La historia de un asesino a sueldo que decide ; después de cierta fatiga con el crimen pagado, retirarse
Portada de El seminarista de Rubem Fonseca.
Es la undécima novela de este autor brasileño, Rubem Fonseca, un verdadero maestro de la consición con la palabra, desde su primera novela: El caso Morel. La historia es de un asesino a sueldo que decide; después de cierta fatiga con el crimen pagado, retirarse. Pero fuerzas oscuras no lo dejan salir de su antiguo y eficaz oficio de sicario.
La historia es envolvente, y de una precisión en la estructura, que me hizo recordar los viejos thrillers de los denominados, clase B de la época dorada del cine negro norteamericano de los años cuarenta y cincuenta. Es más, sentí la historia como si Fonseca la hubiera dejado con esa aura de color sepia, de las películas de época, -y qué época- en ese cromatismo del blanco y negro.
La trama lo va llevando a uno de la mano maestra de este narrador eficaz, con las decisiones de este asesino que no tiene reato, que no se arruga ante ningún asesinato, sea hombre o mujer; -y sin caer en contar la historia tal y cual se sucede en la prosa contundente y precisa- fue seminarista- que nos salpica, através de sus breves páginas toda una serie de sentencias en latin de muchos autores romanos, citas atrayentes y filosóficas sobre la condición humana.
¡Ah! Y los sicarios colombianos, nuestros tristemente célebres asesinos a sueldo, tienen su mención, que sale de la boca del propio Zé; así se llama el personaje central, los valora diciendo: " son sujetos de la peor calaña". Ni más faltaba cuyos nombres no son tan ajenos a nosotros; uno se llama Rafael, y el otro de apellido, Pérez.Y son de paso traficantes de cocaína.
Vale leerse este thriller a lo Fonseca, sin retorcimientos de trama, una historia sencilla pero ejemplar,-me refiero a la esencia literaria que corresponde, y en ningún caso al paradigma moral; al contrario, supremamente amoral, nada edificante del personaje sicario- en su planteamiento algo esteticista, como siempre en Fonseca, que nos deja perturbados, con estos personajes suyos que igualmente son tan nuestros, pero totalmente educados y llenos de crudo cinismo como eruditos y cultores del cine, y por supuesto las infaltables mujeres. Oh! las mujeres...
El seminarista
Rubem Fonseca
La otra orilla
Editorial Norma
172 páginas.
$39.000
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