Don Winslow se muestra profundamente enojado con la barbarie de los narcos mexicanos y la complacencia del gobierno gringo.foto.fuente:vive.inDon Winslow retoma los horrores de los carteles en la frontera con Estados Unidos
Don Winslow estaba "muy enojado" cuando escribió Salvajes , una brutal disección del universo del narcotráfico en la frontera entre EE. UU. y México. Sin embargo, la experiencia literaria no menguó su ira contra "una sociedad en la que cada vez más gente cree que necesita 'trabarse' para sobrevivir".
Salvajes le ha cambiado la vida al escritor estadounidense, que sigue agradecido con el diario The New York Times por haber incluido su novela en el top ten de los libros del 2010, lo cual lo catapultó a ligas mayores. "Mi carrera está en mejor lugar que nunca, pero lo básico no cambia: cada mañana me despierto y me pongo a trabajar", cuenta este neoyorquino, de 58 años.
Winslow, valorado por libros como El invierno de Frankie Machine y El poder del perro , reconoce que arriesgó mucho con esta novela y que si no fuera por el laudatorio artículo del rotativo estadounidense, quizás "habría pagado caro" semejante desmesura literaria de la que considera su obra más creativa.
El texto cuenta la historia de dos jóvenes del sur de California, el ex marine, Ben y el "geek" Chon, que cultivan y venden en paz y armonía la mejor marihuana del mundo, hasta que uno de los carteles mexicanos de la droga decide que quiere parte del pastel y secuestra a una íntima amiga y amante de ambos, la peculiar y desinhibida 'O'.
Así, Winslow vuelve a acercarse al mundo de la droga, como lo hizo en El poder del perro , aunque puntualiza que el proceso de documentación no entrañó riesgos. "Cuento historias que las fuerzas de la ley ya conocen. De hecho, los carteles se jactan de sus atrocidades y las suben a Internet, contratan a grupos musicales para que canten sus 'proezas'... No soy ningún héroe. Los héroes son los periodistas que viven en México y se exponen cada día, algo que a menudo les cuesta la vida", sentencia.
De hecho, fue un video colgado en Internet, en el que aparecían siete hombres decapitados por los narcos, lo que lo impulsó a escribir Salvajes , que comienza con una imagen similar. También necesitaba "escribir sobre América en la actualidad", agrega.
Una América retratada con un humor cáustico, tras el que se esconde el descomunal "enojo" del escritor por la guerra contra la droga. "Escribir no ha sido terapéutico ni una catarsis. Esta guerra ha costado cientos de miles de vidas y billones de dólares, para nada. Solo ha servido para hacer ricos a un puñado de sociópatas y para saturar nuestras prisiones, que ahora parecen ser la única industria floreciente en Estados Unidos, donde los pueblos se disputan acoger una", espeta.
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