19.8.11

Historia y literatura: cuando la ventaja es contar desde las tripas

Los escritores Alberto Manguel y Manuel Rivas dialogaron en un seminario internacional, en la Universidad de San Martín de Buenos Aires
Manuel Rivas y Alberto Manguel, coinciden en que la literatura amplia los interrogantes del lector.foto.fuente:Revista Ñ

El presente se escribe con tinta invisible. Cuando hablamos de la Historia, en realidad hablamos de un presente recordado y el ideal de la literatura, cuando toca hechos históricos, es que lo haga desde una escritura sentipensante ". Y cross a la mandíbula del escritor gallego Manuel Rivas, que siempre habla bajo y como para sí.

Alberto Manguel, escritor y ensayista argentino residente en Francia, dobla la apuesta: "La idea de la Historia y la literatura vienen de nuestra concepción del tiempo, pero no tienen forma real para el Universo, al que le interesan poco los elementos que elegimos para darles forma. Ser novelista o historiador son construcciones ficticias".

Ambos participan del seminario internacional "Historia y Literatura", organizado por el Programa Lectura Mundi de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) y dialogan con Clarín sobre las diferencias entre el relato histórico y el de ficción, "en apariencia dos púgiles en lucha", dice Rivas. El seminario se extenderá hasta mañana con el italiano Bruno Arpaia, el chileno Arturo Fontaine, Griselda Gambaro y Gastón Burucúa.

Manguel explica que "hay una paradoja que es la de atribuirle habitualmente objetividad a la Historia y subjetividad a la literatura. Pero para el lector, hay más universalidad en la visión de un escritor, que en la de un historiador que tiene que ser más definida. El lector también entiende lo que lee como un reflejo de su propia experiencia humana".

Rivas y Manguel trasiegan del terreno de la realidad al de la ficción sin problemas. Ensayista de la realidad, poeta y narrador el primero, crítico literario y escritor el segundo, ambos difieren en su concepción de la enseñanza de la Historia: mientras Rivas, autor de Los libros arden mal , recibió una educación doctrinaria que coincidió con la última parte de la dictadura franquista, Manguel rescata a los "buenos profesores" que le transmitieron una versión humanizada de la Historia.

¿Cuál es la diferencia esencial en la construcción del relato histórico y el relato de ficción? Rivas: Lo que conocemos como Historia es muchas veces un juego de máscaras. Y, como decía Walter Benjamin, si algo se parece a la felicidad, son esos momentos en que la Historia se vive como un rescate, como un especie de re-existencia de aquello que no ha sido posible. La literatura siente una atracción fatal hacia la Historia, por un lado para narrarla y por el otro, para pelearla".

Manguel: El historiador trabaja a partir de ciertos hechos que puede comprobar de forma documental, en cambio las reglas de la ficción son más secretas.

¿Los límites también difieren? Rivas: El paisaje de la realidad está lleno de enigmas y de sombras que sólo la ficción puede develar, pues mientras la Historia sólo puede llegar hasta la línea de lo inaccesible en términos arqueológicos, la literatura mete las manos más a fondo. No llega solamente a los huesos, sino también hasta las cenizas, que tanto pueden ser testimonio de una destrucción como de la preexistencia de un hogar".

Manguel aporta más datos a esa delgada línea que divide aguas entre la Historia y la literatura: "Un texto histórico tiene que ser aristotélico. Una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo. Pero sí puede funcionar en la literatura, donde los personajes pueden ser y no ser muchas cosas simultáneamente".

Como en las Letras no existen los caminos rectos, ambos escritores encuentran que la ventaja de la literatura sobre la Historia es que además habla "sobre la condición humana con la boca de las tripas y no nace para dominar". Y que "una vez aceptado que queremos saber quiénes somos, la Historia contribuye a definir los elementos de nuestro recorrido. La literatura no da respuestas, sino que amplía las preguntas que tenemos".

Clarín les pide que elijan un libro de ficción para contar un hecho histórico a las generaciones venideras. Mientras Manguel se decanta por el memorable Los libros arden mal , de Rivas, el escritor gallego lo hace por Los músicos de Bremen, un relato de los hermanos Grimm, y Hansel y Gretel , un cuento de origen alemán versionado por los Grimmc, porque "existe mucha información oculta" detrás de la literatura que "nos habla de nuestro tiempo presente".

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