Para 2015, cuando se estima que el 80% de los habitantes tendrá teléfonos inteligentes o una PC tablet, la conexión inalámbrica será prácticamente tan gratuita como omnipresente en la capital coreana
A medida que las ciudades se vuelven más populosas y complejas, tratan de mantener a sus habitantes conectados la mayor cantidad de tiempo posible para seguir siendo competitivas, vivibles y gobernables. La búsqueda urbana pasa cada vez más por lograr que se tenga acceso a las conexiones de alta velocidad en cualquier parte, a toda hora y a un precio razonable.
Seúl está a la cabeza. Además, dicen funcionarios de la ciudad, aún no hemos visto nada. En los próximos 3 ó 4 años, el programa de infraestructura Seúl 2015 establecerá nuevos hitos en lo que respecta a conexión. "Llevaremos el bienestar digital a cada rincón de la ciudad", dijo Hwang Jong-sung, que está al frente de la Oficina de Planificación del Sistema de Información de la Ciudad de Seúl, que dirige Seúl Inteligente, un plan de 900.000 millones de wons -792 millones de dólares- de transformación de los servicios municipales para una era de Internet móvil.
Para 2015, cuando se estima que el 80% de los habitantes tendrá teléfonos inteligentes o una PC tablet, la conexión inalámbrica será prácticamente tan gratuita como omnipresente. Las autoridades municipales están instalando zonas inalámbricas Wi-Fi en todos los espacios públicos de la ciudad, lo que comprende 360 parques, 3.200 intersecciones y 2.200 calles de los alrededores de shoppings. La gente que cuente con un aparato inalámbrico ya no tendrá que entrar a un cibercafé ni esperar hasta llegar a su casa para chequear su e-mail o recibir actualizaciones bursátiles.
Seúl ya ocupa el primer lugar en una encuesta global de "e-gobiernos" locales de la Universidad Rutgers en Nueva Jersey. Nueve de cada diez habitantes tienen conexión inalámbrica a Internet de alta velocidad. Los ciudadanos pueden hacer copias de su declaración de impuesto a las ganancias, pagar todas las cuentas municipales y reservar una localidad en la sala local de conciertos a través de Internet.
Para 2015, podrán hacer eso y mucho más con teléfonos inteligentes.
Los contratistas que aspiran a trabajar con el gobierno de la ciudad ahora deben presentar sus ofertas online. Ese proceso ha contribuido a reducir la corrupción en un gobierno municipal en el que alguna vez los sobornos fueron tan habituales que se lo apodaba "bokmajeon", el equivalente coreano de la caja de Pandora. Para 2015 todos los estudiantes coreanos tendrán computadoras tablet en lugar de libros de texto impresos. Las tareas se subirán online en lugar de llevarse en las mochilas.
Seúl también incorporará para 2015 un servicio de seguridad que permitirá a los padres que teman que secuestren a sus hijos seguir sus pasos por medio de computadoras y teléfonos inteligentes. Se equipará a los niños cuyos padres lo soliciten con etiquetas electrónicas.
La ciudad también espera reducir un 10% su tasa de criminalidad mediante la instalación de más cámaras de circuito cerrado, algunas de las cuales pueden detectar un grito de auxilio. Ese grado de conexión está cambiando la forma en que se administra el gobierno y en que la gente vive en esta ciudad de diez millones de habitantes.
Hace poco, Yoon Hyo-mi, una estudiante secundaria, pasó como una exhalación por un molinete electrónico de la estación de subterráneo Gwanghwamun del centro de Seúl. El chip de su tarjeta bancaria pagó la tarifa.
Ya en la calle, en una parada de ómnibus, un cartel electrónico anunciaba que el ómnibus de la joven pasaría seis minutos después.
Si ésta lo deseaba, podía chequear una actualización en tiempo real de la hora estimada de llegada a cualquier lugar de la ciudad usando un teléfono inteligente, y podía hacerlo desde cualquier lugar. La aplicación de teléfono inteligente es una creación de un compañero de colegio suyo, que utilizó los datos de la intrincada red de ómnibus de Seúl. Se trata de una creciente fuente de información municipal que la ciudad pone a disposición del público para alentar la creación de aplicaciones de teléfonos inteligentes. Luego de subir al ómnibus y de que el chip de la tarjeta que llevaba en la billetera volviera a pagar el boleto, Yoon se sentó y se dedicó a ver una clase de inglés online en su teléfono.
Roland Villinger, que está al frente de la filial de Corea de McKinsey & Company, dice que las empresas electrónicas globales reconocen que Seúl es un lugar de creciente importancia en lo que respecta a innovación. La encuesta de "i-consumidores" de McKinsey de este año determinó que los coreanos del sur fueron los que más rápido adoptaron los teléfonos inteligentes entre los seis países estudiados. Los otros cinco fueron Gran Bretaña, Alemania, Japón, España y los EE.UU.
Para Min Seong-joon, un empleado de Pantech, una firma local fabricante de teléfonos celulares, por ahora la nueva tecnología significa mayor comodidad.
