Muchos escritores dicen que su momento favorito a la hora de escribir una novela es la fase de documentación
Mucho más que las horas tecleando el primer borrador y, desde luego, a años luz del momento temido: la revisión. La documentación es el primer paso tras el nacimiento de la idea,
el momento en el que el autor comienza a tomar contacto con la realidad
alrededor de su historia, a la búsqueda y captura de detalles, momentos
y personajes.
Sin embargo, cómo afrontar esa fase documental es muy diferente para cada autor y, además, ha cambiado, yo diría que de manera radical, desde la aparición de Internet.
Nunca antes se había tenido más información al alcance de la mano con
un sólo gesto: hoy en día podemos perder horas investigando sobre la
forma de las ventanas en los pueblos de Alsacia sin salir de casa.
Hasta hace poco la manera de documentarse, por otro lado, era bien distinta. En primer lugar, el escritor era, por necesidad, una rata de biblioteca. No había otro lugar donde acceder de manera más sencilla a la información. (Por ejemplo: a Julio Verne
lo encontraron desmayado en varias ocasiones en la Biblioteca Nacional
de Francia). En segundo, la investigación llevaba muchas veces a
testimonios que tenían que recogerse de manera oral, bien viajando o
bien encontrando a gente experta en el tema a documentar.
Hoy en día hay autores que todavía mantienen que la documentación in situ es esencial para el espíritu de una novela. Que si no has estado en París, se notará tu impostura al describirla,
que si no has viajado por Inglaterra, tus detectives de la campiña no
serán fieles al espíritu real de sus habitantes. Quizá todo se
relacione, en último lugar, con aquello que se comentaba hace pocas
semanas: que toda ficción es tramposa en tanto en cuanto no se relacione con la propia vivencia del autor.
Así pues, ¿puede uno documentarse perfectamente sólo a través de Internet?
Yo diría que no. En la red podemos encontrar mucha información y
bastantes detalles, pero, por mucho que le sorprenda a más de uno, la
mayoría de los textos interesantes siguen estando en formato papel.
La red te puede ayudar a encontrar esos libros, cierto, pero es difícil
que los sustituya. En cuanto a la necesidad de viajar hasta los
escenarios de la novela que se está escribiendo, creo que depende mucho
de cada autor. Yo diría que más que fundamental es un bonus, algo que
siempre aporta una mirada más clara y que puede diferenciar tu obra del resto.
Así pues, pese a las bondades de la Wikipedia, siempre hay que tener
en cuenta una cosa fundamental en la documentación y la escritura: si no
sabes cómo son las ventanas en los pueblos de Alsacia, es mejor que no las describas. Y recordad otra cosa: sin salir de casa es difícil escribir bien una novela.
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