Imágenes del movimiento que desde el Bronx conquistó el mundo
Hip-Hop Revolution:Fotografía/ Janette Beckman, Joe Conzo, y Martha Cooper. Abril 1 - Sept. 13, 2015./lavanguardia.com
El profesor Torres, del que no da más pistas que el hecho de que tiraba a bajo pero muy fornido, parece el responsable principal de que haya un par de fotos de Grandmaster Melle Mel. De que esas imágenes cuelguen en color en el Museo de la Ciuda de Nueva York, en lugar de aparecer en blanco y negro y de perfil en los álbumes de la policía.
Nació en 1961, al sur del distrito con peor fama de Nueva York. Vivió la peor época de incendios, asesinatos y drogas. De crío, cuando era Melvin Glober, esnifaba pegamento y robaba carteras, según confiesa en Just kids from the Bronx (Sólo niños del Bronx), libro reciente de Arlene Alda. Todavía cursaba quinto.
Aunque no precisa fechas, entonces surgió mister Torres haciendo gala del orgullo local: "Si no venís a la escuela, os iré a buscar a vuestra casa". Esas palabras se le grabaron a Melvin y un día, temeroso de que el maestro fuera a por él, no salió con su gang. Esa jornada, sus tres colegas de pandilla cogieron a dos chicas, se las llevaron al terrado de un edificio y las violaron. A una la despeñaron.
"Todo el vecindario sabía -rememora- que yo acostumbraba a ir con ellos. Sin embargo, yo no estaba porque se me quedó que debía acudir a la escuela a causa de mister Torres. Eso salvó mi vida entera". Así que gracias a ese maestro, del que no recuerda más que era bajito, cachazudo y que tenía lo que hay que tener, que diría Tom Wolfe, en lugar de ser carne de penitenciaria, o de cuneta, Melvin empezó a juntarse "con la buena gente" y a dedicarse a la música.
De esta manera, nació por segunda vez, ahora como Melle Mel, rapero y uno de los pioneros del hip- hop, el último gran movimiento de la subcultura neoyorquina parido en la dureza del Bronx y expandido por la ciudad y el resto del mundo. "El hip-hop es música y entretenimiento", sostiene Melle. Ambas cosas se conjugan en las salas que el citado museo de la Quinta Avenida de Manhattan -el Bronx, tan cerca y tan lejos- dedica a este fenómeno que mezcla sonido, palabra, dj's, break dance y grafiteros. Un fruto del asfalto en sus albores, con la ingenuidad del bebé, ajeno aún al espíritu comercial en que ha evolucionado al madurar.
La exposición se titula Hip-hop revolution. Además de escuchar canciones que marcaron ese momento, el núcleo duro lo compone el más del centenar de fotografías realizadas por Janette Beckman, Joe Conzo y Martha Cooper. Su trabajo, que abarca de 1977 a 1990, resulta como el de los documentalistas de los primeros pasos del movimiento forjado entorno a este ritmo. "Es una imagen de los días cuando el hip-hop era algo fresco", declara Beckman a Getty Images. "Sucedió -insiste- antes de internet, de la MTV, del estilismo, de las grandes y adineradas compañías discográficas. La gente contaba historias de su vida y simplemente hacía música. Ahora que los artistas quieren ser famosos y ricos, vienen de otro lugar".
El recorrido se caracteriza por su autenticidad e ingenuidad. Sin dejar de experimentar nostalgia por ese Nueva York que, siendo callejero, canalla y peligroso, desbordaba creatividad ilimitada.
Hip-hop revolution
MUSEUM OF THE CITY OF NEW YORK.
www.mcny.org
Hasta el 13/9
29.4.15
La revolución del hip-hop
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