Es el abismo entre el paradisíaco paisaje y la turbia realidad. A todas luces, una Suecia extraña y oscura, y repleta de McDonald'sAnn Rosman, autora de novela negra escandinava para seguirle la pista.foto.fuente:elmundo.es
Todo lo que hay en la nevera de Karin Adler es un trozo de queso y un tubo aplastado de caviar. Karin Adler es agente de policía en la comisaría de la pequeña localidad de Marstrand y a ratos se preocupa por lo que un café y un par de bollos pueden hacerle a su cada vez menos envidiable figura. Karin pasa sus días poniendo lavadoras y esperando su primer caso criminal. El día que llega lo hace en forma de anillo de boda. La primera novela de Ann Rosman, 'La mujer del faro' (Salamandra), pretende acabar con el reinado de Camilla Läckberg, en lo que a dama del crimen escandinavo se refiere.
La historia de 'La mujer del faro' es la siguiente. Aparece un cadáver frente al viejo faro de un islote cercano a la peculiar villa de Marstrand (donde reside la inspector Karin Adler, que acaba de aterrizar en Homicidios), en plan Laura Palmer, la desafortunada protagonista de 'Twin Peaks', la serie de David Lynch. La investigación cae en manos de Adler y su puntilloso compañero, el agente Folke. Al principio, lo único que tienen es un breve listado de desaparecidos y un anillo de boda. Pero cuanto más profundizan en la historia de los habitantes de la localidad, mayor es el abismo entre el paradisíaco paisaje y la turbia realidad. A todas luces, una Suecia extraña y oscura, y repleta de McDonald's.
Karin adora el café de McDonald's pero Folke no. Su primera discusión tiene lugar en el coche patrulla, mientras se dirigen al lugar en el que se ha hallado el cadáver. Karin le pide que se detenga frente a un McDonald's para comprar un café y Folke se niega, porque desde que leyó un reportaje sobre la comida basura se prometió que jamás volvería a entrar en uno de ellos. Folke es un ávido lector de la revista 'Consejos y Hallazgos' y de 'Cuerpo y Alma', y se sabe de memoria los horarios de todos los ferrys que unen Marstrand con los pequeños islotes vacacionales.
Con la maestría de cualquier dama del crimen que se precie (empezando por la gran Agatha Christie y cerrando el círculo con Patricia Cornwell, y poniéndole especial atención al trabajo de Sue Grafton, a quien Rosman parece más cercana), la nueva estrella 'negra' escandinava construye una retorcida trama que, sin alejarse de lo cotidiano (después de todo Karin Adler es sólo una chica en plena crisis de identidad, aquejada de todos los complejos que rodean a las chicas de su edad), explora los rincones más oscuros de la sociedad sueca contemporánea.
Porque Marstrand, y sus habitantes, son algo así como lobos disfrazados de corderos. Al menos en las novelas de esta joven e intrépida escritora que curiosamente reside en la localidad de la que tan siniestramente habla. Lo de intrépida viene de que ella misma, como Karin, es navegante (y como ella también tiene un barco de vela, de ahí que pose embutida en un anorak amarillo en la solapa de la novela), algo habitual en la tierra de los fiordos helados, pero ciertamente algo sorprendentemente raro entre las escritoras de novela negra. Habrá que seguirle la pista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario