que se
concretan los cambios tecnológicos y la velocidad con la que se instalan
entre los más jóvenes. Dice la investigadora: "Hace cinco años ningún
chico hablaba de redes sociales. Hoy el 95 por ciento tiene un perfil en
Facebook. Hace cinco años, los jóvenes escuchaban música con CD y hoy
la mayoría utiliza el teléfono o la computadora. En 2006 muchos todavía
veían películas en DVD y hoy, muy pocos. Hace cinco años, el uno por
ciento tenía un i-Pod y en la actualidad es el soporte más común.
Incluso el celular, que antes tenía menos del 50 por ciento de los
encuestados, ahora no le falta a ningún joven".
Estos resultados confirman una presunción de padres y
docentes: "El mundo de los adolescentes es visual; un universo de
pantallas", afirma Morduchowicz, doctora en Comunicación por la
Universidad de París y especialista en Educación. "Tres pantallas -la
del televisor, el celular y la computadora- enmarcan la vida diaria de
los adolescentes. Los chicos pasan con ellas la mayor parte de su tiempo
libre."
Lectores diferentes
Una cuestión que llamó la atención de los encuestadores
fue por qué los chicos se consideran a sí mismos lectores si sólo la
mitad dice que en su casa hay muchos libros (más de seis títulos) que no
son para la escuela. Y sólo tres de cada diez tienen alguno de esos
libros en su habitación.
"¿Cómo es el vínculo de los adolescentes del siglo XXI
con la lectura? -plantea la autora-. La mayoría de los jóvenes (siete de
cada diez) dice que le gusta leer, aun cuando no ubica los libros entre
sus preferencias. En el último año, el 85 por ciento de los chicos leyó
libros para la escuela. Pero sólo la mitad eligió alguno que no fuera
de estudio. Y de ellos, la mayoría terminó sólo uno o dos títulos en
todo el año. Los libros son los únicos bienes culturales que los chicos
consideran 'viejos', posiblemente por su lectura lineal y en blanco y
negro. Para los adolescentes, los libros están asociados con la escuela.
La lectura de libros es una práctica en esencia solitaria y excluyente:
se lee en soledad y sin realizar ninguna otra actividad en simultáneo
(navegar por Internet o hablar por el celular)."
Aseguran que les gusta leer pero no están apegados a
los libros. Mucho menos si no son de lectura obligatoria para el
colegio. "Cuando dicen que leen, no piensan sólo en los medios
gráficos", asevera Morduchowicz. Entonces, ¿qué leen? ¿Textos en
pantallas? "Efectivamente, lo que más leen es información en Internet.
Seis de cada diez chicos consideran sus búsquedas en la Web como
lectura. El 30 por ciento menciona los blogs y perfiles en las redes
sociales, y el 20 por ciento cita los diarios digitales", completa la
especialista.
Es por eso que tanto ella en su trabajo como García
Canclini en el libro Lectores, espectadores e internautas (Gedisa) y la
española Gemma Lluch, doctora en Filología de la Universidad de
Valencia, que estudia las narrativas paraliterarias y audiovisuales para
adolescentes y las prácticas de lectura 2.0, hablan de nuevos lectores.
En "Leer ya no es lo que era" (texto que acompaña la
Encuesta nacional de lectura. Informes y evaluaciones realizada en
México en 2006), García Canclini plantea:
Quienes nos interesamos en promover la lectura nos
interrogamos con frecuencia por qué se lee tan poco, a qué se debe que
las nuevas generaciones lean menos, cómo hacer que se lea más y no sólo
best-sellers. Este artículo parte de una sospecha: quizá hay otras
preguntas clave que no estamos enunciando y tal vez sean indispensables
para entender lo que está sucediendo con la lectura.
Unos ejemplos: ¿realmente los jóvenes leen menos, o
están leyendo en otros lugares, de otra manera y con fines distintos? Y
si no leen tanto como en otras épocas ¿por qué debieran leer más y qué
valdría la pena que leyeran? ¿Se puede conseguir que aumente la lectura
formando e incitando a los individuos, o la frecuencia y el tipo de lo
que se lee depende de condicionamientos socioeconómicos y culturales?
