El escritor sueco, premiado en Santiago de Compostela por los alumnos de un instituto
Este martes por la tarde, Mankell charlaba con periodistas y alumnos sobre su faceta de escritor de novela negra e intelectual comprometido. Se nota que ninguna obra suya le hace sentir más orgullo que el Teatro Avenida de Maputo la compañía teatral que dirige en Mozambique y con la que que ha llevado a escena a Brecht, a Shakespeare o a Lorca, ante un público en su mayor parte analfabeto. Henning Mankell nació en 1948 muy lejos de África, aunque desde hace 25 años pasa largas temporadas en Maputo.
"Fui a África por primera vez en 1971 porque quería ver el mundo desde una perspectiva distinta a la europea. Gracias a eso estoy entendiendo mejor la condición humana", asegura en portugués. Mankell era el único escritor a bordo de la flotilla humanitaria que en 2010 fue atacada por el ejército israelí cuando intentaba romper el bloqueo a Gaza. "Como intelectual tengo una responsabilidad y hago todo lo que puedo", dice ahora, aunque todavía no sabe si participará en la acción de este año. Se confiesa entusiasmado ante los cambios democráticos de los países árabes y llama a vigilar su evolución en los próximos meses. "Cuando me preguntan dónde está el centro de Europa, yo digo que ahora mismo está en Lampedusa. Tenemos un grave problema en el sur de Europa que hay que solucionar".
Las historias de violencia que ha novelado ?cuyos móviles enrevesados acaban destapando una lucha feroz por la dignidad? son inseparables de su faceta de autor comprometido. También El Chino, la obra que le ha valido el reconocimiento de los alumnos gallegos, puede entenderse así. El brutal asesinato de 19 personas en un pueblo casi deshabitado de Suecia acaba comprometiendo la estrategia de una China que se abre al capitalismo y a la conquista de África. La novela nace de la preocupación de Mankell por la toma de posición del gigante asiático en el continente africano. "Tenemos que estar atentos para que China no inicie una nueva posición colonialista en el mundo", advierte el sueco.
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