11.6.13

Los nueve pasos para comprender el ‘inferno’ de Dan Brown

Ahora no solo se trata de evitar el exterminio de la humanidad, sino de seguirle los pasos a Dante. El autor estadounidense Dan Brown acaba de lanzar su nuevo libro Inferno.  Presentamos una guía para comprenderlo

La trama dantesca de Inferno se desarrolla en Florencia, una ciudad en cuya catedral, Santa Maria del Fiore, se encuentra esta pintura titulada La Comedia ilumina a Florencia de Domenico de Michelino (1417-1491)./semana.com

Dan Brown sostiene su Inferno/semana.com

Dan Brown está de regreso. El estadounidense es uno de los autores de novelas de misterio más exitosos de la historia. Sus libros Ángeles y demonios, El código Da Vinci y El símbolo perdido han vendido 200 millones de ejemplares y han sido traducidos a más de 50 idiomas. También han llegado al
cine, con Tom Hanks como Robert Langdon, un profesor de Harvard, que se enfrenta a misterios, conspiraciones internacionales, sectas asesinas, ciudades majestuosas y a mujeres despampanantes que lo ayudan a resolver los enigmas.
La nueva novela de Brown, Inferno, apareció hace pocos días y promete convertirse en un best seller. La historia comienza cuando Langdon despierta en una clínica y no puede recordar los últimos días. Cuando sale, se encuentra en medio de una balacera que no entiende. Y tras encontrar un extraño objeto que evoca una obra artística, comprende su misión: nada menos que evitar el exterminio de la humanidad. El libro recuerda a la Divina Comedia de Dante Alighieri, un poema épico que lleva a los lectores, entre otras cosas, por los nueve círculos del Infierno. Semana presenta una guía de nueve pasos para comprender este otro Infierno: el de Dan Brown.

1) Florencia
Langdon despierta en un hospital de esta ciudad. Cuna del Renacimiento, antiguo hogar de los Medici, banqueros y mecenas, Florencia es para muchos la más bella ciudad de Italia y el centro de gran parte de la novela. Langdon y su acompañante –la doctora Sienna Brooks– escapan de sicarios por el Jardín de Bóboli, el Palazzo Vecchio, el Baptisterio de San Juan y muchas otras atracciones florentinas.

2) Dante
El último recuerdo de Langdon se remonta a dos días antes de despertar. Caminaba hacia una conferencia por el campus de Harvard, en Estados Unidos. ¿Qué diablos hace en Florencia? ¿Y por qué quieren matarlo? Descubrirá las razones al advertir que el misterio tiene mucho que ver con uno de los más célebres hijos de la ciudad italiana: Dante Alighieri.

3) Divina Comedia
Esta obra del primer gran poeta de la lengua italiana es la base de Inferno. Escrita entre 1307 y 1321, narra un viaje que comienza en el Reino de la Oscuridad –donde viven las almas condenadas a sufrir eternamente–, pasa por el Purgatorio y culmina en el Paraíso. El poema es una alegoría de la travesía del alma humana para llegar a Dios.

4) Símbolos
La Divina Comedia tiene un doble papel. Le sirve al villano, el multimillonario Bertrand Zobrist, preocupado por la sobrepoblación mundial y obsesionado con Dante, para armar el enigma central. Y le es útil también a Langdon para resolverlo, pues el profesor es capaz de descifrar el significado esotérico de los símbolos del clásico de la literatura.

5) Infierno
La novela puede entenderse como el viaje de Langdon por los parajes sobrenaturales de la Divina Comedia, particularmente por su primera y más popular parte: el Infierno. El inicio de la trama cuenta el infierno personal del profesor: náufrago en Florencia y desmemoriado, amenazado por una punk homicida y luego por un ejército de mercenarios, acosado por pesadillas plagadas de motivos dantescos –ríos de sangre con cadáveres flotando– y dominadas por una mujer con cabellos de plata que intenta comunicarle un mensaje. Y lo peor: no sabe qué tiene que ver este lío con él.

6) El mapa de Botticelli
El artefacto diminuto que Langdon halla al salir de la clínica le sirve para comenzar a  encontrar las pistas del misterio pues proyecta una imagen espeluznante: el Mapa del Infierno del pintor Sandro Botticelli, también de la Florencia renacentista. El ‘mapa’ ilustra los nueve círculos del Infierno de Dante, donde los pecadores pagan sus culpas con terribles castigos. Los embaucadores, por ejemplo, deben caminar durante siglos con la cabeza mirando hacia atrás. 

7) Pecados capitales
Los círculos mortifican a quienes han cometido, entre otros, alguno de los siete pecados capitales: avaricia, envidia, gula, ira, lujuria, pereza y soberbia. Al final del recorrido, en el centro, aguarda un Satanás de tres cabezas y tres bocas que mastican eternamente a tres eminentes pecadores. El villano ha modificado la obra de Botticelli para ocultar un mensaje secreto: los pecados conforman una clave que abre las puertas hacia otros acertijos. Y como en Botticelli, al final está el mayor castigo: la “gran obra” de Zobrist, que, para no estropear el suspenso, es mejor no nombrar.

8) La sombra
Como Dante Alighieri, Langdon quiere salir del infierno en que se encuentra. Pero no solo el protagonista recuerda a otras figuras de la Divina Comedia. En el prólogo de Inferno aparece un personaje lúgubre que se hace llamar La Sombra, cuya sorpresiva identidad es revelada solo más tarde en la trama. Se dice portadora de un terrible regalo que, a la vez, será la salvación del mundo. La referencia dantesca es clara: las “sombras” son habitantes del Infierno, almas en pena atrapadas entre la vida y la muerte.

9) Virgilio y Beatriz
En la Divina Comedia Dante tiene dos guías: el poeta Virgilio, que lo orienta por el Infierno y el Purgatorio, y Beatriz, la amada muerta del florentino, que lo guía por el Paraíso. En Inferno, dos mujeres guían a Langdon: la dama de cabellos plateados, quien aunque se le aparece en los sueños resulta ser real, y Sienna, con quien el profesor Atraviesa su propio infierno. Ésta porta un secreto, del cual Langdon se enterará demasiado tarde... 

Los críticos afilan sus garras

La relación de Dan Brown con los críticos no es buena, e Inferno da tela para protestas. Un ataque le apunta a su “prosa terrible”. Steve Poole, de The Guardian, escribe irritado: “Una mujer poderosamente construida desmonta sin esfuerzo su motocicleta”. Y critica que Brown se refiera a marcas de productos “a fin de asegurar millones de dólares cuando su novela sea filmada”. 
Otros lo atacan por crear escenarios inverosímiles: durante una persecución, el protagonista reflexiona sobre la historia de un puente. Peter Conrad, de The Observer, escribe: “Comparada con el cerebro de Brown, la Academia de Hogwarts (de Harry Potter) es un lugar limpio”.
Le reprochan que sus enigmas se resuelvan gracias a datos que el lector no conoce. Según Alan Yuhas, nadie sabe de “la importancia de la ausencia de una taza en una pintura”. Los meticulosos pierden los nervios a raíz de los “errores históricos”: Brown llama “pintura” al Mapa del Infierno de Botticelli, cuando se trata de un dibujo.
Brown responde que en sus libros se trata de “subirse al tren”: quien esté dispuesto, puede leerlos. “Quien no, quizá debería buscarse otro autor”. A juzgar por las ventas de Inferno es claro que los lectores están del lado de Brown.

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