[.]
El punto de partida es averiguar cómo conviven ahora la
cultura letrada, la cultura oral y la audiovisual. Efectivamente, los
saberes y los imaginarios contemporáneos no se organizan, desde hace al
menos medio siglo, en torno de un eje letrado, ni el libro es el único
foco ordenador del conocimiento.
Crítica de la postura de quienes señalan Internet como
responsable del escaso interés de los más jóvenes por los libros,
Morduchowicz afirma: "Uno de los mayores temores de la generación
adulta, ya sean los padres o los docentes, es que, con el auge y la
presencia de las pantallas en la vida de los adolescentes, ellos ya no
leen. Los estudios de consumo de aquí y del mundo demuestran lo
contrario: no es que leen menos sino que lo hacen de manera diferente,
en otros soportes y con otros fines. Internet ha revalorizado la lectura
y la escritura: los chicos buscan información, ya sea para la tarea de
la escuela, sobre su grupo musical o equipo de fútbol preferido.
Participan en las redes sociales, en sitios interactivos. El blog de la
autora de Crepúsculo, Stephenie Meyer, por ejemplo, está lleno de
opiniones de adolescentes que comentan lo que ella escribe, le hacen
preguntas, sugerencias. Hasta debaten sobre la historia y los
personajes".
Otro fenómeno similar en Internet son los sitios web
que administra el español Javier Ruescas, tomados literalmente por
jóvenes y fanáticos lectores. El periodista madrileño, de 25 años, autor
de la trilogía Cuentos de Bereth (Editorial Versátil), Tempus Fugit.
Ladrones de Almas (Alfaguara) y Play (Montena), lleva adelante www.crepusculo-es.com
(página en español sobre los libros de Meyer), que tiene más de 100.000
usuarios registrados. Ruescas es, además, redactor y fundador de la
revista digital de literatura juvenil www.eltemplodelasmilpuertas.com
, que ofrece artículos, entrevistas, reseñas y foros de discusión sobre
el género y recomienda títulos (novedades y clásicos) en formato papel.
Un sitio ideal para que visiten padres e hijos es el de la revista digital Imaginaria ( www.imaginaria.com.ar
), especializada en literatura infantil y juvenil. Fundada en 1999 por
los escritores Roberto Sotelo y Eduardo Abel Giménez, tiene frecuencia
quincenal y en su sumario se destacan noticias sobre el género,
comentarios de libros, galería de autores y textos para leer en
pantalla. Entre los links recomendados está el de la Asociación de
literatura infantil y juvenil: www.alija.com.ar
"Para los chicos, la búsqueda de información es
lectura. Y tienen razón -continúa la autora de Los adolescentes del
siglo XXI-. Esto es un desafío para los adultos, que deberíamos empezar a
hablar de lecturas en plural. Porque no sólo hay diferentes maneras de
leer sino que también hay diferentes tipos de lectura y de lectores.
Todo debe ser en plural. Incluso, los programas de lectura de los
ministerios de Educación nacional y provinciales, que son muy buenos,
deberían llamarse 'planes de lecturas'."
En la actualidad, el Plan Nacional de Lectura contempla
básicamente fomento de libros en papel y de la narración oral, aunque
ofrece a los docentes programas de capacitación 2.0 como "Literatura y
medios: puentes entre lo analógico y lo digital". Además, les explica
dónde y cómo conseguir versiones digitales de clásicos de la literatura
universal.
"Autores como García Canclini y Barbero sostienen que
vivimos en una sociedad multicultural no sólo por las diferentes etnias y
religiones, sino también porque en una misma sociedad conviven la
cultura letrada, la audiovisual, la digital, la oral -continúa
Morduchowicz-. Entonces, es necesario que los chicos manejen las
tecnologías, pero también que los adultos entiendan que todas las formas
son válidas. Enseñar a apreciar una película o a navegar por la Web es
hoy en día tan fundamental como leer un libro, un diario o una revista
en papel."
Multipropósito y multitarea
Los resultados de la encuesta nacional del Ministerio
de Educación confirman lo que padres y maestros ven a diario en los
hogares y las aulas: apenas el 15 por ciento de los adolescentes utiliza
un solo medio por vez; el 85 por ciento restante lo combina con otros
en forma simultánea.
