Un crimen y una investigación son los ejes de La vida fácil, novela que transcurre en un rincón violento de Nueva York donde se mezclan "los chinos, con su pragmatismo; los jóvenes afroamericanos, dominicanos y puertorriqueños, que no tienen nada que perder; y los blancos, que vuelven borrachos a sus casas y a los que les roban", explica en esta entrevista.
"El escritor Richard Price, guionista de la exitosa serie de televisión The Wire, ha elegido como protagonista de su nueva novela el Lower East Side de Manhattan, "un lugar en continuo cambio donde conviven distintos mundos" que están unidos por el delito.
La vida fácil (Mondadori) arranca con un robo que se convierte en el asesinato de un joven camarero aspirante a actor, Ike Marcus, a partir del cual surge la dura realidad que hay bajo la superficie de la ciudad y de los personajes.
"No es cinismo, pero la verdad es que necesitamos el crimen, porque estos delitos son, desafortunadamente, los elementos que unen los mundos de una ciudad, y en esta interacción se basa el libro" afirma Price.
La novela supone una visión realista de la decadencia urbana y de unos personajes tremendamente complejos característicos del escritor neoyorquino.
"No me considero parte del realismo social literario, soy un escritor realista en la medida en que enseño la realidad como una cámara, pero nunca pretendo juzgar", sostiene el autor, que participará estos días en Madrid y Barcelona en un ciclo de conferencias titulado Narrar en la era de la imagen, y organizado por la obra social de la entidad bancaria La Caixa.
Al hablar de los personajes, Price explica la complejidad de relatar la historia de Billy, el padre de Ike Marcus, por la "terrible sensación" de meterse en la piel de alguien que pierde un hijo.
Para Price, lo más importante al redactar es el "ritmo" de la narración que va marcado en los diálogos.
"Intento que mi lenguaje sea musical y que muestre como la gente habla, como se comporta y lo rápido que van las cosas. Soy un escritor realista en la observación y musical en la escritura o, al menos, eso intento", señala.
Famoso por su labor como guionista de The Wire, considera este proyecto una labor "maravillosa" que ha permitido mostrar de la manera "más profunda y más dramática" por qué en las ciudades "no funciona nada", pero aclara que el mérito corresponde a su amigo y creador de la serie David Simon.
"Es cierto que se inspiró en mi novela Clockers para escribir 'The Wire', pero ha sido una labor titánica y todo el mérito es suyo, yo sólo escribí cinco capítulos", asegura.
En relación a su labor como guionista, Price admite que trabaja en Hollywood "por dinero", para poder escribir lo que le gusta.
"En un guión no hay literatura es un proceso de negociación cada vez más frustrante en el que tienes que conseguir que el actor esté entusiasmado, el director contento y que el productor firme cheques de 300 millones de dólares", añade.
Price afirma que el proceso "más tedioso" al que se ha enfrentado es convertir sus novelas en guiones. "¡Ya he escrito esa historia una vez! y ahora toca reducirla a 130 páginas no literarias, en la que se va todo lo bueno", se justifica.
"Pero tengo que pagar facturas y los dos o tres años que me lleva un libro, así que ahora mismo tengo dos pilotos de serie escritos y estoy adaptando el guión de La vida fácil", explica.
Price prepara ya una nueva novela. "Será sobre Harlem -anuncia-, donde vivo, me estoy dedicando a hablar con todo el mundo y me encanta, en cuanto salgo de mi casa estoy en mi libro".
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