Hace poco la ciudad sufrió una ola de calor, y Min usaba su teléfono inteligente desde el auto para prender el aire acondicionado de su departamento de modo tal que estuviera fresco a su llegada. "En un futuro próximo ni siquiera habrá que tocar el teléfono inteligente", señaló Kang Shin-dong, que dirige iDosi, una firma de desarrollo de software. "El software de la casa y del auto determinará dónde estamos y prenderá las luces, el motor y la música cuando lleguemos."
Seúl está a la cabeza. Además, dicen funcionarios de la ciudad, aún no hemos visto nada. En los próximos 3 ó 4 años, el programa de infraestructura Seúl 2015 establecerá nuevos hitos en lo que respecta a conexión. "Llevaremos el bienestar digital a cada rincón de la ciudad", dijo Hwang Jong-sung, que está al frente de la Oficina de Planificación del Sistema de Información de la Ciudad de Seúl, que dirige Seúl Inteligente, un plan de 900.000 millones de wons -792 millones de dólares- de transformación de los servicios municipales para una era de Internet móvil.
Para 2015, cuando se estima que el 80% de los habitantes tendrá teléfonos inteligentes o una PC tablet, la conexión inalámbrica será prácticamente tan gratuita como omnipresente. Las autoridades municipales están instalando zonas inalámbricas Wi-Fi en todos los espacios públicos de la ciudad, lo que comprende 360 parques, 3.200 intersecciones y 2.200 calles de los alrededores de shoppings. La gente que cuente con un aparato inalámbrico ya no tendrá que entrar a un cibercafé ni esperar hasta llegar a su casa para chequear su e-mail o recibir actualizaciones bursátiles.
Seúl ya ocupa el primer lugar en una encuesta global de "e-gobiernos" locales de la Universidad Rutgers en Nueva Jersey. Nueve de cada diez habitantes tienen conexión inalámbrica a Internet de alta velocidad. Los ciudadanos pueden hacer copias de su declaración de impuesto a las ganancias, pagar todas las cuentas municipales y reservar una localidad en la sala local de conciertos a través de Internet.
Para 2015, podrán hacer eso y mucho más con teléfonos inteligentes.
Los contratistas que aspiran a trabajar con el gobierno de la ciudad ahora deben presentar sus ofertas online. Ese proceso ha contribuido a reducir la corrupción en un gobierno municipal en el que alguna vez los sobornos fueron tan habituales que se lo apodaba "bokmajeon", el equivalente coreano de la caja de Pandora. Para 2015 todos los estudiantes coreanos tendrán computadoras tablet en lugar de libros de texto impresos. Las tareas se subirán online en lugar de llevarse en las mochilas.
Seúl también incorporará para 2015 un servicio de seguridad que permitirá a los padres que teman que secuestren a sus hijos seguir sus pasos por medio de computadoras y teléfonos inteligentes. Se equipará a los niños cuyos padres lo soliciten con etiquetas electrónicas.
La ciudad también espera reducir un 10% su tasa de criminalidad mediante la instalación de más cámaras de circuito cerrado, algunas de las cuales pueden detectar un grito de auxilio. Ese grado de conexión está cambiando la forma en que se administra el gobierno y en que la gente vive en esta ciudad de diez millones de habitantes.
Hace poco, Yoon Hyo-mi, una estudiante secundaria, pasó como una exhalación por un molinete electrónico de la estación de subterráneo Gwanghwamun del centro de Seúl. El chip de su tarjeta bancaria pagó la tarifa.
Ya en la calle, en una parada de ómnibus, un cartel electrónico anunciaba que el ómnibus de la joven pasaría seis minutos después.
Si ésta lo deseaba, podía chequear una actualización en tiempo real de la hora estimada de llegada a cualquier lugar de la ciudad usando un teléfono inteligente, y podía hacerlo desde cualquier lugar. La aplicación de teléfono inteligente es una creación de un compañero de colegio suyo, que utilizó los datos de la intrincada red de ómnibus de Seúl. Se trata de una creciente fuente de información municipal que la ciudad pone a disposición del público para alentar la creación de aplicaciones de teléfonos inteligentes. Luego de subir al ómnibus y de que el chip de la tarjeta que llevaba en la billetera volviera a pagar el boleto, Yoon se sentó y se dedicó a ver una clase de inglés online en su teléfono.
Roland Villinger, que está al frente de la filial de Corea de McKinsey & Company, dice que las empresas electrónicas globales reconocen que Seúl es un lugar de creciente importancia en lo que respecta a innovación. La encuesta de "i-consumidores" de McKinsey de este año determinó que los coreanos del sur fueron los que más rápido adoptaron los teléfonos inteligentes entre los seis países estudiados. Los otros cinco fueron Gran Bretaña, Alemania, Japón, España y los EE.UU.
Para Min Seong-joon, un empleado de Pantech, una firma local fabricante de teléfonos celulares, por ahora la nueva tecnología significa mayor comodidad.
Hace poco la ciudad sufrió una ola de calor, y Min usaba su teléfono inteligente desde el auto para prender el aire acondicionado de su departamento de modo tal que estuviera fresco a su llegada. "En un futuro próximo ni siquiera habrá que tocar el teléfono inteligente", señaló Kang Shin-dong, que dirige iDosi, una firma de desarrollo de software. "El software de la casa y del auto determinará dónde estamos y prenderá las luces, el motor y la música cuando lleguemos."
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