18.9.13

Juan Rulfo, que estás en los cielos...

Sesenta años de El llano en llamas  

Debo la lectura de El llano en llamas, a esa obligatoriedad de leerlo para una tarea del colegio. Pero, su lectura me fascinó, porque su lenguaje me era familiar a mi, Y al leerlo yo recordaba a mi abuela, y por consiguiente, a mi madre, y por extensión, a todos los campesinos de la comarca

Juan Rulfo, que estás en los cielos...
Después me interesé por la construcción poética -porque Rulfo es un Poeta, así con mayúscula, condensa, abre frases que son verdadera poesía llevada en los labios de campesinos mexicanos como también aún hay sobrevivientes que hablan como los personajes de Rulfo; es decir sus temáticas están ahí sin resolución, si nos atenemos, haciendo una digresión social, que el país colombiano, vivió con las protestas del paro agrario, que el miope y represivo gobierno santista lo negó que existía.
Y el mundo de Rulfo, de esa aridez del desierto, de las milpas, del comal-recúerdese, que así crea Comala, ese mundo infrahumano, donde los muertos se levantan a desayunar, o viven por instantes invocados por el recuerdo. Libro capital, me refiero a Pedro Páramo, sin el cual Cien años de soledad no fuera lo que es...
Pero vuelvo al Llano. Este libro es una recopilación minuciosa y condensadamente extensa del campo mexicano; los críticos ya le han hecho todos los estudios, yo sólo diré que es mi libro de cabecera a la hora en quiero introducirme a escribir un cuento, salvando las distancias, porque si Rulfo nos cuenta de la aridez del desierto, de estos campesinos en el vivo olvido de la historia, que viven en el Olvido, que este es el peor de los mundos, de allí que sus personajes vivan en la muerte para que su recuerdo no se nos olvide.
También se dice que este libro es un ejercicio de tono de lo que después despliegara en todo su extensión en los que se llama originalmete Los murmullos. Además, existe la leyenda, que era una extensa novela influenciada por la prosa dura, disgresiva pero poética del gran Faulkner, que también escribe de pueblos olvidados y áridos y desiertos del sur de los Estados Unidos. Cuenta la leyenda, que Los murmullos era farragosa, y extensa, pero Rulfo, se dio a la tarea de reescribirla, tachando al máximo, hasta convertir un arte, un arte el tachar, según dice un escritor colombiano.
Por eso Pedro Páramo posée ese aire libertario de romper con toda convención formal de una novela argumental en el sentido de una linealidad racional. Allí radica su sabiduría narrativa, dejar al lector que la reconstruya a su modo, que la lea donde abre el relato, anticipándose a Rayuela, si se quiere, pero de esto ya se ha dicho mucho.
Y yo solo quiero decir que Rulfo es de los Maestros de mi canon personal...
Y el mejor homenaje que se debe hacer  a un escritor en estos onomásticos, es leerlo, releerlo para que no se nos olvide que somos como sus personajes, polvo y olvido...

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