La valla que separa el festival de la Universidad de Oviedo.fotos:Paco ParedesLas disputas políticas ponen en peligro la gran cita literaria del género policiaco, histórico y de ciencia-ficción de Gijón, que podría cambiar de sede o desaparecer
Paco Ignacio Taibo II, director de la Semana Negra, en Gijón.foto: Juan González
Visitantes de la Semana Negra, en el campus de Viesques de la Universidad de Oviedo, en Gijón.foto:Paco Paredes.fuente:elpais.com
Este año el tren negro no paró a su paso por Oviedo. Francisco Álvarez-Cascos no se unió al convoy, como tampoco lo hizo Carmen Moriyón, alcaldesa de Gijón por el Foro de Asturias, en la llegada a su estación final. Semanas antes, la regidora anunciaba que revisaría el convenio que desde hace 24 años el Consistorio suscribe anualmente con la Asociación Semana Negra, organizadora del evento. "No diré no por no", declaraba Moriyón en una entrevista con Europa Press, "pero si el coste es cercano a los 300.000 euros y continúa la polémica por el emplazamiento con la Universidad o el ruido con los vecinos, todas las partes tendremos que repensarlo". La alcaldesa aboga por replantear la actual oferta cultural municipal y defiende más eventos del estilo de un torneo de golf en el que participan 400 niños. Desde el Principado, que también colabora en la aportación económica, afirmaron que "el Ayuntamiento de Gijón tiene autonomía absoluta para tomar las decisiones que considere necesarias".
Felgueroso, en sustitución de Carlos Rubiera, concejal de Cultura que no asistió a la recepción y con el que este periódico ha tratado de ponerse en contacto sin conseguirlo, desgranaba "el esfuerzo" que en su opinión hace el Ayuntamiento. La subvención se cifra en una aportación económica de 230.000 euros de la que participan otros organismos públicos, como el teatro Jovellanos, donde se celebran algunos conciertos. A esta cuantía se añaden varias partidas por la cesión del terreno y la prestación de servicios a cargo de empresas municipales, como la seguridad vial, el sistema de aguas, la presencia de la Policía Municipal, los bomberos y Protección Civil, además de los servicios sanitarios. El teniente de alcalde no pudo concretar la cifra exacta a la que asciende el monto final. José Manuel Sariego, exconcejal de Cultura del PSOE, explicaba en una esquina de la sala del Ayuntamiento que esta subvención es "perfectamente asumible porque solo supone el 20% del total del coste del evento. Quien decida suspenderla estará robando a los gijonenses parte de su patrimonio".
El resto de la financiación se sustenta en patrocinadores privados como Pepsi, Mahou y Air Europa, entre otros, además de las cuotas que hosteleros y comerciantes pagan por poner sus carpas en el recinto. "La Semana Negra será imposible sin el apoyo municipal, no se trata solo de la aportación económica, sino de la voluntad de colaborar por parte del Ayuntamiento", explicaba Taibo II.
En la carpa del Conseyu de Mocedá se ha creado una suerte de muro de las lamentaciones donde los semaneros cuelgan mensajes de apoyo a la Semana Negra y en contra de la valla que, por primera vez en la historia del festival, delimita el recinto. Taibo II la denomina "el muro de la ignominia" del rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor, principal opositor a que esta edición se celebrara en el campus de Viesques, a las afueras de Gijón. Existe una sentencia del pasado 19 de julio que da la razón a la organización de la Semana Negra en contra del criterio del rector, quien arguye que el festival provoca problemas con los vecinos por los posibles ruidos y molestias a los estudiantes.
El Consistorio se desentiende de la linde, que ha supuesto un coste de 70.000 euros para la Universidad, al que se añade el del personal de seguridad que deambula por el recinto. Y, aunque Felgueroso recuerda a Gotor que "los terrenos pertenecen al Ayuntamiento" -pese al litigio que mantienen por la propiedad-, la alcaldesa Moriyón se comprometió con la institución académica a que no se volvería a celebrar allí el festival literario.
