22.12.11

Edición legal de 'Cien años de soledad' tumba a la pirata en China

Yin Zhendong y Shen Bolou tradujeron la edición pirata (oficial), de finales de los 70
Con China en la OMC, las obras de García Márquez pirateadas debieron ser negociadas por la vía legal. foto.fuente:eltiempo.com

En un contrasímil de antiguos versos chinos que hablan de que el árbol preferiría la calma pero el viento no cesa, más de un millón de dólares amainaron las furias de Gabriel García Márquez para la publicación, por fin, en chino, de la versión autorizada de Cien años de soledad, que, según las noticias, llega ya al millón de ejemplares vendidos en ese país.

Ha sido también un bálsamo del olvido para Shen Bolou, el traductor de El general en su laberinto, a quien Gabo, en 1992, le dedicó en un ejemplar en castellano de esa obra: "Al amigo Shen, el mayor pirata del mundo".

Junto con Ying Zhendong, el par de Shen en las traducciones de obras de Mao Zedong y Deng Xiaoping emprendió en los años 79-80 la traducción de las novelas de autores latinoamericanos al chino.

Lo llamo a China y le pregunto si en el encuentro con el Nobel, en 1992, en el World Trade Center de Pekín, donde Gabo se hospedó, le obsequiaron algunos de sus libros en chino:

"No, pues sabíamos que estaba descontento y, entonces, ¿para qué agravar las cosas? Fui a verlo al hotel con otros dos
traductores de su obra: Shen Bolou y un profesor de la Universidad de Pekín. Le expresamos nuestra bienvenida y le nombramos las obras suyas que habíamos traducido. Fue cortés con nosotros, pero no habló mucho. Sabía que no estaba en nuestras manos la solución al problema".

El próspero editor chino Chen Mingjun fue el autor de la reconciliación de García Márquez con China. Si nos atenemos a los rumores, pues ni aquel ni Carmen Balcells han soltado prenda, el precio fue de 1,2 millones de dólares.

Según Ying, "es muy probable que la suma sea de ese orden, pues GGM tiene que sentirse recompensado por todo lo que no se le pagó antes de que China ingresara a la Organización Mundial del Comercio (OMC). "Es diez veces lo que le ofrecimos los chinos hace más de 30 años: 120.000 dólares. Nunca respondió".

¿Quién los incitó a leer 'Cien años de soledad'?

Sh. B.: Fuiste tú, Lao En (viejo Enrique). ¡Flaca memoria! Liu Xiliang, quien más tarde sería viceministro de Comunicaciones, fue tal vez el primero de los 1.000 millones de chinos en leer esa novela y en entusiasmarnos para que la tradujéramos en su compañía.

Y. Zh.: Pero no era ese el momento. Por los aspectos sexuales, que entonces eran considerados como pornografía. Escogimos algunos de los capítulos más inocentes, y se publicaron en revistas literarias. Eso ocurrió en los años 1980, 81 y 82. La fundación de la Asociación de la Literatura Iberoamericana en 1979, año de arranque de la apertura china, marcó el auge en China del boom latinoamericano. De 1979 a 1995 tradujimos unas 200 obras de los más famosos autores de esa región.

¿Por qué fue tan grande el impacto de 'Cien años de soledad' en China?

Y. Zh.: No soy tan perspicaz como para opinar que esa obra refleja la realidad de América Latina. A mí lo que más me impresionó de ella fue el lenguaje, su fluidez, el régimen de las preposiciones en Márquez, la forma como aplica a un sustantivo un adjetivo preciso pero inesperado. Y, por supuesto, me impresionó el realismo mágico.

¿Por qué lo llaman Márquez?

Sh. B.: Nos confundimos, porque ustedes con frecuencia se hacen nombrar con dos apellidos y los chinos solo con uno, el del padre o la madre. Además, entre nosotros el apellido va delante del nombre.

¿Qué dificultades encontraron al traducir 'El general en su laberinto'?

Sh. B.: No las hubo, pero pienso que si lo tradujera de nuevo, saldría mucho mejor. Tengo ahora a mi disposición el Lexicón de colombianismos de Mario Alario Di Philippo.

¿Errores tuyos o de otros al traducir colombianismos?

