Al leer el primer texto publicado de Librado Silva, el historiador León-Portilla dijo: "'Oigan esto, ¿no parece Sahagún?" foto:David Jaramillo.fuente:eluniversal.com.mxLibrado Silva es un indígena que ha dedicado su vida a traducir y difundir la belleza del náhuatl; su conocimiento es tal que hizo colaboraciones en obras clave para la cultura mexicana
Hay muchas cosas de las que Librado Silva Galeana se siente orgulloso: ser indígena y nahuahablante, haber estudiado durante tantos años esa lengua, ser alumno de Miguel León-Portilla, haber traducido con él varios textos fundamentales de la cultura náhuatl, dar clases de su lengua porque "representa salvaguardarla y mantenerla viva".
Pero también -y se ruboriza al decirlo- está muy orgulloso de que un día, recién publicado su primer texto que hizo sobre el temazcal, Miguel León-Portilla lo leyó ante sus alumnos y entonces dijo que parecía escrito por fray Bernardino de Sahagún.
El rostro moreno y surcado de vida del profesor, traductor y escritor en lengua náhuatl, que es considerado informante de Miguel León-Portilla y Carlos Montemayor, se ilumina al recordar que él y otros escritores en lenguas indígenas estaban tan contentos al ver sus textos publicados en la revista de Estudios de cultura náhuatl que unos a otros se dedicaban sus textos.
"Ese texto le gustó mucho al doctor León-Portilla, hizo un comentario que aún ahora me escuece un poco. Él se los leyó a alumnos del Seminario de Cultura Náhuatl y les dijo textualmente: 'Oigan esto, oigan esto, ¿no parece Sahagún?' Ese fue un comentario muy elogioso y desde entonces, cuando escribo, tengo mucho cuidado en hacer las cosas bien, siquiera para merecer otro elogio parecido", dice el escritor.
Librado Silva Galeana (Santa Ana Tlacotenco, Milpa Alta, 1940), ama su lengua como a su vida y con humildad dice que tal vez él no sea un gran escritor pero tiene a su favor que como hablante de náhuatl casi es un poeta sin proponérselo por una sencilla razón: es una lengua eminentemente metafórica.
"He enseñado náhuatl durante muchos años en el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad y me he podido percatar de que a quien le enseño termina amando la lengua porque es extraordinariamente bella, no le podría decir en unas palabras lo que significa la lengua, es mucho lo que se puede decir, como lo que descubrió el padre Ángel María Garibay, los difrasismos, que son metáforas típicas de la lengua náhuatl con la que se expresan cosas de la vida cotidiana", dice el escritor.
Con esa generosidad y humildad que lo caracteriza, Librado Silva ha estado en muchos proyectos centrales para las culturas indígenas: fue socio fundador de la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas, da clases en su lengua materna en el Seminario de Cultura Náhuatl y también a los nahuahablantes de la delegación Iztapalapa.
Es autor, junto con León-Portilla, del Huehuetlatoli. Testimonios de la antigua palabra, un libro que reúne los 29 textos que en 1993 publicó el Fondo de Cultura Económica; y en 2007 publicó el Diccionario del Náhuatl en el español de México, obra en la que participaron también Carlos Montemayor y Enrique García Escamilla, en la que recogen más de 2 mil nahuatlismos vigentes en el habla de varias regiones del país.
Ese hombre que divide su vida entre los campos de Milpa Alta y las calles de Santa Úrsula Coapa, sigue traduciendo los huehuetlatolis que fray Bernardino de Sahagún plasmó en el Códice Florentino. Además, espera que, a más tardar el próximo año, la UNAM publique otro magno proyecto que hizo con León-Portilla: la traducción de los cantares mexicanos, poesía recogida por los frailes durante la Conquista y en la que invirtieron más de 15 años.
Informante moderno
"Sería muy pretencioso decir que le he enseñado al doctor León-Portilla, probablemente le he sido muy útil en la lengua hablada, pues como él la estudio en los libros no tenía una idea muy exacta de cómo se pronunciaban las cosas y es verdad que se aprende mejor cuando uno escucha al hablante de la lengua materna", dice el escritor en entrevista con EL UNIVERSAL .
Su modestia es tal que niega ser el informante del historiador Miguel León-Portilla, y rápido señala: "Yo más bien lo que he hecho con él es traducir, porque en esa situación nos ayudamos los dos". Asegura que en la actualidad, muchas veces hacen sus traducciones y luego se las mandan para obtener el comentario del otro.
"Claro que yo soy el que más necesita, él tiene una cultura enciclopédica, él me ha ensañado a no utilizar palabras rimbombantes, sino palabras sencillas, modestas, que todo el mundo puede entender. En ese sentido, le debo mucho a él. Si mis traducciones salen bien es que él me enseñó bastante bien y si salen mal pues ya es cosa mía", dice.
