La arrogancia y la soberbia fueron enterradas en Granada, Nicaragua, en un sepelio al que asistieron poetas de 60 países del mundo, junto a habitantes locales y turistas, en un acto simbólico que formó parte del IX Festival Internacional de Poesía
Nicaragüenses y turistas participaron en el Carnaval Poético que recorrió las calles de Granada. /Alejandro Sánchez./nuevo diario./lainformacion.com |
Pero lejos de una ceremonia de duelo, el ambiente fue el que se acostumbra cada febrero en la ciudad colonial nicaragüense: un carnaval poético.
A
lo largo de un kilómetro, las comparsas animaban el ambiente con ritmos
alegóricos a las tradiciones nicaragüenses y otros sones, que sólo eran
interrumpidos por poemas lanzados al viento.
Un total de 32 poetas recitaron sus obras en cada una de las ocho esquinas que encontró el recorrido del carnaval.
Desde
un podio a la vista de todos, brindaron su poesía autores como la
nicaragüense Goconda Belli, el australiano Meter Boyle, el japonés
Yasuhiro Yotsumoto, la argentina Carla Pravisiani, y el griego Dimitris
Angelis.
También lo hicieron el español Miguel Anxo Fernan-Vello,
el mexicano Alí Calderón, el estadounidense Jerome Rothemberg, el
egipcio Andel Galal, la ecuatoriana María Luz Albuja, el holandés Willem
Thies, el estonio Juri Talvet, entre otros.
Como es costumbre,
los poemas no eran traducidos, pero tampoco hacía falta. Granada, una
ciudad de gente reservada, ubicada a 50 kilómetros al sureste de
Managua, llenó sus calles de habitantes y visitantes con ganas de sentir
la poesía más que entender su letra.
El desborde de personas
atraídas por la poesía, nacionales y extranjeros, le dieron sentido al
lema del IX Festival Internacional de Poesía de Granada: "La poesía es
el cántico del cosmos".
"¡Que viva la poesía! ¡Que viva la
libertad! ¡Que viva el amor! ¡Aquí está Granada!", fue el grito de
salida oficial para el desfile que combinó un funeral, un carnaval y una
aglomeración de poetas nunca visto en la historia del festival.
Días antes una cantidad similar se había reunido en un hotel de la ciudad para participar de un brindis en honor de Ernesto Cardenal, poeta al que se le dedicó esta edición del Festival Internacional de Poesía de Granada.
En
contraste con años anteriores, pocas comparsas desfilaron debido a la
ausencia de las carrozas patrocinadas por el Gobierno central de
Nicaragua.
La ausencia de representaciones artísticas
gubernamentales y de funcionarios estatales coincidió con que el
Festival fue dedicado a Ernesto Cardenal, uno de los principales
críticos de la pareja presidencial compuesta por el mandatario Daniel Ortega y Rosario Murillo.
A
los visitantes poco les importó. Cada persona que tuvo oportunidad
saludó o se tomó una foto con Ernesto Cardenal, siempre que estuvo de
ánimos para hacerlo.
La gente ni siquiera se acordaba de que un
día de noviembre de 1856, William Walker había quemado la ciudad y
puesto el letrero "Here was Granada".
El filibustero
estadounidense probablemente nunca imaginó que el cartel que predomina
hoy en la ciudad dice en castellano: "Bienvenidos poetas del mundo".
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