Hoy, a las 6:00 p.m., el escritor Roberto Burgos Cantor conversará con la novelista y poeta Piedad Bonnett. foto:archivo.fuente:elespectador.comLa poeta colombiana presenta oficialmente su libro Explicaciones no pedidas, por el que recibió el Premio Casa de América de Poesía Americana
¿Sirve de algo la poesía para lidiar con la vida?
Sí. Escribirla produce placer y pareciera darnos sentido. Y transformar la experiencia en lenguaje tiene, como tantas veces se ha dicho, un efecto catártico, liberador. También le sirve al lector, porque despierta en él emociones y lo acerca a la belleza y a los misterios del mundo y del lenguaje.
Y a la sociedad, ¿para qué le serviría hoy en día la poesía?
Para eludir cada tanto el bullicio del mundo, la trivialidad que nos abruma, y recuperar el contacto con lo medularmente humano.
¿Sienten los poetas, los escritores, una necesidad de dar explicaciones no pedidas? ¿Cómo es esa idea que subyace al título del libro?
Los poetas dedicamos la vida a escribir cosas que nadie nos demanda, que nadie echaría de menos si no existieran. En ese sentido, nuestros poemas son explicaciones no pedidas.
¿Cómo resultó el ejercicio de desterrar el impulso narrativo de este libro de poemas?
Cada libro tiene que ver con el momento vital del escritor. No tuve que desterrar ningún impulso. Quizá ahora me interesa más lo reflexivo, lo contemplativo. Y por eso he vuelto a lo puramente lírico.
Dice que el tema del sueño se coló en esta obra…
Sí, como se cuelan en el sueño los muertos y los olvidados. Es que pocas cosas hay tan sugestivas y misteriosas como lo que ocurre en esa pequeña muerte que es el sueño. La poesía y los sueños comparten el mismo lenguaje, que es el de los símbolos.
Se habla siempre de los efectos comerciales de los premios, pero ¿qué efectos trae un premio para la literatura y la persona misma del poeta?
No hay artista que no tenga siempre alguna duda sobre su talento. Los premios son empujoncitos, formas de decirnos que a otros les gusta lo que hacemos. Pero los premios no dicen la última palabra sobre nada.
Hay gente que le teme a la poesía… un verso con el que franquear ese temor…
Estos de Borges: "El arte debe ser como ese espejo/ que nos revela nuestra propia cara".
¿Recuerda cómo es que se hizo poeta?
Como los adolescentes: buscando palabras para decir el amor, el miedo, las penas.
¿Se busca siempre la belleza en un verso o a usted, como poeta, la acechan otras búsquedas formales?
Me interesa la belleza, pero sobre todo la que nace de lo disonante, de lo prosaico, de lo brutal. La que incomoda, como la de la pintura de Lucian Freud o la música rock.
Ha estado por años en la academia… ¿La escritura es, entonces, un arte que se puede aprender?
En los talleres se pueden desarrollar destrezas y aprender de los maestros, pero el talento no se enseña.
Si la obligáramos a mirar hacia atrás, ¿qué diría que ha determinado su escritura: qué temas, qué obsesiones, qué incertidumbres?
Me interesan los desencuentros, la herida, la insatisfacción. También la infancia, la familia, el amor...
¿Cómo sabe un poeta que tiene un filón para escribir un poema? ¿Pasa como cuando se tiene una anécdota para una historia?
Un poema nace de un pequeño destello, de una visión fugaz que encierra una promesa de belleza y sentido.
¿Hay algo de Piedad Bonnett que se revele más en su poesía que en su novela?
Sí: mi propia cara.
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