La vida era eso parte de una historia real de la pérdida de un ser querido y su superación a través de las redes sociales
Carmen Amoraga, ayer, el día siguiente de ganar el Premio Nadal 2014. / Consuelo Bautista./elpais.com |
“Los grandes títulos de la literatura está llenos de grandes dramas,
pero a la mayoría de las personas nos pasan cosas pequeñas que vivimos
como un gran drama. Eso es común a todas las personas y de eso es de lo
que me gusta escribir”. Con uno de esos dramas, La vida era eso, Carmen Amoraga (Picanya, Valencia, 1969) se impuso en la noche del Día de Reyes en el Premi Nadal 2014, el primer premio literario del año, en su edición número 70.
En La vida era eso, que la editorial Destino pondrá a la
venta el 4 de febrero, Amoraga cuenta el gran drama que vive Giuliana,
una argentina instalada en un pueblo de Valencia, con la pérdida de su
marido William, víctima de un cáncer fulminante, y cómo las redes
sociales, a las que él era muy aficionado, le ayudan a superar la
pérdida, pese al rechazo inicial de la mujer.
La historia que cuenta Amoraga está basada, inicialmente, en la
historia real que vive la madre de una de las compañeras de colegio de
la hija mayor de la escritora, que ha acabado siendo “mi amiga del
alma”, aunque reconoce que todavía “no la ha podido leer”.
“La manera en que mi amiga se acogió a las redes sociales y al mundo
virtual para superar la pérdida y contar lo que le estaba pasando, eso
es lo que he querido contar, además de cómo las redes sociales han
cambiado la comunicación humana”.
La escritora, que se confiesa fan de las redes sociales, sobre todo de Facebook: “Twitter a veces es como el plató de Sálvame”,
huye de calificar su novela de “dura y triste” y prefiere asegurar que
se trata de una novela que “cuenta una historia dura y triste pero en la
que una mujer aprende a perder para poder vivir”.
Durante la ceremonia de entrega, la escritora lució en su solapa una
enorme chapa reivindicativa contra el cierre de Canal 9: “Mi compromiso
como escritora es escribir la mejor novela que sea capaz de escribir,
pero en momentos en que nuestra voz se escucha un poco más tenemos la
obligación de defender lo que creemos, en este caso lo público. Y yo,
como valenciana y periodista, me acordé de mis compañeros de la
televisión autonómica”. También tuvo unas palabras de agradecimiento
para su profesor de literatura y para todos los profesores “en estos
momentos en que la educación pública de calidad está en peligro”.
En cuanto al impacto de las críticas, Amoraga asegura que ella,
cuando escribe, lo hace pensando en el lector, no en los críticos. “Me
duele más una opinión negativa de un lector que una crítica de un
profesional, que entiendo que va a criticar la novela, obligado y, a
veces, con falta de tiempo”. Para la escritora “el mejor crítico se
llama reedición y si las novelas se reeditan es porque gustan”.
En cuanto al nuevo libro, la galardonada espera que el lector
“empatice con los personajes y que disfrute con la historia. Que la lean
y que luego se planteen cosas”. El final, que por supuesto no quiere
desvelar, asegura que “es abierto, porque no me gustan los finales
cerrados”, y puntaliza “aunque para mí es un final feliz” ya que ocurre
algo que “quizá puede ser el inicio de una relación que hace que la
situación vivida el último año cambie”.
Su anterior novela, El rayo dormido, se sitúa en el género realista, aunque reconoce que se encuentra mejor en el intimismo de novelas como la ganadora La vida era eso:
“Me resulta más gratificante escribir sobre lo que vivo y conozco,
porque a veces vivimos tan deprisa que no vemos la realidad”.
Amoraga ha obtenido el Premio Nadal en el que quedó finalista en 2007 con Algo tan parecido al amor, la historia de tres mujeres que se cuentan los amores de toda su vida. También fue finalista del Planeta en 2010 con El tiempo mientras tanto,
la historia de una mujer que repasa su difícil relación con su hija, en
coma tras sufrir un accidente de coche. “Me gustan las carreras largas
con pasos cortos”.
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