La escritora noruega participa en Barcelona en la Semana de Novela Negra
La escritora Anne Holt./Kim Manresa./lavanguardia.com |
La escritora noruega Anne Holt cierra su serie protagonizada por la psicóloga Inger Johanne Vik e Yngvar Stubø
con un caso de maltrato infantil que coincide en el tiempo con los
atentados que tuvieron lugar en verano de 2011 en Oslo y la isla de
Utoya.
"Siempre había tenido la idea de escribir una historia sobre los
abusos físicos, que no sexuales, a niños, y estuve investigando y vi que
era un reto escribir una novela negra sobre esta cuestión", ha
comentado a Efe Holt, que participa en Barcelona en la Semana de Novela
Negra.
Holt escribió la novela incluso contrariando el consejo de su editor,
que le hizo ver que los lectores preferían asesinos en serie y no
maltratadores.
El punto de partida de "Lo que esconden las nubes oscuras" (Roca
Editorial) es la aparición de un niño de 8 años muerto en su casa de
Oslo, hijo de una familia acomodada de la ciudad, al tiempo que se
producen los atentados en Oslo y en la isla de Utoya.
Los padres, inconsolables, hablan con la psicóloga penal Inger
Johanne Vik, que determina que la muerte se debió a un trágico accidente
doméstico, pero Henrik Holme, un joven agente de la policía que apenas
hace seis semanas que se ha graduado, sospecha del padre y se las
arregla para convencer a Vik de que lo apoye en su línea de
investigación.
Recurrir a los atentados perpetrados por Anders Breivik fue una
estrategia narrativa, pues "en ningún momento pretendía que esa tragedia
fuera la trama protagonista de la novela, sin embargo, con todos los
policías experimentados pendientes de los atentados terroristas, me
permitía recurrir a un policía sin experiencia, porque uno experimentado
habría resuelto enseguida que era un accidente doméstico".
Asimismo, Holt pretendía situar el pequeño suceso en aquel contexto,
con toda la sociedad tan focalizada en aquella única tragedia, "mientras
los demás dramas quedaron a la sombra".
Explica en el epílogo Holt, que fuera jueza y Ministra de Justicia de
su país, que "hay poca gente en la cárcel por abusos físicos de niños,
aunque sí que hay más por abusos sexuales".
Por su propia experiencia judicial y política, "es difícil detectar
estos casos y juzgar a sus autores porque los niños son muy leales a sus
padres y además porque los niños se caen con frecuencia y resulta
difícil discernir la causa de un moratón".
En la investigación previa a la escritura de la novela, Holt pudo
conocer algunos informes que hablan de 20.000 víctimas por abusos
físicos, "un índice muy alto para un país de 5 millones de habitantes" y
los pocos casos que llegan a la justicia son bebés, que ni se caen ni
suben a árboles.
Considera la autora que así como el asesinato del primer ministro
sueco Olof Palme supuso la eliminación de las barreras para los
novelistas nórdicos del género, la matanza masiva de Utoya "no
significará nada para la novela negra, porque es un caso muy fácil, el
asesino estaba ahí, tenía la pistola y confesó. Seguramente será
importante para otro tipo de ficción", añade.
"El caso Olof Palme es, y seguirá siendo, un misterio, mientras que
los ataques de la isla de Utoya fueron una tragedia", resume la autora.
Reconoce que la matanza perpetrada por Breivik se ajusta más al
prototipo de asesinatos masivos en escuelas norteamericanas, en los que
un chico de clase media con problemas o frustraciones familiares mata a
la gente a su alrededor, si bien, piensa que el caso noruego es "más
espectacular, tanto por la bomba en el edificio gubernamental como por
el asesinato masivo de los chavales".
La propia Holt declara que si hubiera hecho una novela así, su editor
le habría dicho que no era creíble. Una vez más la realidad supera a la
ficción.
Otra de las cosas que tiene en común el caso de Breivik con los de
estudiantes estadounidenses es que "todos anuncian que algún día harán
algo que les hará sentir importantes y que en su infancia no tuvieron un
hogar que les hiciera sentirse protegidos".
Finalizada la serie de Vik y Stubø, Holt continuará con los dos
últimos libros de su serie de diez novelas protagonizadas por la
detective de policía lesbiana Hanne Wilhelmsen, que va a ser llevada a
una serie televisiva por la BBC.
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