Incisivo, crítico, visionario, rompedor, la feroz mirada de George Orwell regresa con sus artículos periodísticos en los que hinca el diente a la realidad, en una nueva colección de sus Ensayos, la cual rescata cien de los mejores textos de no ficción del autor de Rebelión en la granja
George Orwell en plena faena de ensayista. Se publica un libro de ensayos./Lainformacion.com |
Editada por Debate, esta ambiciosa obra de mil páginas
aborda un período crucial en la vida del literato, aún afectado por sus
experiencias como miliciano del POUM
en la Guerra Civil Española, donde recibió un tiro en la garganta, pero
salió con el espíritu crítico intacto para arremeter contra la sociedad
inglesa, la literatura coetánea y los nacionalismos.
Desde
1928 y hasta su muerte, el autor de "1984" rememoró en varios de sus
escritos, aquí traducidos por siete expertos distintos, episodios clave
en su vida y anécdotas en apariencia simples, que conducen a
conclusiones colosales sobre la vida, la condición humana o la situación
política del momento.
Entre sus recuerdos volcados en estos textos, destaca "Matar a un elefante", donde durante su estancia en Birmania
la presión de los indígenas le obliga a acabar con la vida de un
paquidermo desbocado por ser el único hombre occidental armado; un
incidente tras el que piensa que, "cuando el hombre blanco se vuelve un
tirano, es su propia libertad la que destruye".
Del mismo modo, en
otra reflexión con raíces en su propio pasado, el terrible miedo que
sintió de pequeño hacia sus crueles educadores en el colegio St.
Cyprian, le hace comprender "cuán increíblemente distorsionada está la
visión del mundo que tiene un niño".
En
un mundo al borde de la Segunda Gran Guerra, tras la cual ya advierte
Orwell la inminente amenaza del estalinismo, el autor denuncia un
sistema tiránico que engaña a las grandes sociedades cultas. Y acusa de
cobardía a las democracias, temerosas de desencadenar el conflicto.
Como
un estratega militar, muchas veces se abstiene de censurar a aquellos
radicales que considera equivocados, pero admira su integridad e incluso
su pericia narrativa. Y busca las distintas contradicciones entre los
"suyos", medios y pensadores de los que era partidario y a los que
siempre supo sacar punta en sentencias donde nadie más se paraba a
prestar atención, en fondo y en forma.
Entre réplicas políticas e
intelectuales, el escritor evoca sus vivencias en la guerra, fruto de un
hombre fuertemente vinculado a su momento histórico, con una filosofía
de vida resumida al principio del ensayo "El león y el unicornio",
también citado en el texto de Irene Lozano que antecede estos ensayos:
"Según escribo estas líneas, seres humanos sumamente civilizados
intentan matarme".
Pero, si hay algo con lo que Orwell disfrutó, fue con la literatura. Desacredita a Chesterton, alaba a Henry Miller y a Joyce, desprecia a Sherlock Holmes, reseña a Dickens, disecciona "Los viajes de Gulliver" de Jonathan Swift y, fiel a su estilo, admite los ataques de Tolstói a Shakespeare en un panfleto ruso, para después reflejar los puntos débiles y malintencionados del autor de "Guerra y Paz".
Sin
embargo, el autor también admite en sus artículos productos más
"baratos", como las viñetas humorísticas de la época, firmadas en su
mayoría por el emblemático autor Donald McGill, que en su "ramplón"
humor caricaturiza a las mujeres, a los escoceses y a los obreros, si
bien no deja de reparar en la "súbita desaparición" de los chistes de
judíos, esfumados con la llegada de Hitler al poder.
Orwell
además embiste contra la automatizada profesión del crítico
especializado, aquel que no puede distinguir entre los libros
verdaderamente "buenos" y se ve obligado a usar el mismo adjetivo con
cada obra que reseña; una labor que, considera, "puede realizar
cualquier lector aficionado".
En su prosa visionaria vaticinó el
devenir de la Guerra Fría en el siglo XX, describió el comportamiento
fan de los jóvenes para con sus objetos de admiración, que aún hoy
repercute en los adolescentes e ídolos del nuevo milenio, e incluso
auguró la trivialización del término "fascista" y sus derivados, que
perderían su significado por su sobreexplotación e incorrecta
aplicación.
George Orwell (India, 1903 - Londres, 1950), nació como Eric Arthur Blair y trabajó como periodista de la BBC
durante la II Guerra Mundial, lo que le convirtió en un curtido juez de
su entorno y en uno de los escritores más representativos de su época,
hasta que la tuberculosis segó su vida en enero del año 50.
Su
fuerza literaria y su análisis social suponen sus dos valores más
patentes, culminados en las fábulas políticas más notorias del siglo,
"1984" y "Rebelión en la granja", que se suman a otras de sus obras de
indudable energía crítica, como "Que no muera la aspidistra", "Sin
blanca en París y Londres", "Homenaje a Cataluña" o "Subir a por aire", entre otras.
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