Vicente Álvarez Areces, alcalde socialista de Gijón durante 12 años y presidente del Principado otros 12 -hasta el pasado 22 de mayo-, fue uno de los veteranos que inauguraron esta fiesta literaria, a falta de representación del Gobierno municipal. Areces fue el regidor que hace 24 años creó la Semana Negra con el historietista Ángel de la Calle, el editor Juan Cueto y el propio Paco Ignacio Taibo II. "Es el paradigma de festival de libertad, crítico, una demostración de convivencia abierta al mundo", contaba frente a la carpa de Encuentros presidida por un gran póster del cuadro de Delacroix La libertad guiando al pueblo, espacio donde se celebran algunas de las charlas. "Ahora parece que el nuevo Gobierno, como consecuencia del cambio político, tiene dificultades de relación con la Semana. Sería un error no potenciarla, un retroceso. Nadie se cree que esto se monte con otra finalidad que no sea favorecer a Asturias".
El expresidente socialista remachó este argumento en el homenaje a los fundadores de la Semana Negra organizado el martes por la tarde. Areces, Cueto y Taibo II aseguraron que "el festival está blindado". "A mí me va la guerra", manifestó el director del encuentro, "y cuanto más tontos son los oponentes mejor me lo paso". Durante la charla, los ponentes recordaron que esta no es la primera vez que se enfrentan a "una cruzada conservadora", en referencia a la oposición del PP en la primera edición en 1988.
Para Carmen Veiga, concejal socialista y exdirectora del teatro Jovellanos, la ubicación es la clave que determinará si la Semana Negra se vuelve a celebrar en Gijón. "El año que viene no quiero trasladarme a 28 kilómetros", contaba en referencia a la posibilidad de que el festival se traslade a Avilés. Una oferta que Taibo II ha aclarado que aún no se ha hecho formalmente. Román Álvarez, concejal de Cultura de Avilés, gobernado por el PSOE, confirma desconocer esta propuesta.
Los semaneros, mientras tanto, alcanzaron ayer el ecuador del festival abarrotando cada día el recinto. Los escritores, los otros protagonistas de la Semana Negra, aunque concentrados en crímenes, relatos fantásticos y cazas de zombis, son conscientes del momento que vive el certamen. En la terraza del hotel Don Manuel, sede de algunos de los encuentros literarios, un pequeño cónclave latinoamericano cebaba el mate al fresco de la mañana del sábado. "No se va a suspender porque es una semana de duros y los duros no lloran ni se ríen", decía el escritor argentino Miguel Ángel Molfimo. Kike Ferrari, ganador del premio de relatos policiacos de la pasada edición, avanzaba un poco más en el argumento: "Es una disputa ideológica disfrazada. No se atreven a decir que esto es un nido de rojos". El tercero en debate, el escritor uruguayo Híber Conteris, finalista del Premio Hammet, cree que "aquellos que piensan que existe una contradicción entre lo popular y lo académico tienen una mentalidad oscurantista y medieval".
"Paco ha demostrado que nadie ni nada le puede parar. Quiero que haya una Semana Negra, no quiero que haya una semana cualquiera, aunque sea en Gijón", decía el escritor Fernando Marías, cicerone de Carmen Posadas. La autora hispano-uruguaya ha encontrado en este festival una cura de humildad para la literatura: "Camino entre los puestos de comida y atracciones y me doy cuenta de la labor desacralizadora del festival. Baja la literatura de la torre de marfil donde lamentablemente muchas veces se instala".
Habrá que esperar hasta la clausura del domingo. Ese día Taibo II desvelará el futuro de la Semana Negra. Si, como desde hace 24 años, se celebrará en alguna de las esquinas de Gijón o virará su rumbo en busca de nuevos misterios por Asturias.
Ficha policial
- En 1988, el escritor Paco Ignacio Taibo II, el historietista Ángel de la Calle y el editor Juan Cueto fundan la Semana Negra con la ayuda del entonces alcalde de Gijón, Vicente Álvarez Areces.
- En estas 24 ediciones han pasado por el certamen autores de novela negra como Dennis Lehane, Fred Vargas y Ramsey Campbell; y poetas como Ángel González y Juan Gelman.
- Y de todo ello ha dado cuenta el diario oficial A Quemarropa, decano de la prensa negra.
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