Queremos tanto a Julio
A cien años del nacimiento de Julio Cortázar y a treinta de su
muerte, cada sábado se encienden los motores de una nave que sigue las
huellas del genial escritor argentino en Buenos Aires, la Reina del
Plata
Fervorosos lectores de la obra cortazariana en el recorrido en la Reina del Plata./lainformacion.com |
Como si de estaciones del juego infantil de la rayuela se
tratase, el Circuito literario Cortázar guía durante cuatro horas a
los visitantes por los lugares que marcaron la vida del escritor en la
capital argentina.
"El circuito está diseñado desde el año 1994"
pero hace poco que se puso en marcha para hacer "un abordaje de Cortázar
como escritor y su relación" con su "porteñidad", que lo llevaba a
estar "siempre referenciando la ciudad" en sus escritos, explica a Efe
la impulsora del proyecto y guía de turismo, Viviana Rivelli.
La ruta cortazariana comienza en pleno centro de la ciudad, cerca del departamento que inspiró su Carta a una señorita en París, para seguir hasta el Teatro
Colón, uno de los más importantes del mundo, donde vio la obra que lo
llevó a escribir Las ménades, del libro El final del Juego.
La
popular Avenida de Mayo sirve de hilo conductor de la relación de
Buenos Aires con París, ciudades vertebrales en su vida y su obra, y en
su intersección con la calle Perú, la cafetería London City, donde
"comienza y se desarrolla la novela Los Premios y que mañana reabre
sus puertas tras permanecer cerrada más de un año.
En ese eje se
marcan pistas sobre las estaciones del subterráneo de la línea A,
protagonistas de varios relatos, y el mítico Café Tortoni.
La
búsqueda incluye también miradas furtivas a la Galería Güemes, en la
calle Florida, a metros de Diagonal Norte, escenario redibujado en las
páginas de El Otro Cielo, relato con el que cierra Todos los fuegos,
el fuego.
Entre la Facultad de Derecho y el Museo de Bellas Artes, el "paredón rosado" que cita "Ómnibus" en su detalle del recorrido del autobús de la línea 168.
Y ya en el barrio de Palermo,
en Plaza Italia, la Sociedad Rural, sede de la Feria del Libro de
Buenos Aires, que Julio Cortázar ayudó a crear mientras trabajaba en la
Cámara Argentina del Libro, y referencia obligada del Cronopios y
Famas.
En la periferia, Chacarita y los entornos del cementerio a
los que se refiere en Bestiario, que también habla de Villa del
Parque y Agronomía, donde el escritor vivió, en un departamento de la
calle Artigas, junto a su madre y su hermana, entre 1934 y 1951.
En homenaje a su ilustre vecino, el puente situado sobre la avenida San Martín lleva su nombre.
Y en Balvanera, uno de los más populares barrios porteños, es parada obligada la escuela Mariano Acosta, donde se formó como maestro y nació la idea de La escuela de Noche y Torito.
La
peregrinación hace un alto en la Plaza Cortázar, en Palermo viejo, hoy
más conocida como Placita Serrano, su nombre hasta 1994.
"Allí
hacemos un acercamiento a los poemas que escribió, poco difundidos", a
metros de la rayuela que está dibujada en la calle en su homenaje,
señala Rivelli.
Un amplio recorrido tras los pasos de dejó
Cortázar en los 6.000 días que caminó por las calles porteñas en
distintas etapas de su vida.
Nacido en Bruselas el 26 de agosto de 1914, emigró a Francia en 1951 y regresó siete veces a Argentina hasta su muerte en París, el 12 de febrero de 1984.
En
diciembre de 1983, Julio Cortázar visitó por última vez a la Reina del
Plata, que jamás dejará que el escritor se vaya del todo
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