El IV encuentro nacional de escritores, Luis Vidales,en Calarcá, Quindio, Colombia, tiene invitados especiales como Ana María Cano y Alfredo Molano
El poeta Luis Vidales, en cuyo honor se celebra el encuentro de Calarcá.foto.fuente:elespectador.com
Escritor faccioso. Denodado. Provocador. Fue detenido treinta y siete veces debido a su actividad política. Después de estudiar en París, en la Sorbona, volvió a Colombia para fundar junto a otros el Partido Comunista. Fueron varios los enemigos que resultaron después del suceso. Pero no importó
Poseía la dualidad de los combatientes románticos. Era militante, pero también poeta. De joven y antes de ser cónsul en Europa perpetuó sus ideas en distintas revistas literarias.
Las rimas lo estremecieron desde muy joven. Empezó componiendo versos modernos, a lo Rubén Darío. Por culpa de sus pocos buenos amigos terminó escribiendo un libro: Suenan timbres. Desde su primera lectura en el Café Windsor fue elogiado por Luis Tejada, su cómplice, el cronista lírico. Él, una docena más, Jorge Luis Borges, Vicente Huidobro y Alberto Hidalgo notaron su sello vanguardista. Lo reverenciaron. Por eso Vidales, entre setenta y dos poetas, fue el único colombiano incluido en el Índice de la nueva poesía americana de 1926.
Hoy, 21 años después de su muerte, en Calarcá, su tierra, celebran el cuarto ciclo literario en su honor. Según Mario Vargas, uno de los organizadores, "este es un encuentro nacional de escritores pensado como un proceso formativo, de divulgación y de acción, en donde además de exaltar la tradición literaria del Quindío, se rinde homenaje al poeta Vidales", el hombre que creía que una rosa estaba presente para dar testimonio de las que perecieron.
Después de presentar diferentes temáticas en los años anteriores: Novela Breve (2008), Novela Histórica (2009) y Cuento (2010), este año el encuentro ocupa sus horas en el periodismo y la literatura: el dúo fantástico y sugerente que cada vez más acapara la atención de lectores, editoriales y dueños de medios de comunicación.
Para la cuarta versión, el comité organizador estableció tres ciclos: uno pedagógico, en el que instruyeron a los más pequeños en el arte de narrar historias. Otro audiovisual en el que evidenciaron, a través de invitados como Hollman Morris y Marta Rodríguez, aproximaciones a la realidad hechas a través de una cámara. Y el literario, en el que se pretende reflexionar sobre la amalgama de la ficción y no ficción.
Para este último ciclo el ramillete de invitados está conformado por firmas reconocidas, dotadas de pertinencia y pulcritud: Alfredo Molano, Ana María Cano, Alberto Salcedo, Pilar Lozano y Cristian Valencia, entre otros.
Durante cuatro días estos periodistas y escritores hablarán del auge del nuevo periodismo en Colombia, contarán sus experiencias frente a sus retos, darán cuenta de los horrores e injusticias a los que se ven enfrentados a la hora de ejercer el oficio, enumerarán los vicios y los pecados del periodismo y revelarán procedimientos, acercamientos y abordajes de una historia.
Todo está dispuesto para la inauguración del encuentro que tendrá lugar esta noche en el Teatro de la Casa de la Cultura, en donde Calarcá queda atenta para empezar a asimilar la realidad contada por boca de los mejores.
Poseía la dualidad de los combatientes románticos. Era militante, pero también poeta. De joven y antes de ser cónsul en Europa perpetuó sus ideas en distintas revistas literarias.
Las rimas lo estremecieron desde muy joven. Empezó componiendo versos modernos, a lo Rubén Darío. Por culpa de sus pocos buenos amigos terminó escribiendo un libro: Suenan timbres. Desde su primera lectura en el Café Windsor fue elogiado por Luis Tejada, su cómplice, el cronista lírico. Él, una docena más, Jorge Luis Borges, Vicente Huidobro y Alberto Hidalgo notaron su sello vanguardista. Lo reverenciaron. Por eso Vidales, entre setenta y dos poetas, fue el único colombiano incluido en el Índice de la nueva poesía americana de 1926.
Hoy, 21 años después de su muerte, en Calarcá, su tierra, celebran el cuarto ciclo literario en su honor. Según Mario Vargas, uno de los organizadores, "este es un encuentro nacional de escritores pensado como un proceso formativo, de divulgación y de acción, en donde además de exaltar la tradición literaria del Quindío, se rinde homenaje al poeta Vidales", el hombre que creía que una rosa estaba presente para dar testimonio de las que perecieron.
Después de presentar diferentes temáticas en los años anteriores: Novela Breve (2008), Novela Histórica (2009) y Cuento (2010), este año el encuentro ocupa sus horas en el periodismo y la literatura: el dúo fantástico y sugerente que cada vez más acapara la atención de lectores, editoriales y dueños de medios de comunicación.
Para la cuarta versión, el comité organizador estableció tres ciclos: uno pedagógico, en el que instruyeron a los más pequeños en el arte de narrar historias. Otro audiovisual en el que evidenciaron, a través de invitados como Hollman Morris y Marta Rodríguez, aproximaciones a la realidad hechas a través de una cámara. Y el literario, en el que se pretende reflexionar sobre la amalgama de la ficción y no ficción.
Para este último ciclo el ramillete de invitados está conformado por firmas reconocidas, dotadas de pertinencia y pulcritud: Alfredo Molano, Ana María Cano, Alberto Salcedo, Pilar Lozano y Cristian Valencia, entre otros.
Durante cuatro días estos periodistas y escritores hablarán del auge del nuevo periodismo en Colombia, contarán sus experiencias frente a sus retos, darán cuenta de los horrores e injusticias a los que se ven enfrentados a la hora de ejercer el oficio, enumerarán los vicios y los pecados del periodismo y revelarán procedimientos, acercamientos y abordajes de una historia.
Todo está dispuesto para la inauguración del encuentro que tendrá lugar esta noche en el Teatro de la Casa de la Cultura, en donde Calarcá queda atenta para empezar a asimilar la realidad contada por boca de los mejores.
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