"Hablamos de una generación multimedia no por la
variedad de medios y tecnologías de los que disponen sino porque las
usan al mismo tiempo. Mientras ven televisión, hablan por celular,
navegan por Internet, escuchan música y hacen la tarea", describe
Morduchowicz.
La modalidad de multiprocesos simultáneos, tal vez la
única forma válida para los adolescentes, provoca espanto y terror en
muchos adultos. "Algunos creen que una atención tan fragmentada
seguramente perjudicará la tarea escolar. No hay estudios en el mundo,
quizá porque es muy pronto, que digan que un chico que abre cinco
ventanas a la vez en distintos soportes o pantallas repruebe la escuela.
Sí tienen una atención diferente. Para esta generación, el zapping no
es una actitud frente al televisor, como hacemos los adultos con el
control remoto, sino ante la vida. Hacen zapping permanentemente, abren
ventanas sin cerrar las anteriores, los medios se superponen. Tienen una
manera de aprender, de leer, de concebir el mundo, diferente de los
adultos de hoy, pero no por eso mejor, peor o menos profunda", asegura
la especialista.
El sociólogo Alberto Quevedo, integrante del consejo
académico de Flacso, se ubica en la misma línea, ya que considera que el
concepto "multitasking (multifunción) formatea a los jóvenes en una
destreza de la atención diversificada" y que es, además, el modo de
adquirir los bienes culturales.
Si bien el historiador francés Roger Chartier, director
de estudios de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales
de París, no cuestiona el uso intensivo de las pantallas que hacen los
adolescentes, en sus investigaciones define las técnicas de lectura en
soporte digital como "una forma de zapping, de discontinuidad, de
secuencias breves". En una entrevista para adncultura, realizada por
Gustavo Santiago, el autor de El mundo como representación declaró:
Estamos frente a nuevas generaciones de lectores que
han construido sus hábitos frente a una inscripción textual que no tiene
mucho que ver con la práctica clásica del libro, del diario. En esos
casos es probable que surjan dificultades en la lectura por una
inapropiada aplicación a los textos impresos de la manera de leer que se
ha construido frente a la pantalla y que supone la segmentación, la
fragmentación. Éste es un desafío fundamental, que debe considerar -y
que ya considera- la escuela.
Los programas Conectar Igualdad, del gobierno nacional,
y Plan Sarmiento, del gobierno porteño, responden al desafío que
plantea Chartier: que la computadora (y todo lo que esa tecnología
implica) no quede fuera de la escuela.
Pantalla o papel
Las transformaciones suscitadas por los hipertextos que
leen chicos y grandes en la Web (de la lectura lineal al hipervínculo)
son, en la actualidad, tema de estudio de sociólogos, historiadores,
lingüistas, comunicadores, educadores y hasta editores y autores.
Francisco Albarello, doctor en Comunicación Social,
centró su tesis de doctorado en el impacto de las pantallas y volcó las
conclusiones en el libro Leer/navegar en Internet. Las nuevas formas de
lectura en la computadora (La Crujía). Consultado por adncultura, opinó:
"Estos cambios pueden ser analizados desde dos enfoques: desde el lugar
del dispositivo de lectura y desde la perspectiva del lector".
En relación con el primer punto, el profesor de la
Facultad de Comunicación y de la Escuela de Posgrados en Comunicación de
la Universidad Austral explicó: "Sabemos que hemos pasado de una
lectura limitada al texto impreso como dispositivo especializado -es
decir, con el que no se puede hacer mucho más que leer- a pantallas
multimedia con las que se pueden realizar muchas otras actividades. Los
cambios en el nivel físico del acto de lectura no tienen que ver
solamente con las características del texto digital sino también con el
hecho de que usamos aparatos multifunción convergentes. En mi
investigación sobre la lectura en la computadora de escritorio
(realizada entre 2003 y 2008), una de las conclusiones fue que los
jóvenes eligen leer en pantalla porque allí pueden realizar muchas cosas
a la vez, entre otras, leer. Pero esto, al mismo tiempo, es el
principal factor que hace a un tipo de lectura superficial, dispersa,
distraída. Entonces, el principal atractivo de la pantalla es a la vez
la principal limitación para leer en forma concentrada".
