24.8.11

Un libro sobre fútbol y otros ingredientes de la amistad entre varones

En la nueva novela de Sacheri, un grupo de amigos trata de recuperar algo de lo que uno de ellos, antes de morir, invirtió en el pase de un juvenil
Eduardo Sacheri, autor de El secreto de su ojos, novela que dio origen al segundo Oscar del cine argentino.foto.fuente:Revista Ñ

Eduardo Sacheri es la envidia de buena parte de los argentinos. No por haber inspirado la segunda película argentina en ganar un Oscar –Es el autor de la novela sobre la que se hizo El secreto de sus ojos – y tampoco por vender desde hace rato la tonelada de libros que vende. Nada de eso: Eduardo Sacheri es envidiado o debería serlo porque en su epitafio bien podría agregar que – además de escritor– es un hincha orgulloso de su equipo. El mismo se encargó en varios de sus libros y en entrevistas de dejar en claro su fanatismo por Independiente. Ahora vuelve a la carga con su flamante novela, Papeles al viento .

En ella relata con ritmo y muchísimos diálogos la historia de Fernando, "el Ruso" y Mauricio, tres amigos que rondan los 40 y afrontan el duelo por la muerte prematura del cuarto mosquetero, "El mono". Por supuesto que todos son bien futboleros y del Rojo y quizás por eso deben lidiar también con el muerto que les ha dejado su amigo, que se gastó buena parte de los ahorros para comprar el pase de Juan Mario Juan Bautista Pittilanga, un juvenil que prometía goles y cientos de miles de dólares.

Trasnochados, los tres amigos se inmiscuyen en el mundo del fútbol, del negocio, de las trampas. Todo sea por vender a Pittilanga y recuperar la inversión. "El fútbol es una señal de identidad, es un código de conducta y de interpretación del mundo para muchos. Y, por otra parte, como es un juego, nos permitimos una frontalidad que en otros ámbitos de la vida nos cuidamos mucho más de exhibir. Hace aflorar lo que somos, lo mejor y lo peor, lo que tenemos adentro", explica Sacheri. Por eso lo ha utilizado como telón de fondo en anteriores libros, como Te conozco Mendizábal y Esperándolo a Tito y otros cuentos de fútbol.

Por eso escribió con Juan José Campanella el guión del filme animado Metegol. Sabe de fútbol y por cómo habla, cabe arriesgar, también sabe cómo es eso de perder a un amigo del alma.

¿Esta es una novela sobre la amistad entre hombres?

Es una novela sobre la amistad, sobre la persistencia, las crisis y las ausencias. Sí está puesto en una clave de "psicología masculina". Las mujeres son más complejas. Los tipos solemos ser bastante básicos en líneas generales.

¿Cómo somos?

Más que básicos somos tangentes, nos gusta entrarles a los temas importantes por caminos secundarios que no nos dejen tan expuestos ante la mirada de los otros tipos. Nos queremos y nos emocionamos, pero si no se nota, mejor. Sentimos, pero tratamos de hablar lo menos posible acerca de eso que sentimos.

Casi no aparecen mujeres en la novela y las que aparecen dejan bastante que desear, ¿se lo recriminaron?

(Primero contesta con una sonrisa). Sí, reconozco que hay poco de mujeres, que están muy en segundo plano, aunque me parece que puede ser interesante para una lectora asomarse a ese mundo tan preponderantemente masculino que tiene la novela. A algunas les ha gustado ver cómo funciona un grupo de tipos en su intimidad, en su modo de pensar y de proceder. Como si estuvieran viendo el comportamiento de los animales en Discovery Channel. No creo que los hombres tengan mucha paciencia para leer una historia de mujeres.

Las mujeres en cuestión: la ex del difunto amigo, buena madre pero siempre en pie de guerra con su ex en vida y con los amigos que lo sobrevivieron; la secretaria joven y sensual; una de las esposas, obsesionada cuidadosa de su cuerpo –"una pelotuda", en palabras del autor– y la preferida de Sacheri, la mujer del Ruso, un monumento de mujer y solidaridad, pero casada con un tipo un tanto desprolijo. Nada más, nada menos.

Si hay exitismo en el mercado literario, igual que en el fútbol, Sacheri todavía lo ignora. "Si mis próximos libros se venden muy poco experimentaré el lado más amargo del mercado. Por ahora creo que tengo mucha más suerte de la que me merezco", explica.

Para no meter la pata con el mundo del fútbol, Sacheri escuchó los consejos y las anécdotas de dos entendidos: el ex jugador Facundo Sava (ver recuadro) y el psicólogo deportivo Marcelo Roffe, que trabajó en las selecciones juveniles de José Pekerman. Con ellos terminó de confirmar algunas de las peores sospechas del submundo futbolero. "Yo tenía mis fuertes sospechas de que es un mundo rarísimo y turbio donde se mueve dinero para todos lados. Es un mundo donde casi cualquier cosa es posible, pero lo contradictorio es que yo me entusiasmo con el fútbol como si todo ello no existiera. Cuando voy a ver a Independiente no puedo pensar son 11 millonarios y yo el pelotudo que gasta para verlos". Así de inexplicable es la pasión de los personajes, de Sacheri y de todos los futboleros.

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