Incansable investigador del náhuatl, idioma que hablaba poco en su infancia, Librado Silva entró a la preparatoria y comenzó a desear escribir en su lengua; por eso buscó, junto con varios amigos nahuahablantes, al doctor León-Portilla; querían que les aclarara sus dudas respecto a la gramática y a la conjugación de los verbos en náhuatl.
Recuerda que lo conoció en la década de los 70, pero fue en 1980 que comenzaron una fructífera amistad y colaboración que aún continúa. Lo primero que hizo León-Portilla fue invitarlo a colaborar en la traducción de unos textos que habían sido recogidos por Fray Andrés de Olmos y que él había fotocopiado en Estados Unidos.
"Me enseñó bastante bien, ahora puedo decir que he tenido el mejor maestro en materia de traducción y si éstas no me salen bien ya no es culpa del maestro, es que soy medio corrientón en esas cosas", señala entre risas.
Aunque es rejego en cuanto a aceptar que sus conocimientos del náhuatl son altísimos y que ha sido fundamental para el trabajo de León-Portilla, Silva Galeana acepta que siempre ha tratado de investigar todo respecto a su lengua, al grado de que en ocasiones cansaba a sus padres con tantas preguntas sobre cómo se decía tal o cual cosa.
"Siempre sentí la preocupación por ser más o menos purista, lo he aprendido a fuerza de estar insistiendo mucho en ello y he avanzado bastante, lo conozco bastante bien. Por lo menos es una idea que yo me hago", señala.
Entre sus orgullos también está la inteligencia que heredó de su padre, que fue muchas cosas: campesino, comerciante "para no vivir en la miseria" y también se dedicó a la política.
"Él tenía una gran capacidad para hablar, en eso creo yo que nunca me le asemejaré, porque él era brillantísimo como orador, tanto en español como en lengua náhuatl, yo lo escuché mucho, ya siendo yo profesionista lo oía hablar y me sorprendía... Era una persona muy brillante y de él aprendí mucho, le debo mucho, he tenido la suerte de tener un padre que me encaminó. Mi madre también me enseñó muchas cosas en relación a la lengua", asegura el coautor de In yancuic nahua tlahtolli. Relatos y cantos en náhuatl
Reconocimiento de lo indígena
Detrás de esa sonrisa presente siempre en el rostro del escritor, hay una conciencia de clase; no sólo enseña náhuatl para que su lengua viva, también lo hace porque concibe que en los centros educativos es donde puede hacerse mucho para la salvaguarda de nuestra cultura y nuestras lenguas indígenas.
"El joven del campo, que tiene una lengua indígena siempre ha vivido marginado, siempre le han dicho 'indiote, tú hablas tu lengua y si no hablas el español no vas a poder llegar a la ciudad y si vas a la ciudad todos te van a ver como un enterrado'. Desde ese punto de vista, la posición de los universitarios puede ayudar más al desenvolvimiento y a la supervivencia de las lenguas indígenas", es el credo de Silva Galeana.
El estudioso del náhuatl antiguo y del náhuatl moderno es feliz cuando los universitarios, que incluso le mandan correos en náhuatl, quieren aprender su lengua; también lo es, cuando los nahuahablantes quieren enriquecerla, ambos buscan preservar lo indígena porque tiene un gran valor.
"Siempre hemos vivido separados, siempre hemos vivido marginados, siempre se nos ha considerado como muy poca cosa y eso nos tiene prácticamente acomplejados a muchos. Sin embargo, los que hemos podido, por lo menos medianamente, superar esa situación, estamos aquí tratando de hacer algo útil por nuestras culturas indígenas", concluye el escritor.
Su anhelo: menos discriminación
Librado Silva Galeana dice que la Ley general de derechos lingüísticos de los pueblos indígenas y el Catálogo de las lenguas indígenas nacionales son una contribución muy importante, "pero nos engañamos si creemos que esa es la solución, porque la solución está en los mismos pueblos indígenas, si quieren conservar su lengua y su cultura, tendrán que sobreponerse a todas las limitaciones que hay".
Él sabe que tendrán que reformularse los programas escolares desde el kinder, donde los niños aprendan que lo indígena tiene un gran valor. Recuerda que hace unos años el gobierno del Distrito Federal lo invitó a presentar una ofrenda de muertos en el Zócalo, también invitaron a actores y actrices.
Hubo una actriz muy conocida que incluso ha hecho películas "de dizque indígenas" que a la hora de despedirse se estrechó la mano de todos, pero a él lo ignoró e hizo como si no existiera y se siguió de frente.
"¿Para qué apantallar?, lo indígena en el fondo no lo quieren y lo desprecian, ¿cómo cree que me sentí? Imagínese un pobre campesino que viene aquí, sin más", concluye el informante.
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