Tres escritores latinoamericanos lo han ganado: dos escritores colombianos se han alzado el Premio Nadal: en 1963, Manuel Mejía Vallejo, El día señalado; en 1965, Eduardo Caballero Calderón, El buen salvaje; y 1987, el argentino Juan José Saer, La ocasión
Ana María Matute entrega el Premio Nadal./José F. Ferrer./lainformacion.com/planetadelibros.com |
Eduardo Caballero Calderón lo ganó en 1965 con El buen salvaje. |
Juan José Saer lo ganó en 1987 con La ocasión. |
Una de las mejores plumas españolas, la escritora Ana María Matute (Barcelona, 1925), será la encargada de entregar el Premio Nadal con motivo de los 70 años de este galardón. El veredicto de los jurados tanto del Premio Nadal de Novela como del Premio Josep Pla se conocerá este lunes en el trascurso de la tradicional velada literaria en el Hotel Palace de Barcelona.
En esta edición, para conmemorar el 70 aniversario del Premio Nadal, Matute, ganadora del Nadal en 1959, hará entrega del galardón en representación de todos los premiados anteriores.
La autora mereció el Nadal por Primera memoria, una obra ambientada en la Guerra Civil española. En 2010 obtuvo el Premio Cervantes, el mayor reconocimiento literario de las obras escritas en castellano. Además, es miembro de la Real Academia Española.
El jurado del Premio Nadal está formado por Germán Gullón, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Ángela Vallvey y Emili Rosales. Asimismo, deciden el fallo del Josep Pla Sebastià Alzamora, Berta Burna, Rosa Cabré, Antoni Pladevall y Àlex Susanna.
Conoce la historia del premio más antiguo
Carmen Laforet, con la novela Nada, se alzó con el Premio Nadal 1944,
en su primera convocatoria, que se falló el 6 de enero de 1945 en el
Café Suizo de Barcelona. El premio dio un gran impulso a la narrativa de
posguerra y consagró a autores como Miguel Delibes, Carmen Martín
Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio y Ana María Matute. Con el tiempo se ha
revelado como un premio literario de referencia, y los títulos y autores
galardonados conforman un canon de la narrativa española hasta nuestros
días. Un año más y 70 ediciones después de Nada, el Premio Nadal inaugurará el próximo 6 de enero el año literario.
ASÍ NACIÓ EL PREMIO NADAL
Verano de 1944. Tras el éxito de su novela Mariona Rebull, el escritor y director del semanario “Destino”, un treintañero Ignacio Agustí, se pregunta cuántos escritores están
todavía
por descubrir en la aletargada literatura española de posguerra. Con el
propósito de “despertar docenas de novelistas dormidos en los rincones
anónimos del país”, Agustí piensa en una réplica del premio Joan
Crexells que instauró el Ateneo Barcelonés en 1928 con el propósito de
revitalizar el género novelístico; plantea su idea a Josep Vergés y Joan
Teixidor, socios del semanario y de Ediciones Destino.
Dotado con cinco mil pesetas -en aquella época de restricciones y racionamiento-, el galardón podría alumbrar bestsellers como Mariona Rebull.
Las objeciones de Vergés, que considera elevada la dotación, contrastan
con el entusiasmo de Teixidor: propone bautizar el premio con el nombre
de Eugenio Nadal. Hermano de Santiago Nadal Gaya, Eugenio fue redactor
jefe en los primeros números de Destino. Catedrático de literatura y autor del libro Ciudades en España acaba de fallecer de leucemia el 10 de abril de aquel año 1944 a punto de cumplir 28 años.
Agustí
redacta las bases del Nadal siguiendo el patrón de los premios Crexells
y Folguera que se otorgaban en Barcelona antes del 39. El jurado de la
primera edición está formado por Ignacio Agustí Peypoch, Joan Teixidor
Comes, Josep Vergés Matas, Pedro Pruna Ozerans y Rafael Vázquez Zamora.
Al final, el pintor Pruna es sustituido por el crítico Juan Ramón
Masoliver. La convocatoria del galardón, que se otorgará cada 6 de enero, aparece publicada en Destino el 12 de agosto de 1944.
La elección de la festividad de Reyes, según palabras del propio
Agustí, supone liberarse de la sobredosis de fiestas navideñas. El Nadal
fue una buena idea en aquellos tiempos de férreo franquismo: al
presentarse en sociedad la novela ganadora como un hecho consumado y
contar con el eco inmediato de los medios de comunicación, se favorecía
su publicación y mermaba las posibilidades de ser prohibida por la
censura.
La recepción de originales para el Nadal sigue su curso. A Agustí le gusta mucho El bosque de Ancines, de Carlos Martínez Barbeito. Juan Ramón Masoliver cree que es mejor La terraza de los Palau de César González Ruano y Josep Vergés se decanta por En el pueblo hay caras nuevas, del escritor gallego Álvarez Blázquez.
El último día de plazo de admisión –se
habían recibido veintiséis originales- las opiniones del jurado
experimentan un sorprendente vuelco: aterriza en la redacción de Destino
un sobre de correo urgente con un manuscrito. Desde las primeras
líneas, Agustí queda tan impactado que las comparte en voz alta con sus
compañeros. Luego se lleva la novela a casa. Veinticuatro horas después
la tiene leída. Se titula Nada y la firma una joven
desconocida, Carmen Laforet, veintitrés años: “El mundo que envolvía era
inédito. Nadie había hecho una radiografía de los años medio vacíos,
medio angustiados, extrañísimos de la posguerra como Carmen Laforet”
afirma admirado.
En
la noche del 6 de enero de 1945 durante la cena en el Café Suizo, los
invitados degustan el menú, a base de crema de alcachofas, lenguado y
becada, con peras a la cardinal de postre. El jurado delibera en el
altillo. Quedan tres candidatas tras las dos primeras votaciones:
Laforet, Ruano y Álvarez Blázquez. En la cuarta votación cae Ruano y en
la quinta la disyuntiva es Laforet o Álvarez Blázquez. Al final de las
votaciones, Nada se proclama vencedora del Nadal. Con la obra de Laforet, los Reyes acaban de traer el primer regalo a la literatura española.
En su primera edición, el Nadal ha alcanzado el objetivo: vivificar la novela española, desvelar jóvenes valores.
Como subraya Miguel Delibes, la novela española comenzó a recuperarse
gracias al premio de Ediciones Destino: Agustí, su fundador, será jurado
hasta 1956; a partir de 1958, la fiesta literaria pasará a celebrarse
en su actual emplazamiento del Hotel Ritz. La lista de autores ganadores
puebla hoy los manuales de literatura española. Sólo en las primeras
décadas, ya habían sido distinguidos, además de la citada Carmen
Laforet, José María Gironella, Miguel Delibes, Luis Romero, Carmen
Martín Gaite, Álvaro Cunqueiro, Rafael Sánchez Ferlosio o Ana María
Matute.
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