Una de las principales teóricas del género, Joan Scott, lo dijo
claro: el género es una de las bisagras principales de articulación del
poder y de legitimación de la organización social, pero sólo es una
categoría útil para el análisis histórico en tanto pregunta. Como tal,
sólo puede ser respondida en contextos concretos o, como en el caso de Moralidades y comportamientos sexuales. Argentina, 1880-2011 dirigido por Dora Barrancos, Donna Guy y Adriana Valobra (Biblos), a través de investigaciones específicas.
Sabemos
que el género es una ficción reguladora –no una realidad sustantiva–
que construye categorías como “sexo”, “mujer”, “hombre”, “masculino”,
“femenino” o “naturaleza” con la intención política de (re)producir la
matriz heterosexual. Por otro lado, sabemos, también, que los cuerpos
que encarnan “correctamente” la norma genérica (también moral) son
culturalmente inteligibles mientras que los otros quedan relegados al
dominio de la abyección (versión posible de lo amoral).
Teniendo
esto en cuenta, este libro se propone un doble desafío: exponer las
articulaciones que dieron cuerpo a la matriz genérico-sexual de la
cultura argentina y/o latinoamericana, al tiempo que proveer de una
lectura crítica de sus incoherencias sintomáticas, de los
cuestionamientos y contradicciones que presentó. En este sentido, leer
–desde una perspectiva de género y/o feminista– los modos en que el
género y los comportamientos sexuales se construyeron o manifestaron
apunta, por un lado, a visibilizar aquellas zonas ciegas de la cultura,
ignoradas por la mirada (histórica, política, antropológica,
sociológica) hegemónica pero, también, invita a renovar metodologías
anquilosadas de investigación e, incluso, insiste en desafiar tópicos
establecidos de la enseñanza y el saber común. Así, cada texto incluido
aquí actualiza y ajusta los términos de la pregunta sobre el género y el
sexo, al tiempo que analiza los dispositivos que puso en marcha la
cultura para hablar de los afectos y las prácticas sexuales que estos
implicaron. Como resultado, traza una historia socio-política
heterogénea que no sólo pone en evidencia conflictos de toda índole sino
que impugna ciertos mitos fundantes de nuestra sociabilidad.
Si
aceptamos que en cada época conviven y se combinan diversos entramados
simbólicos y políticos, múltiples prácticas y relaciones sociales, el
recorrido que este libro propone no puede ser exhaustivo. Sin embargo,
abre un abanico de preguntas relevantes, que cobran cuerpo en las
intersecciones entre lo privado y lo público y que dan lugar a
problemáticas imprescindibles en la reflexión sobre lo contemporáneo: ¿a
través de qué estrategias la medicina y la prensa modelaron los cuerpos
de las mujeres? ¿Qué variaciones sufre, a lo largo del siglo, la
relación entre matrimonio y moral heterosexual? ¿Es posible trazar
vinculaciones entre prácticas sexo-genéricas disidentes y clase social?
¿Cómo mutaron las consideraciones y las acciones políticas en torno a la
prostitución, siempre serviciales a determinados modelos
socio-políticos y sostenidas sobre un mapa de pobreza y doble moral
social, a lo largo del siglo? ¿A partir de qué operaciones y en qué
arena política, el discurso médico construyó saberes patologizantes
sobre el lesbianismo? Y, frente a todo esto, ¿cómo son las narrativas
que construyó la experiencia colectiva de las mujeres amantes de otras
mujeres?
Los textos compilados procuran encontrar respuestas, y
lo hacen con buenos resultados. Su mayor riqueza consiste en desplazar
los interrogantes y habilitar la reflexión futura no sólo sobre las
determinaciones sociales sino sobre las luchas que allí se inscriben. En
este sentido, Moralidades y comportamientos sexuales revela su
dimensión política ya que propone una redistribución de miradas y
cuerpos, de voces e identidades y, en un gesto deshomogeneizante, señala
hacia posibles reorganizaciones de lo común.
*Arnes es investigadora del Inst. Estudios de Género de la Fac. de Filosofía y Letras (UBA).
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