Autor del blog www.hiperlecturas.blogspot.com
, Albarello dice que dependerá de las metas de lectura de cada
individuo que resulte posible o no leer textos largos en pantalla sin
perder la concentración. "Los jóvenes eligen los dispositivos digitales o
los libros de acuerdo con sus diversos intereses de lectura. Tal vez
elijan leer en forma concentrada en papel para un examen de la escuela o
la facultad, porque reconocen que de ese modo no se distraen con los
estímulos de la pantalla. Pero deciden leer en ésta otro tipo de textos,
más pragmáticos y breves como las conversaciones a través de las redes
sociales, y para esto no hay nada mejor que los dispositivos móviles
(notebooks, netbooks, tablets y smartphones). Las redes sociales como
Facebook y Twittter representan hoy una mezcla de oralidad y escritura
donde la velocidad de interacción (esto es, escritura y lectura a la
vez) marca el ritmo de una conversación fugaz e infinita; los textos se
entremezclan con las imágenes y se hibridan los géneros textuales
tradicionales. El concepto de lectura ha entrado en crisis: hoy
asistimos a una lectura/navegación en la que es tan importante el
contenido de lo que se lee como las competencias digitales para acceder a
aquello que se lee."
Gemma Lluch, investigadora de la Universidad de
Valencia (España), subraya la influencia del lenguaje audiovisual en la
escritura: "Hay cambios en los textos, especialmente porque la escritura
en las pantallas se realiza al mismo tiempo que la lectura. Es decir,
el relato se narra mientras ocurren los hechos y otros lo leen. Por lo
que la identificación entre autor y lector es mucho mayor que en el
papel. Pero más allá del texto, los cambios más importantes son los que
ha aportado la Web 2.0 al acto de leer: como en épocas anteriores, la
lectura volvió a ser pública y compartida".
Nativos y residentes digitales
Quienes todavía piensen que los chicos usan la
computadora o se conectan a Internet sólo por los videojuegos desconocen
qué sucede en realidad. El 75 por ciento de los encuestados dijo que
utiliza la Web para entrar en alguna red social, donde tiene perfil
propio y se comunica con sus amigos. Con respecto al tiempo que pasa
conectado durante el día, el 55 por ciento respondió que lo hacía entre
dos y cuatro horas.
"En las pantallas, los adolescentes encuentran
textualidades diferentes. Las redes sociales y en especial Facebook, que
es el gran lugar de los jóvenes, supone un tipo de escritura que no
tiene las reglas de la escuela. En principio porque es fragmentaria,
quebrada, no respeta las reglas ortográficas; sin embargo, hay
narrativas que mezclan distintos recursos como palabras, imágenes,
videos, música, ilustraciones -dice Quevedo-. Esto no es desechado por
la escuela, que muchas veces, para actos o trabajos prácticos, recurre a
chicos que tienen capacidad de armar una estructura narrativa que no
sea puramente textual."
Así como algunos especialistas dividen la actitud
frente a la tecnología con los conceptos "nativos digitales" o
"inmigrantes digitales", el sociólogo es partidario de otra
clasificación: residentes y usuarios. "Los usuarios son como yo: llego a
mi trabajo, prendo la computadora, la utilizo, navego, pero cuando
termino, la apago y listo. No estoy conectado. Uso la tecnología porque
es una herramienta para trabajar, pero nada más. Los residentes, como mi
hija de 19 años, están conectados todo el día. Residen en el mundo de
la tecnología."
Usuario tecnológico pero no fanático, Quevedo confiesa
que fue su hija quien lo convenció de que Twitter es más interesante que
Facebook: "El desafío de los 140 caracteres genera escrituras donde se
valora la ironía, el humor, la inteligencia del autor. Roberto Arlt
decía que un buen artículo es el que empieza con un cross a la
mandíbula. Los tuiteros sólo tienen golpes a la mandíbula como desafío.
