¿La estupidez? Veintiocho siglos hablando de ella
¿Estupidos, los humanos? foto.fuente:abc.es
La mesa de novedades librescas tiene que llamar la atención cada vez con mayores luces y alharacas. Bien por las lucidas portadas o bien por los títulos que pueden ir del ridículo al pescozón, o colleja, en la nuca. Tal es el caso del titulado "¿La estupidez? Veintiocho siglos hablando de ella, del ensayista francés, fallecido este año, Lucien Jerphagnon.
El señor Jerphagnon no ha hecho otra cosa que reunir una larguísima lista de frases de ilustrísimos pensadores de la cultura occidental que llevan ratificando desde el principio de los tiempos que la estupidez es una de las características más genuinamente humanas. La primera en la frente es la de Simónides, "En efecto, la de los imbéciles es una familia muy numerosa" (a lo que nosotros podríamos añadir que también longeva). La última, de Milan Kundera, "la necedad se presenta a cara descubierta". Entre medias, vaya este ramillete de frases entresacadas de tan interesante, y entretenido libro, editado por Paidós, en absoluto estúpidas. Si algunos se dan por aludidos, ya saben el refrán español; "quien se pica ajos come".
"Qué mezquinos esos enanos que practican la política, y que se creen filósofos" (Marco Aurelio). "Nada me parece más servil, más despreciable, más ruin, más necio que un terrorista" (Chateaubriand). "Así, en vez de esforzarse en encontrar la verdad, normalmente se prefiere adoptar ideas preconcebidas" (Tucídides). "¿Acaso el pueblo no detesta por sistema todo lo que es superior?" (Cicerón). "Imbéciles: los que no piensan como usted" (Flaubert). "Hacer un largo preámbulo para justificar o elogiar idioteces es el colmo de la estupidez" (Plinio el joven). "El estúpido que tiene mucha memoria está lleno de pensamientos y de hechos; pero no sabe sacar conclusiones de ellos; eso es todo" (Vauvenargues). "La memoria es a menudo un rasgo distintivo de la estupidez; generalmente es propia de los espíritus lerdos, a los que vuelve aún más pesados por los discursos con que los sobrecarga" (Chateaubriand). "Quien se dedica a mirarlo todo no ve nada o ve mal; y a menudo interrumpe y contradice a quien habla y ha observado correctamente" (Diderot). "Cuantas menos ideas tiene la gente, más chilla" (Mauriac). Y para terminar, una sentencia de Platón que nos pone a todos en jaque: "Pues precisamente en esto consiste el mal de la ignorancia: cualquiera que no es inteligente se imagina que lo es tanto como le place". El test de la estupidez está servido.
El señor Jerphagnon no ha hecho otra cosa que reunir una larguísima lista de frases de ilustrísimos pensadores de la cultura occidental que llevan ratificando desde el principio de los tiempos que la estupidez es una de las características más genuinamente humanas. La primera en la frente es la de Simónides, "En efecto, la de los imbéciles es una familia muy numerosa" (a lo que nosotros podríamos añadir que también longeva). La última, de Milan Kundera, "la necedad se presenta a cara descubierta". Entre medias, vaya este ramillete de frases entresacadas de tan interesante, y entretenido libro, editado por Paidós, en absoluto estúpidas. Si algunos se dan por aludidos, ya saben el refrán español; "quien se pica ajos come".
"Qué mezquinos esos enanos que practican la política, y que se creen filósofos" (Marco Aurelio). "Nada me parece más servil, más despreciable, más ruin, más necio que un terrorista" (Chateaubriand). "Así, en vez de esforzarse en encontrar la verdad, normalmente se prefiere adoptar ideas preconcebidas" (Tucídides). "¿Acaso el pueblo no detesta por sistema todo lo que es superior?" (Cicerón). "Imbéciles: los que no piensan como usted" (Flaubert). "Hacer un largo preámbulo para justificar o elogiar idioteces es el colmo de la estupidez" (Plinio el joven). "El estúpido que tiene mucha memoria está lleno de pensamientos y de hechos; pero no sabe sacar conclusiones de ellos; eso es todo" (Vauvenargues). "La memoria es a menudo un rasgo distintivo de la estupidez; generalmente es propia de los espíritus lerdos, a los que vuelve aún más pesados por los discursos con que los sobrecarga" (Chateaubriand). "Quien se dedica a mirarlo todo no ve nada o ve mal; y a menudo interrumpe y contradice a quien habla y ha observado correctamente" (Diderot). "Cuantas menos ideas tiene la gente, más chilla" (Mauriac). Y para terminar, una sentencia de Platón que nos pone a todos en jaque: "Pues precisamente en esto consiste el mal de la ignorancia: cualquiera que no es inteligente se imagina que lo es tanto como le place". El test de la estupidez está servido.
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