Ilustración de Rebelión en la granja.Libros del Zorro Rojo publica Rebelión en la Granja, un clásico de George Orwell presentado con las ilustraciones del mítico Ralph Steadman
Portada de Rebelión en la granja.fotos.fuente:lavanguardia.es
Este 2010 también tendría que recordarse porque se cumplen sesenta años de la muerte de George Orwell. Editoriales como Libros del Zorro Rojo nos ayudan a hacerlo de la mejor manera posible, invitándonos a leer su obra. Esta 'Rebelión en la Granja' no viene sola, sino acompañada de cincuenta ilustraciones y bocetos del mítico Ralph Steadman, uno de los creadores – junto al escritor Hunter S. Thompson – de lo que se llamaría "periodismo gonzo", habiendo trabajado para medios como 'Punch', 'The New York Times' o 'The Daily Telegraph', desde donde ha ejercido la sátira política y social. El trazo, la tinta y el ingenio al servicio de la denuncia de las trampas en las que solemos caer, sin rechistar.
Orwell no lo tuvo fácil. 'Rebelión en la Granja' se erigió como una crítica al régimen comunista de Stalin justo cuando Inglaterra estaba concentrada en luchar contra Hitler. Los intelectuales británicos no podían, o no querían, ver los excesos de los rusos, una alianza fundamental en esos momentos. Hasta cuatro editores rechazaron el manuscrito. Fue en 1946, tres años después de su escritura, cuando el libro llegó a Estados Unidos y se convirtió en un éxito. Hoy, es un clásico de la literatura universal.
En la granja no aguantan más la opresión. Por eso, los animales se rebelan y deciden gestionar ellos mismos su día a día. Para ello, crean siete mandamientos, entre los cuales se declara que "todos los animales son iguales". Con el paso del tiempo, una acotación a esta frase explicará el inicio del abuso de poder "…pero algunos animales son más iguales que otros".
Es justamente ahí, en la legitimación de las excepciones en cuestión de derechos, desde donde crece la corrupción y se expande. Por ello, esta sátira nos habla tan claro y tan directo, tan al estómago, porque Orwell nos pregunta sobre la "normalidad" y los procesos por los cuales hemos confundido la ley con la ética. Con la pérdida de los matices, se cuelan todas las brechas que nos hacen más débiles, más vulnerables. Y con más ganas de buscar enemigos que, en realidad, habitan en granjas mucho peores que las nuestras.
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