17.2.12

Del tacacho con cecina de Vargas Llosa a la alboronía de García Márquez

El sabor de la eñe es un libro recientemente publicado por el Instituto Cervantes que recorre la literatura española y latinoamericana en busca de sus páginas más suculentas
Portada El sabor de la eñe. foto.fuente:lainformacion.com


La literatura siempre ha sido salpicada de recetas, alusiones, referencias cuando no verdaderos homenajes a la gastronomía. La literatura española y latinoamericana ha sido directamente amasada con ella, tanto que resulta a veces imposible elegir si humedecerse los dedos para girar la página o chupárselos por el hambre.

El sabor de la eñe es un pequeño libro recientemente publicado por el Instituto Cervantes que recorre la literatura española y latinoamericana en busca de sus páginas más suculentas. Como todo recetario que se respete, las citas literarias están agrupadas según el orden de aparición en la mesa: entrantes, platos principales, postres y bebidas.

La sobremesa está en mano de tres brillantes escritos, a medio camino entre antología y ficción, de Jorge Eduardo Benavides, Hipólito G. Navarro y Nuria Barrios.

Nuestro consejo es que se empiece por estos últimos, para que entre hambre, y luego pasar a algunas recetas de premio Nobel como el tacacho con cecina de Mario Vargas Llosa, un plato típico de la selva peruana a base de plátano verde asado o frito, triturado con manteca de cerdo y servido en forma de bola con cecina frita o chorizo. A él el escritor peruano rinde homenaje en la novela Pantaleón y las visitadoras.

La alboronía de Gabriel García Márquez

Aislar de la producción literaria de Gabriel García Márquez todas las referencias a la gastronomía sería un esfuerzo titánico, así que habrá que conformarse con una sola de sus muchas "recetas": la alboronía, una fritada de berenjenas, tomates, calabaza y pimientos picados y revueltos a la que dedica algunas líneas en El general en su laberinto.

Harina, manteca de cerdo, levadura, huevos y azúcar en forma de caracol. Española la ensaimada, española la escritora que le hace un hueco en el cuento Malena, una vida hervida. Almudena Grandes y uno de los dulces más emblemático de la tradición culinaria española en una misma página de papel.

Los chiles en nogada – celebre plato mejicano hecho con chile poblano y servido con salsa de nueces y semillas de granada – aparecen en la novela de Ángeles Mastretta Arráncame la vida, mientras el pebre chileno se asoma entre las páginas de la maravillosa novela de Antonio Skármeta El cartero de Neruda.

Obviamente no podía faltar la reina de las mesas españolas: la tortilla de patata. Eso sí sin huevos y sin patatas y acompañada por un cortado sin café y todo por culpa de un camarero tacaño. Así son las cosas en Trabajo, un cuento de Manuel Vilas que forma parte de la antología Pequeñas Resistencias, 5.

Entre los escritores que faltan en esta recopilación, sin duda Isabel Allende en cuyo imaginario la gastronomía es tan importante que sus novelas se deben cortar en trocitos con cuchillo y tenedor para no atragantarse. Y es que un libro que pretenda recorrer todos los afortunados cruces entre la literatura y la gastronomía está destinado a no ser nunca exhaustivo, al igual que cualquier recetario. Tanto en un caso como en el otro, harían falta demasiadas páginas.

No hay comentarios: