Mientras leía saga de JK Rowling junto a sus hijos, la investigadora encontró correspondencias entre su estructura y personajes con los primeros relatos literarios de occidente. El descubrimiento dio lugar a Las voces de los clásicos en Harry Potter, un libro para fans, docentes y curiosos por descubrir los secretos del éxito del joven mago
"Harry Potter es Pirro, el hijo de Aquiles; la casa Gryffindor, que es el equipo al que pertenecen Harry, Ron y Hermione, sería Grecia; y el contexto cultural e histórico es el de la Guerra de Troya, donde los troyanos son invadidos por los griegos, les incendian la ciudad y cae Troya", resume Karina Bonifatti el primer grupo de correspondencias que encuentra entre Harry Potter –el best seller de J K Rowling– y los primeros relatos de la literatura occidental. Madre y profesora de literatura, Bonifatti descubrió como por arte de magia las relaciones entre los personajes de la saga y los que protagonizan La Odisea y La Ilíada a partir de sus hijos, y acto seguido comenzó una investigación académica que acaba de publicar en Las voces de los clásicos en Harry Potter (Biblos), un libro repleto de datos y referencias que confirman su hipótesis pero también establece preguntas sobre el lugar del lector, y una finalidad: acercar a los jóvenes –los lectores de Harry Potter cuya saga está concluida– a la lectura de los clásicos.
"Definitivamente, creo que los lectores de Harry Potter están más entrenados que otros lectores para leer a los clásicos del ciclo troyano", aseguró la autora, que confesó que admira a JK Rowling y le gustaría saber qué opina de esta hipótesis suya. "Si a los lectores de Harry Potter se les dan los elementos comparativos, pueden comprender fácilmente tramas amorosas de Esquilo, de Sófocles o de Eurípides porque hay similitudes", afirmó Bonifatti, Licenciada en Letras de la UBA, donde también es profesora en la carrera de Edición. "Pero pienso en un lector que ya leyó la saga", completó.
"Siempre me pregunté cuál es la razón para que Harry Potter siga calando tan hondo entre los niños", se preguntó Pablo Medina, director y fundador de La Nube, centro de documentación e investigación sobre literatura infantil y juvenil, durante la presentación en la Casa del Bicentenario. "Es un texto que plantea preguntas, y los niños y los jóvenes se sienten intrigados por las cuestiones filosóficas, por la vida y el mundo, cosa que los escritores de literatura infantil son los únicos que han comprendido", reflexionó. Para Pablo Caramelo, actor, profesor de teatro y otro de los presentadores, Las voces de los clásicos en Harry Potter
es , simultáneamente, un ejercicio de educación doméstica en el que se revela una relación de intensidad con la literatura, un libro de literatura comparada y un ejercicio lúdico. Ambos citaron a Borges, aunque por razones diferentes.
"Harry Potter primero fue un fenómeno de mercado. En la Argentina explotó en 2000, con la publicación del tercer libro, que durante el primer año vendió más de 100 mil ejemplares. De pronto descubrimos que los chicos leían. Y algunos profesores se vieron tentados de usarlo en la escuela. Pero el mercado, en lugar de legitimar, deslegitima", recordó Valeria Sorín como última de las expositoras. "Sumado esto a que la literatura infantil se escribe con minúscula, es muy difícil que un investigador se comprometa con un objeto tan poco legitimado; es casi un atrevimiento hacer pie en Harry Potter para, de paso, fomentar la lectura crítica", completó la secretaria académica de la carrera de Edición de la Universidad de Buenos Aires, que destacó, además, la diagramación del libro con conceptos marcados en el margen; su utilidad para los docentes de escuela media ("para apoyarlos en el desarrollo") y un rumbo: el porvenir de la lectura es la antigüedad clásica.
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