Sh. B.: Míos, no creo, pero sí de un colega que tradujo una biografía de García Márquez, donde encontró la palabra 'mamagallismo' y la interpretó textualmente como pin douji zhui , lo que se lee en chino así: "el ismo de mamar el gallo".

¿No existe algo parecido a ese término en chino?

Sh. B.: ¡Claro que sí! Al menos cuatro formas equivalentes. Se las sugerí a mi amigo, para que lo corrija.

¿Antes de ponerse a la tarea como traductores de Gabo y otros en los años 80, ¿no pensaron que había que pedir permiso, firmar contratos?

Y. Zh.: No creíamos que con traducir y publicar a esos escritores violáramos las leyes, porque China no pertenecía aún a la Organización Mundial del Comercio (OMC) ni había firmado la Convención Universal de Derechos de autor. Además, China no exigía que a sus autores se les pagara afuera. Pero Gabriel García Márquez no estaba contento. Tenía una irritación acumulada cuando en 1992 nos reunimos con él en Pekín. A partir de 1992, luego del ingreso del país a la OMC, hasta estos días, cuando han aparecido las obras de García Márquez legales, no volvimos a publicar. La piratería no desapareció, pero se convirtió en objeto de censura pública.

¿Va a la cárcel un pirata?

Y. Zh.: ¡No! Se le castiga con una multa.

¿Se vendieron muchos ejemplares de aquella primera edición de 'Cien años de soledad'?

Y. Zh: Muchísimos. Esa obra ejerció una gran influencia en una cantidad de chinos de varias generaciones, entre ellos, muchos autores y traductores.

Pero escritores y traductores son el 0,1% de los chinos...

Y. Zh.: Más los millones de lectores cultos, suma y verás.

¿Se debió ese furor a la carga de sexo que hay en la novela?

Y. Zh.: No, los lectores chinos de GGM son cultos. Les apasiona, como a mí, el proceso de la creación de Macondo, descripciones como aquella en que Remedios la Bella levita y sube al cielo.
Pero no ocurre igual con los tibetanos, a quienes esa parte de la novela no les produjo ninguna emoción, porque para ellos levitar es cosa corriente.

¿Suprimieron párrafos de esa obra en chino?

Y. Zh.: Sí, algunas descripciones demasiado explícitas de los genitales masculinos. En esta última edición, la primera legal, no se suprime nada, porque ahora los chinos miramos eso con ojos muy diferentes.

¿Cuáles son los latinoamericanos más leídos en China?

Y. Zh.: Borges, Allende, Cortázar, Fuentes, Vargas Llosa.

¿A cuál comparan con Gabo?

Y. Zh.: Isabel Allende es para nosotros la García Márquez femenina.

¿Cuándo y cómo llegaron al chino los libros de Vargas Llosa?

Y. Zh.: Casi al mismo tiempo que los de García Márquez. Zhao Deming, profesor de la Universidad de Pekín, escribió el primer artículo sobre la obra de Vargas Llosa y en 1981, publicó su traducción de La ciudad y los perros.

¿Cómo compara a estos dos Nobel de América Hispana?

Y. Zh.: Están al mismo nivel, pero las obras de Vargas Llosa son más accesibles para los chinos, mientras que para comprender Cien años de soledad se requiere un esfuerzo mayor.

¿Cómo le parece Vargas Llosa como persona?

Y. Zh.: Es guapo, perspicaz, talentoso y amable.

¿Y García Márquez?

Y. Zh: No lo conozco bien. Mario, en cambio, reveló todo cuanto había que decir de su vida en una conferencia aquí que tituló Testimonio de un escribidor.

¿Le preguntaron por su relación con Gabo?

Y. Zh.: No, porque sabíamos que no le gustaría.

Vargas Llosa dijo que le sorprendió que no le preguntaran de política...

Y. Zh.: Es un escritor, y entonces había que aprovecharlo en el campo de la literatura. Además, conocemos bien sus apreciaciones positivas sobre China. En cuanto a otras, si las tiene, no las conocemos.

¿Hay un autor chino que se parezca a Gabo?

Y. Zh.: Todos lo admiran, pero comparables con él, solo algunos de comienzos del siglo pasado como Lu Xin, Mao Dun y Guo Mo Ro.

Enrique Posada es Director del Observatorio Virtual Asia Pacífico de la U. Jorge Tadeo Lozano. Su novela En China dos veces la vida fue traducida al chino.

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