Mario Vargas Llosa reconoció hoy que ninguna de las novelas, obras de teatro o relatos que ha escrito ha nacido de la pura fantasía, y que siempre su imaginación va siempre de la mano de la memoria
Vargas Llosa reconoce que ninguna historia suya ha nacido de pura fantasía/lainformacion.com |
En la presentación de El héroe discreto que hoy hizo en la XXVII
edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) junto
al periodista Juan Cruz y a su amigo José Miguel Oviedo, admitió que por
ello tienen algo de razón quienes le consideran un autor "realista".
Antes de que comenzara la conversación, de casi una hora, el presidente de la FIL, Raúl Padilla, presentó al escritor como "un consentido de la FIL, y un héroe discreto de todos nosotros conocido y admirado".
Padilla
habló de la última novela, en la que el personaje principal, Felícito
Yanaqué, se rebela contra una mafia de extorsionadores y les planta cara
haciendo pública la extorsión a la que era sometido y ganándose a la
vez el respeto de sus conciudadanos.
"Nuestros países
latinoamericanos están llenos de estos pequeños titanes que sostienen el
mundo con el andamiaje de sus ideas y comportamientos, mujeres y
hombres solidarios que soportan la carga y penurias de la vida estoica
pero inteligentemente", dijo Padilla.
Posteriormente, en el
diálogo con Cruz y Oviedo, Vargas Llosa reconoció que, como en otras
ocasiones, fue el conocer esa historia real ocurrida en la ciudad de
Trujillo Perú y recreada en Piura lo que dio vida a la última novela.
A partir de ahí, el Nobel de literatura de 2010 reflexionó sobre su propia relación el realismo.
"Aunque
no creo mucho en esas clasificaciones de escritores realistas,
fantásticos, regionalistas, creo que si hay una razón por la que se me
podría llamar un escritor realista es porque creo que nunca, jamás,
alguna historia ha nacido en mí de la pura imaginación, de la pura
fantasía", apuntó.
Dijo que en alguna ocasión escuchó a un autor
francés muy popular decir que sus historias "le nacían primero como
formas" a partir de "cierta frase, un cierto ritmo, una cierta música".
"Eso
no me ocurre a mí jamás", apuntó el autor de La fiesta del chivo, La
casa verde y El sueño del celta, entre muchas otras historias.
El escritor admitió que para él "la imaginación necesita trabajar siempre sobre la memoria".
Los
personajes de sus novelas nacen de algo que ocurrió, añadió, "alguna
persona que conocí, algo que oí, algo que leí, algo que se convierte en
un recuerdo, en una memoria que poco a poco, sin que yo lo advierta al
principio muchas veces, genera como el embrión de una historia".
"Creo
que todas las historias que he escrito, novelas, cuentos, obras de
teatro, el punto de partida ha sido siempre algo que he vivido pero en
un sentido muy amplio de la palabra", apuntó.
En el caso de El héroe discreto (2013) el protagonista es "un pequeño empresario de
transportes de origen muy humilde que había publicado un avisito en un
periódico dirigiéndose a la mafia local y advirtiéndole que no iba a
pagar los cupos que le habían pedido".
La presentación de la
novela precedió a la inauguración que el escritor peruano hará mañana
del Salón Literario de la FIL, en un diálogo con el escritor israelí
David Grossman, uno de los eventos más significativos de las ediciones
de la Feria de Guadalajara de los últimos años.
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