La novela está en California, donde vive la escritora desde hace más de veinte años
La escritora chilena Isabel Allende en la presentación de su nueva novela El juego de Ripper /Sergio Barrenechea./lavanguardia.com |
La escritora chilena Isabel Allende se pasa al género policíaco en su nueva novela, El juego de Ripper,
una obra de intriga, basada en un juego de rol y llena de personajes
excelentes en la que procura ser fiel a las reglas de este tipo de
libros pero "con humor e ironía".
"En el fondo me burlo del
género". He hecho un poco como hace Cervantes cuando se burla de las
novelas de caballerías y escribe el Quijote", le decía hoy a Efe Allende
en una entrevista que tuvo lugar poco antes de que presentara la novela
en la Casa de América.
El juego de Ripper, disponible
desde hace unos días en las librerías de los países hispanohablantes,
supone un giro significativo en la trayectoria de esta escritora a la
que le gustan "los desafíos". Nunca había publicado una novela de
crímenes.
El juego de Ripper ocurre en 2012 y está
situada en San Francisco, la ciudad de California en la que ella vive
desde hace más de veinte años y una tierra "optimista" donde las haya.
Ese
optimismo se refleja en la novela, en la que "ocurren cosas que si
sucedieran en Latinoamérica dirían que es realismo mágico, pero como
pasan en Estados Unidos es medicina alternativa o 'new age'", comentaba
la escritora.
Poco aficionada a la novela policíaca, Allende leyó varias de escritores escandinavos cuando preparaba "El juego de Ripper", como las de Stieg Larsson.
Poco aficionada a la novela policíaca, Allende leyó varias de escritores escandinavos cuando preparaba "El juego de Ripper", como las de Stieg Larsson.
Pero se dio cuenta de que ella no
puede escribir ese tipo de obras "porque son muy sórdidas, muy
negativas, no hay ninguna redención. Todo es oscuro y yo no soy así",
aseguraba la escritora en la entrevista.
"Decidí escribir una
novela de las mías y meterle crímenes, así, como quien echa sal, para
ver qué salía". Y lo que salió es puro Allende.
La novela surgió
de un curioso encargo. La agente literaria Carmen Balcells le pidió a
Allende que escribiera un libro policíaco junto con su marido, el
abogado californiano Wlilliam C. Gordon, que va ya por su sexta novela
policíaca.
"Eso no podía resultar. Tenemos métodos muy distintos. Él es gringo, escribe en inglés, a ratitos cortos, a mano. Yo escribo directa en la computadora, sin un plan, en español, por once horas seguidas si es necesario", contaba la autora de "La casa de los espíritus".
"Eso no podía resultar. Tenemos métodos muy distintos. Él es gringo, escribe en inglés, a ratitos cortos, a mano. Yo escribo directa en la computadora, sin un plan, en español, por once horas seguidas si es necesario", contaba la autora de "La casa de los espíritus".
El 8 de enero (Allende siempre empieza sus novelas en
esa fecha) la escritora se fue a su habitación a escribir su libro y su
marido hizo lo propio con el suyo. "La cosa podía haber acabado en
divorcio", añade.
Para documentarse, asistió a una conferencia de
escritores de novelas policiales donde aprendió "muchas cosas". Habló
con policías, detectives y médicos forenses. Y con un psicólogo
especializado en asesinos en serie.
En el libro, Allende elige un
juego de rol para ir contando los crímenes que conmueven la ciudad de
San Francisco y alrededores. La idea se le ocurrió al ver a su nieta
Andrea jugar a "Ripper", en el que se trata de pillar a Jack "el
destripador" en Londres, en 1888.
Trasladó la acción a San Francisco y la situó en la época actual, pero "la idea es la misma".
Los
jugadores son unos cuantos adolescentes, más un abuelo entrañable, que
es como el que le hubiera gustado tener a la escritora.
El hecho
de que "vayan por delante de la policía en la investigación de los
crímenes es porque no están obstaculizados por la burocracia y los
métodos policiales. Tienen imaginación, intuición, todo lo que la
policía no puede emplear porque debe ser rigurosa".
Los
personajes fueron surgiendo a medida que los necesitaba. El de Indiana
Jackson, la madre de Amanda, la protagonista, está inspirado en una
amiga de Allende que es sanadora argentina, experta en aromaterapia. "Es
una especie de bruja santa".
El del atormentado Ryan Miller, el
"navy seal", pudo desarrollarlo tras hablar tres días con un militar
perteneciente a este cuerpo de élite. Le mostró y contó todo lo que ella
necesitaba, desde métodos que emplean hasta el lenguaje del cuerpo.
Amanda,
la directora del juego de Ripper, está inspirada en Andrea, la nieta de
la escritora y que, "cuando tenía quince o dieciséis años era medio
friki", comenta.
Y el abuelo, Blake Jackson, es un hombre
cariñoso, muy distinto al de la escritora, que tenía "un carácter muy
severo pero era un hombre buenísimo. Era muy católico, muy sobrio y de
él heredé algunas cosas de mi formación, como la disciplina y el
espíritu de trabajo; el valerme por mí misma y la fortaleza interior".
La
autora de "Retrato en sepia" o "Inés del Alma mía" asegura que todo lo
que cuenta en el libro "existe en California". Abundan los astrólogos,
los psiquiatras que practican budismo zen y "los psíquicos que te pueden
conectar con tu mascota muerta".
Y la medicina alternativa es
mucho más válida de lo que algunos creen. Al marido de la escritora "le
diagnosticaron hace tres años una enfermedad terminal, le dieron dos
años de vida y la medicina occidental no podía hacer nada por él".
"Se
pasó a la alternativa y está vivito y coleando y cada vez mejor. Los
médicos dicen ahora que se equivocaron con el diagnóstico porque no
pueden aceptar que algo que ellos no inventaron pueda resultar", señala.
Las
novelas de Allende son muy visuales, parecen fáciles de llevar al cine,
pero, como dijo en la rueda de prensa, ella no ve "ninguna posibilidad"
de entenderse con Hollywood.
Su novela La hija de la fortuna no se llevará finalmente a la gran pantalla porque "no son razonables los contratos. Quieren todo, piden la luna", aseguró.
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