Todos somos Charlie
En este diálogo, el semiólogo analiza cómo el atentado contra Charlie Hebdo profundiza la islamofobia
París. Repudio al atentado. En alto, la tapa de Charlie Hebdo con las predicciones de Houellebecq./revista Ñ
Se debe condenar con la más absoluta firmeza un acto bárbaro que no puede encontrar justificación alguna. Pero al mismo tiempo no se debe caer en las reacciones de odio”. Este es el primer comentario en caliente del semiólogo Tzvetan Todorov frente al atentado contra Charlie Hebdo. “En acciones de este tipo, el islam es sólo un pretexto para expresar resentimiento y un deseo de venganza muy difuso –agrega el estudioso francés, autor de ensayos como ‘El miedo a los bárbaros’ y ‘Los enemigos íntimos de la democracia’–. Son pulsiones a las que no se les da importancia, pues la atención se detiene en las motivaciones ideológicas y religiosas aparentemente reivindicadas por los perpetradores”.–¿Una venganza contra quién y qué?–Se trata de un resentimiento generalizado hacia Occidente de parte de quienes creen actuar en nombre del islam pensando vengar ofensas soportadas por musulmanes de todo el mundo. Naturalmente es sólo una ilusión. Sobre todo, con sus acciones monstruosas, los terroristas acaban por alimentar aún más la ya difundida intolerancia hacia los musulmanes y los argumentos de los partidos xenófobos de toda Europa.–¿Existe un rasgo particular de la sociedad francesa que pueda explicar un acto de este tipo?–No lo creo porque las tensiones alrededor del islam se manifiestan desde Alemania hasta Holanda, desde Noruega hasta Inglaterra. Hay cada vez más en Europa un clima de sospecha hacia los musulmanes, motivo por el cual se debe estar muy atento a no asimilar todo el islam a los terroristas que pretenden actuar en su nombre. Los terroristas son asesinos que desearían crear una fisura insalvable entre los musulmanes y el mundo occidental. Este era el sueño de Bin Laden, quien con el ataque a las Torres Gemelas buscaba favorecer una reacción violenta contra todo el islam, de manera que todos los musulmanes del planeta se sintiesen amenazados y en guerra. El sueño de los terroristas es hablar en nombre de todo el islam, mientras en realidad representan apenas una ínfima minoría. La gran mayoría de los musulmanes no se reconoce en ese discurso delirante.–¿Por qué atacaron justo a Charlie Hebdo?–Porque el semanario, a raíz de sus caricaturas de Mahoma, estaba asociado a una crítica acérrima del islam, lo cual para los terroristas es una práctica intolerable y una ofensa.Charlie Hebdo se sintió siempre libre para criticar tanto al islam como a la islamofobia. No es casual que el número de esta semana tenga una caricatura de Houellebecq, cuya novela contribuye al clima de sospecha.–¿Es un ataque a la libertad de expresión y de prensa?–Simbólicamente sí, y como tal es un acto muy grave que debe ser condenado. Pero a propósito de esto, desearía recordar que no es justo considerar la libertad de prensa como el pilar central de la democracia. El verdadero pilar de la democracia es la idea de que en un sistema democrático todo poder tiene limitaciones. Y eso debe valer aún para la prensa, que adquiere legitimidad precisamente del hecho de que es capaz de ponerse límites. Pero es un asunto más general que naturalmente no puede servir para justificar actos de terrorismo.–¿Cómo reaccionar a los ataques como el de Charlie Hebdo?–Se necesita una reacción muy firme para controlar más el extremismo islámico. Sin embargo, se debe cuidar no desencadenar nuevos focos de odio ni caer en la trampa de la islamofobia. Resistir sin odio ha sido el ideal de los hombres justos y en mi opinión es la manera más eficaz de combatir el mal. No me hago ilusiones, porque los episodios de este tipo desencadenan deseos de venganza. Pero odiar el mundo musulmán sería de facto la victoria de los terroristas, quienes son los mejores aliados de la islamofobia.Copyright diario “La Repubblica”, de Italia.
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