La restricción opera como un desafío a la creatividad. Hay que poder
escribir 140 caracteres y ser original. En eso se enganchan más los
pibes que los adultos".
Autores de libros infantiles como Fernando de Vedia
(Las increíbles historias de Morton Fosa es favorito entre los fanáticos
de las historias de terror) tienen en cuenta los cambios de hábitos
provocados por la tecnología cuando piensan en sus jóvenes lectores. De
Vedia los describe así: "Son nativos digitales, que nacieron en una
época dominada por la imagen, Internet, el teléfono móvil, el chat,
Facebook, YouTube y televisión con cientos de señales. Que leen más que
nunca, pero de manera fragmentada y no necesariamente libros; que
escriben más que nunca pero no cuentos sino con los dos pulgares. A
ellos, la escuela y los libros les permiten viajar, conocer otros
mundos, otras vidas, aprender y alimentar la imaginación".
Su página web ( www.fernandodevedia.com
) es un buen ejemplo de un sitio pensado para chicos internautas: es
interactiva (los navegantes pueden escribir el final de un cuento, por
ejemplo); tiene un diseño atractivo, con actividades para el aula,
vínculos para saltear la lectura lineal, videos, dibujos, fotos y hasta
organiza sorteos. Hay, además, un link al blog del autor, que se
presenta como un espacio para el fomento de la lectura y la creatividad.
Otros escritores, como Ana María Shua y Liliana Bodoc,
no creen que la lectura en pantalla modifique, por ahora, la producción
literaria: "Cuando apareció la imprenta, muchos fundamentalistas de la
caligrafía exquisita consideraron el nuevo soporte como un franco
deterioro de la relación palabra-escritura. Algo semejante se repite con
relación a estos nuevos soportes -dice Bodoc-. Yo sigo eligiendo los
libros, pero entiendo que es necesario apropiarse de estas nuevas e
inevitables circunstancias. Los futuros lectores harán lecturas más
intertextuales, más interactivas y, sobre todo, más caóticas si las
comparamos con nuestra estricta organización capitular. La literatura va
a encontrar su casa en este nuevo mundo y seguirá imponiendo su gracia
sobre la mediocridad".
Para Shua, "este tema, que es sin duda fascinante y
está produciendo enormes cambios sociales, por el momento no tiene gran
influencia sobre la literatura. Las personas a quienes interesa la
ficción son hoy, igual que siempre, una pequeña minoría. El soporte no
influye sobre los contenidos. La Eneida se puede leer en un papiro, en
un códice, en un libro, en un Kindle o en una tablet. Es cierto que las
renovaciones tecnológicas provocan cambios también en la literatura, y
no sólo cambios de paisaje. La novela, por ejemplo, es hija de la
imprenta. Todavía no sabemos qué novedades literarias traerá la
revolución informática".
Los adolescentes del siglo XXI
Roxana Morduchowicz
Fondo de Cultura Económica
Subtitulado Los consumos culturales en un mundo de pantallas, el libro reúne los resultados de una encuesta nacional del Ministerio de Educación entre 1200 jóvenes de todo el país. La autora, que dirigió el estudio, plantea como conclusión que los chicos tienen hábitos de lectura diferentes
Fondo de Cultura Económica
Subtitulado Los consumos culturales en un mundo de pantallas, el libro reúne los resultados de una encuesta nacional del Ministerio de Educación entre 1200 jóvenes de todo el país. La autora, que dirigió el estudio, plantea como conclusión que los chicos tienen hábitos de lectura diferentes
Leer/navegar en Internet
Francisco Albarello
La Crujía
El autor investigó para su tesis de doctorado en Comunicación los cambios en los modos de lectura que generan las pantallas. Su análisis está centrado en dos enfoques: las motivaciones del lector y el impacto de los dispositivos de lectura en la comprensión y atención.
La Crujía
El autor investigó para su tesis de doctorado en Comunicación los cambios en los modos de lectura que generan las pantallas. Su análisis está centrado en dos enfoques: las motivaciones del lector y el impacto de los dispositivos de lectura en la comprensión y atención.
1 comentario:
excelente post... justo estoy haciendo un trabajo para la facultad y este material me viene de maravillas
gracias por compartirlo
saludos
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