Con su novela Tres ataúdes blancos, el escritor bogotano ganó el premio literario que han recibido Roberto Bolaño, Juan Villoro y Enrique Vila-Matas
Al principio de este año, cuando el escritor bogotano Antonio Ungar estuvo de vuelta en el país —después de años de ausencia— para el lanzamiento de una antología de sus cuentos, alcanzó a anticipar, con su timidez característica, que tenía casi lista una nueva novela. Ese manuscrito a medio terminar en los tempranos días de febrero que Ungar mandaría con el título tentativo de Miranda y con el pseudónimo de José María Loos a la editorial Anagrama, ganó este lunes el Premio Herralde de Novela 2010, uno de los reconocimientos más reputados de la literatura hispana.
Atrás quedaron sus aventuras con los personajes insólitos que habitaron sus cuentos, pasados parecen también sus rastreos de la memoria y esos viajes que lo llevaron a revisar en sus dos novelas pasadas, Zanahorias voladoras (2004) y Las orejas del lobo (2006), la infancia y la adolescencia. Su escritura ahora parece estar permeada por algo más vivo y palpitante, por algo presente. "Es una sátira a la política en América Latina, me invento un país que no existe, que se llama Miranda, muy similar a nuestros países, y me invento un líder que podrá ser leído en clave chavista en Venezuela o en clave uribista en Colombia. Creo también un personaje de 35 años que tiene que suplantar a un líder político y que pronto se vuelve incomodo para todo el poder. La novela es una cacería a este personaje", explica Ungar tras haberse enterado en Barcelona de ser el ganador del premio. "La realidad es tan desbordante que no me he tenido que inventar nada, he sacado eventos tomados del día a día, porque en Colombia o Perú ocurren algunas cosas que como material literario resultan excesivas", añade el escritor.
El thriller de Antonio Ungar, que el público conocerá como Tres ataúdes blancos, presenta una realidad deformada que echa un vistazo a los avatares políticos de toda América Latina. "Es un thriller en el que un tipo solitario y antisocial es forzado a suplantar la identidad del líder del partido político de oposición y a vivir todo tipo de aventuras para acabar con el régimen totalitario de un país latinoamericano llamado Miranda", explica el comunicado que emitió el jurado, conformado en esta edición por Salvador Clotas, Marcos Giralt Torrente, Luis Magrinyà, Vicente Molina Foix y el editor Jorge Herralde, y que premió el texto con 18 mil euros.
Ungar ya había bebido de la realidad para la creación de sus trabajos literarios. Sus experiencias cotidianas cuando apenas alcanzaba los 20 años e intentaba ser un exitoso arquitecto fueron convertidas en cuentos que retrataron siempre personajes anormales que vivían en los márgenes de la sociedad. Por otra parte, ser testigo de cómo se desenreda la vida en medio de uno de los conflictos políticos más tirantes del siglo XX mientras vive en Jaffa, Palestina, lo ha alentado a escribir crónicas periodísticas, trabajos con los que ganó en 2005 el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar.
Esta vez su novela no pudo eludir la realidad política. "Sigue siendo la realidad, pero una más dura, una deformada, y utilizo el humor para abordarla. Porque en Colombia tras una matanza, esa misma tarde ya hay un chiste, reírse de lo trágico es algo muy colombiano, hay algo que conecta la risa y la muerte", concluye el escritor que espera ver en menos de dos semanas su obra publicada en el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario