En la era de la información el gran enemigo del aprendizaje es la distracción. Pero con buenas elecciones y disciplina se puede convertir la megalópolis virtual en una arcadia bucólica de aprendizaje. Esbozo de una Universidad Secreta, gratis y personalizada
EL PASADO: La Web cambió la forma de estudiar. Estamos en una epoca dorada para el autoaprendizaje.ilustración.fuente:Revista Ñ
Si quieres, y si tienes la voluntad, y por fin — (desafortunadamente, pero así es este mundo) si manejas el idioma inglés y estas conectado a la Red— puedes acceder a una educación que sería la envidia de Platón, Benjamin Franklin, Leonardo Da Vinci o nuestro mismísimo Borges — entre otros tantos ilustres pensadores, inventores y descubridores del pasado. La frase “abracadabra” que les abrirá las puertas a este universo es “OpenCourseWare” (abreviado con la sigla OCW).
Una palabra compuesta, como soft-ware, el opencourse-ware es una iniciativa liderada por universidades estadounidenses para liberar el material de sus cursos y hacerlo accesible a os usuarios de la web. “Open” significa “abierto”. Y “Course”, “cursada”. En fin, una especie de WikiLeaks (pre-WikiLeaks), pero humanístico, democrático, didáctico y filantrópico.
La Meca —en la opinión de este redactor— de esta iniciativa es en el sitio OCW del MIT, el Massachusetts Institute of Technology: una universidad fundada en 1865 que en algún futuro podría ser visto como un Atenas de nuestros tiempos. Los descubrimientos, inventos y Premios Nobel de ciencia que han salido de esta institución al borde del río Charles —al otro lado de la ciudad de Boston— en el poblado de Cambridge es sine qua non. Y justamente allí nació uno de los primeros intentos serios y fuertes de construir una universidad virtual basada en los contenidos reales del prestigioso centro de estudios e investigación.
En el sito Web del MIT OCW verán, con asombro —si no lo conocen— la abundancia de materiales que existen para utilizar sin ningún costo o compromiso. Cursos de biología, de aeronáutica, de física, de antropología, de estudios de medios, de lingüística, de Management… En fin, todo lo que ofrece la universidad. Es como una gran biblioteca pública, cada vez mejor abastecida – con videos de las ponencias, copias de los exámenes junto con sus respuestas, bibliografías (y cada vez más, materiales traducidos a otros idiomas)… Lo único que no se puede conseguir es un título universitario. Es un emprendimiento filantrópico, sin fines de lucro, que se mantiene a base de donaciones. Fue fundado a mitades de la década que se nos va y en el día de hoy ofrece materiales en más de 2000 materias.
Siguiendo la posta de MIT varias instituciones han seguido el ejemplo. Por ejemplo, la Universidad de Yale, cuyo sito OCW contiene videos de varios cursos introductorios de la universidad. Como ya se imaginan, solo hace falta buscar OpenCourseWare en la Web (tal vez cruzado con el nombre de ciertas universidades que les interesan), para ver la enorme oferta que existe para emprender un viaje autodidacta de lujo asiático. La idea de esta nota es que sea un comienzo, una introducción. En las próximas semanas, profundizaremos —con testimonios, criticas, guías— sobre la Universidad Virtual que uno se podría armar desde su computadora personal.
Justificadamente, una de las preguntas o quejas que podría hacer un lector de esta nota es ¿De qué me sirve esta información si no hablo y leo inglés? Por supuesto es una pregunta esencial. Pero, por ahora, nuestra respuesta es devolvérsela. Al fin y al cabo, la red se alimenta de la reciprocidad. Los invitamos, les pedimos, que abran un debate en nuestros sitios en Facebook y Twitter para indagar sobre el por qué de la preponderancia del mundo anglosajón en este movimiento. A partir de este diálogo, nuestro ideal es conocer y compartir las ofertas de OCW no solo en inglés, sino que en todos los idiomas del mundo. Siempre y cuando entren en una categoría distinguida de excelencia e utilidad.
Una vez que uno comienza a hacer un mapa de las oportunidades de auto-estudio que existen en la Web se hace evidente que las posibilidades no se limitan solamente a los sitos OCW propiamente dichos. Ese espíritu de compartir, que se evidencia en una forma lúdica (y a veces frívola) en sitios como YouTube, está presente con la misma fuerza en los campos académicos.
En este sentido, ampliar (describir y compartir) el espectro de oferta de materiales, también será un objetivo fundamental de esta serie de notas.
Por ahora los invitamos comenzar por el MIT OCW. En la universidad en sí, hay un largo pasillo del edificio central que se llama “El pasillo infinito.” Es un pasillo de 251 metros que funciona como la espina dorsal de la universidad. El nombre existió antes que la invención de la Red, pero sirve como un apodo justo para describir Internet.
Nota: Con este artículo de Andrés Hax inauguramos Laberinto educativo. Una serie de notas dedicadas al aprendizaje autodidacta de primer nivel en Internet.
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