El tema del día de nuestro especial de la 72ª Feria del Libro de Madrid tiene que ver con las propuestas que han formulado organizadores, libreros, editores y escritores de la cita madrileña
Visitantes en el parque del Retiro de Madrid durante la feria. Foto de Uly Martín/elpais.com |
Sus reflexiones han coincidido en la necesidad de crear nuevos
lectores y promover la lectura para garantizar el futuro del libro. Y
surgen preguntas como estas:
¿Acaso algo tan obvio como el fomento de la lectura se ha
desplazado por la euforia de ganar dinero en ventas de libros y no
invertir en los futuros compradores?
¿Acaso esta ausencia de verdaderos lectores ha contribuido a la fuerte caída de las ventas de libros en los últimos cinco años?
¿Qué hacer para crear nuevos lectores y retener a los que ya existen?
Este es el debate del día que planteamos en este foro abierto de Papeles perdidos, a partir del artículo central que publicamos hoy en EL PAÍS y que reproduzco a continuación con un vídeo en este enlace:
Se buscan lectores. Razón: el Retiro
por WINSTON MANRIQUE
…Y en el origen estaba el principio del futuro del libro… En la
vuelta a la necesidad de crear nuevos lectores y de fomentar la lectura
está el porvenir de la creación literaria y de la supervivencia de un
negocio que enfrenta su quinto año de crisis consecutiva por la caída de
las ventas. Sin nuevos lectores no habrá compradores de libros,
coincide media docena de escritores, editores, libreros y organizadores
de la 72ª Feria del Libro de Madrid, que inauguró una nueva edición
(hasta el 16 de junio) en el Parque del Buen Retiro de Madrid. Una idea
que resume César Antonio Molina, director de la Casa del Lector,
escritor y exministro de Cultura: “Hubo un equívoco al pensar que lo
importante era que hubiera compradores de libros, aunque los libros no
se leyeran. Un error garrafal. Lo que hay que crear es lectores y una
vez que se creen, ellos comprarán libros”. La idea la comparten
escritores como Javier Gomá, que dio la conferencia inaugural de la
feria, Luisgé Martín y Guadalupe Nettel.
El vacío está creado. La enmienda se quiere empezar.
La euforia por las cifras millonarias de ventas de libros es
recuerdo. Desde 2008 caen de manera imparable, mientras,
paradójicamente, las encuestas señalan un aumento en la lectura que dice
practicar ya el 63% de los españoles (quienes leen al menos una vez
cada tres meses), y uno de cada tres españoles no lo hace nunca. ¿Y,
aparte de vender libros, qué hace la feria por promover la lectura y
crear nuevos lectores? “Trabajar con los jóvenes y más pequeños en las
actividades del pabellón infantil e involucrar a los padres de familia
en esta tarea”, asegura Teodoro Sacristán, director de la feria.
La lucha por la reconversión de los hábitos de lectura se suma a la
de la piratería. Si bien es cierto que entre quienes leen, el 58% lo
hace, también, en formato digital —diez puntos más que hace dos años—,
solo la tercera parte reconoce pagar por las descargas. Es decir, que
siete de cada diez descarga gratuitamente los libros. Otra paradoja es
que a mayor oferta digital por parte de las editoriales, mayor
piratería. “Se ha quebrado la dinámica de una parte de la cadena del
consumo cultural y se pone en riesgo la creación”, advirtió hace unos
meses Javier Cortés, presidente de la Federación de Gremios de Editores
de España, al presentar el barómetro de Hábitos de lectura y compra de libros 2012.
Por eso, las expresiones que se escuchan estos días en la feria son del tipo:
—¡Esperamos un pequeño milagro!
—Debemos garantizar nuevos lectores…
—Hay que cuidar a los libreros…
—Confiamos en remontar…
—Hay que afrontar la crisis con entusiasmo e ilusión…
Peticiones y plegarias al dios de los libros en una cita que es un
termómetro de lo que pasa en el sector cada año. Así es que más de 800
editoriales españolas, un sector que da trabajo a unas 30.000 personas, e
incluso el Gobierno —la industria editorial representa el 0,7 por
ciento del PIB (el año pasado facturó unos 3.000 millones de euros)—
estarán atentos a lo que suceda en los próximos 17 días en las 353
casetas.
En 2012 la feria registró una caída en las ventas del 19% respecto al
año anterior, que a su vez había sido del 10% menos respecto a 2010.
Con dios de los libros o sin él, los que sí estarán más presentes que
nunca serán los escritores que cumplirán religiosamente su ritual de ir
a firmar libros y encontrarse con sus lectores. ¿Más de 400
autores?¿¡Más de 500, o incluso 600!? Lo cierto es que será una
apoteosis de escritores ofreciendo sus libros firmados; y no solo los
fines de semana, también habrá muchos de lunes a viernes, y no todos con
novedades literarias. Todos con la misión de contribuir a las ventas.
“Es una forma de agradecer a los lectores habituales y conquistar
otros”, según Rodrigo Rivero, de la librería Lé y del comité
organizador.
Con este panorama sembrado de incertidumbre otra arma para afrontarlo
es con “más ilusión y optimismo, sin esto no existe la edición”,
asegura Valeria Ciompi de Alianza. Para Pilar Reyes, de Alfaguara, una
clave está en defender al librero, “el actor cultural más importante de
la edición”, idea que Juan Casamayor, de Páginas de Espuma, refuerza:
“Hay que crear un plan estratégico nacional para apoyar la red de
librerías”. Ello, además, de que cada uno dentro del sector dé lo mejor
de sí, afirman Ofelia Grande, de Siruela, y Ángeles Aguilera, de
Planeta.
Diecisiete días que serán vistos como las cabañuelas para lo que queda del año.
ESPECIAL DE EL PAÍS EN LA 72ª FERIA DEL LIBRO DE MADRID
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