La novela del francés, Michel Houellebecq, sobre un presidente musulman que gobierna Francia fue publicada el día de los atentados contra Charlie Hebdo
Sumisión se ha agotado en todos los países a los que ha llegado. A los pocos días de ser publicado en Alemania ya había vendido más de 100.000 ejemplares. En Colombia se espera para marzo./semana.com Michel Houellebecq –desde hace años considerado el escritor francés más importante- promovía el miércoles 7 de enero en las oficinas de Canal Plus de París su nueva novela, Sumisión. Justo a esa misma hora, no muy lejos de allí, eran acribillados varios dibujantes y periodistas de la revista satírica Charlie Hebdo. Antes de morir ellos debatían el tema de su próxima portada: Houellebecq y su nuevo libro. Cuentan los sobrevivientes que la caricatura de la novela iba a ser la tapa de la siguiente edición del semanario.
El escritor supo del atentado mientras respondía las preguntas del periodista del canal. No tuvo otra alternativa que posponer la entrevista y salir de París escoltado por la Policía. No se equivocó. Según quedó demostrado después de revisar los computadores de los terroristas, el afamado escritor estaba entre sus posibles víctimas. Houellebecq había provocado su odio años atrás cuando en una entrevista, tras la publicación de su libro Plataforma (2001), dijo que “el islam era la más estúpida de las religiones”. Aunque fue llevado en 2002 a los tribunales por un grupo de musulmanes que consideraban que semejante afirmación “incita el odio racial y fomenta el odio religioso”, salió airoso.
Con Sumisión otra vez el islam volvió a ser su tema. El libro, una ficción política, narra lo que ocurre cuando Mohammed ben Abbes –líder de la Fraternidad Musulmana- le gana a Marine Le Pen las elecciones presidenciales de 2022. Previendo el resultado muchos judíos –entre ellos Myriam, la novia del protagonista-, abandonan el país y se van a Israel a buscar suerte. Tras la victoria de Ben Abbes, Francia comienza a islamizarse; las mujeres dejan de trabajar y salen a la calle vestidas con largas túnicas negras y el pelo cubierto por coloridas pañoletas. El protagonista –un profesor de literatura de la Universidad París III- se convierte al islamismo para conservar su trabajo pues solo los hombres de credo musulmán pueden dictar clases en universidades y colegios. La educación de las mujeres se separa de la de los hombres y, como por arte de magia, los barrios de inmigrantes –sumidos en la violencia hasta hacía muy poco- se convierten en lugares pacíficos y agradables para vivir.
A pesar de que el autor no había dicho casi nada sobre la trama de la novela, esta se conoció y corrió de boca en boca. La polémica no tardó en explotar. Además, esta no era la primera vez que la ficción de una de sus novelas coincidía con la realidad. La polémica Plataforma termina cuando unos extremistas musulmanes atacan varios locales de la zona turística de Bangkok. Días después de su publicación, 200 personas murieron en Bali cuando un suicida detonó una serie de bombas en su zona de discotecas. Estas terribles coincidencias lo han llevado a explicar más de una vez que las novelas de ficción no tienen ningún impacto social.
Sumisión, por cosas del azar o no, se agotó en cada uno de los países a los que llegó y se adelantó su publicación en otros. La novela demuestra –una vez más- la agudeza de su autor para identificar las tensiones que afectan a la sociedad moderna. En La posibilidad de una isla (2005) la trama gira alrededor de la clonación de los seres humanos y cuestiona la creciente idealización de la juventud. “La vida es un proceso de envejecimiento –dice el autor en entrevista con el Paris Review-. Por eso, ese excesivo amor por la juventud termina por convertirse en una negación de la vida y nos hace olvidar lo importante que es la sabiduría que conlleva la experiencia”.
El pensamiento que anima Sumisión es igual de introspectivo. La idea inicial era que la novela narrara la historia de François, un especialista en el escritor decadentista francés Joris-Karl Huysmans, que pasaba de ser un ateo convencido de que la ciencia es la única capaz de descubrir la verdad, a encontrar las respuestas más acertadas en la Biblia. El libro reflexionaba sobre la sentida necesidad de hombres y mujeres de tener algún tipo de conexión íntima con el espíritu. Pero el clima social que vivía Francia hizo que el complot cambiara. Sin embargo, en Sumisión el éxito de Ben Abbes se debe a que los electores están buscando algo más que simples beneficios económicos para la clase media y trabajadora.
Houellebecq ha tenido que explicar una y otra vez que su novela no es islamofóbica, pero si así lo fuera, tendría todo el derecho de publicarla. Esto es lo que significa libertad de prensa y a fe que la ha ejercido a lo largo de su carrera. Al escritor –ganador del premio Goncourt en 2010 por El mapa y el territorio- le fascina ser políticamente incorrecto. Ha sido acusado de racista y misógino, llega borracho a las entrevistas y de vez en vez se queda dormido en medio de ellas; más de una vez ha afirmado que la prostitución le parece una maravilla y varios de sus libros giran en torno al poco mencionado –pero numeroso- grupo de los que no tienen vida sexual por el simple hecho de que son feos.
“Houellebecq es un actor de sí mismo”, explica para SEMANA Eduardo García Aguilar, escritor y periodista de AFP. Desde hace varios años juega a exacerbar su imagen pública de escritor polémico. Se sabe feo y se preocupa poco por su apariencia: tiene el pelo largo, se viste mal, no tiene casi dientes y se fuma cuatro cajetillas de cigarrillos al día.
Si bien es cierto que su libro no es islamofóbico y que para escribirlo leyó el Corán y se reconcilió con esa religión, también es cierto que cae en el error de caricaturizarla. Así como juega a exagerar su imagen para ser cada vez más polémico, describe el islamismo resaltando lo que occidente considera estereotipos de esa religión: el conservatismo religioso y la opresión a las mujeres, entre otros. Los musulmanes quedan entonces convertidos en un grupo homogéneo en el que no existen las individualidades.
La novela seguirá vendiendo y abriendo polémicas. Por ahora, la gran pregunta que se hacen los franceses es si Sumisión aumentará la latente islamofobia en el país. La respuesta tal vez solo se conocerá en 2017 cuando se realicen las próximas elecciones presidenciales.
26.1.15
El curioso libro francés que hipnotizó al mundo
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