8.2.12

Paloma Valencia y su primer libro Sin culpas

Escritora y columnista, sus relatos explican las reacciones impredecibles ante la violencia
Otras culpas el libro de Paloma Valencia, fue publicado por Borrador Editores. foto: Óscar Pérez . fuente:elespectador.com

Las culpas. Sus culpas y las de otros. La culpa inherente al ser humano que algún dios multiplicó para dominar, la culpa que las sociedades preservaron para moldearla a su acomodo, las culpas sin culpas y las Otras culpas, su libro. Paloma Valencia Laserna. Filósofa y politóloga de título, algún día candidata por Alas Equipo Colombia a la Cámara de Representantes con el número 107, defensora del agua y los desposeídos, tranquila en sus gestos, nerviosa en sus palabras, columnista de El Espectador y El País de Cali, pero, antes que nada, escritora. "Algún día, hace muchos años, leía yo las Cartas a un joven poeta de Rainer María Rilke, y en un aparte el muchacho le preguntaba a Rilke si él creía que podría ser escritor. Rilke, entonces, le respondió: 'Si usted puede vivir sin escribir, no escriba'".

Ella siempre escribió, desde sus años en el colegio Las Josefinas de Popayán. Hacía cuentos, poemas rosas y leía. El túnel, de Sábato; Niebla, de don Miguel de Unamuno; La metamorfosis, de Kafka. El mundo y la vida no existían si ella no los volvía palabra, aunque por aquellos años fueran palabra tosca, a veces trillada, palabra blanco y negro, todo y nada, palabra cursi. El tiempo, los días, la vida y el fuego lento transformaron aquellas toscas palabras en otras, más sutiles, más precisas también. "En este mundo de ruido la pelea es silenciosa. La mira y sigue con sus ojos las señas: dedos que se estiran, se recogen, se juntan, se separan, se tocan, se empequeñecen, se doblan. Un baile elaborado. Un ritual. Ella está furiosa. Jacobo no puede dejar de pensar que en una de sus iras, Mercedes lo abandonará" (primer párrafo del relato Jacobo o palabras que no se oyen).

Algunos textos los guardó durante años, y les pasaron el fuego, el frío, el calor, el hielo y ella. Ella en Popayán, recogiendo historias, recordando. Ella en Bogotá, estudiante del Santa María y de los Andes, primero; columnista y opinadora de los grandes asuntos del país, después. Ella en Nueva York, alumna de una maestría de literatura. Ella en su soledad, escritora, catadora de dolores y de miedos, del poder, de la Violencia. "Arley avanzó con sus pasos broncos, las botas sobresalían sobre su uniforme camuflado, adornado por el escudo. Así se sentía él. Un cuerpo resistente y tosco, engrandecido por el poder de ese uniforme. Sabía que ese atuendo espantaba desde lejos. Quienes lo veían recordaban su poder sin límites. Ella lo miró con sus ojos de fiera y le tembló la boca" (aparte de El pecado).

Un año atrás decidió ponerles punto final a sus relatos. Terminarlos, sin compasión y sin culpas. Se los envió a algunos editores que había conocido de sus épocas en Nueva York, y Borrador Editores le publicó sus Otras culpas a principios de julio. Un mes más tarde fue el lanzamiento en la Feria del Libro de Lima. Allí, Paloma Valencia dijo que había escrito un libro sobre la violencia en Colombia, que en últimas era la misma violencia de muchos países americanos, y explicó que había elegido un tema tan complejo porque "cuando la violencia irrumpe se quiebran las maneras tradicionales de reaccionar. Entonces el hombre encuentra formas sorprendentes de enfrentar esa violencia. De eso se trata el libro, de relatar esas reacciones, que a veces son destructivas, y a veces positivas. O esquizofrénicas. O negativas. O lentas".

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