Shakespeare y El flautista de Hamelin "modernizados" por una tecnología que puede añadir información virtual a los libros. La experiencia de una editorial argentina
¿LITERATURA AUMENTADA? Todavía en pañales en nuestro subcontinente, los usos de la realidad aumentada asociados a libro aún están por definirse. Por Cecilia Boullosa.fuente:Revista Ñ
A más de 200 años de que los hermanos Grimm la escribieran y 800 años después de que empezara a circular de manera oral entre los campesinos del Medioevo alemán, ¿había algo para agregarle a la fábula "El flautista de Hammelin"? Una editora de libros infantiles argentina pensó que sí. Y le incorporó a este clásico popular realidad aumentada (RA), una tecnología interactiva que desde hace dos años es furor en mercados que van desde la telefonía inteligente, la medicina y la publicidad hasta la arquitectura y la seguridad vial, y que lentamente comienza a ser tenida en cuenta por la industria de los libros (en revistas, la norteamericana Esquire innovó en noviembre 2009 con una tapa en realidad aumentada de Robert Downey Jr.)
"Queríamos crear un espacio editorial diferente, que diera respuestas a algunas de las dicotomías del mundo editorial. Por ejemplo, la relación entre los libros y nuevas tecnologías", cuenta María Laura Caruso, de la editorial Manoescrita (presentada en sociedad en la última Feria del Libro de Buenos Aires). En el camino se cruzó con la realidad aumentada, cuya principal virtud es añadir información virtual a la realidad física, normalmente, en tiempo real.
La palabra clave es marker: está es la llave que permite pasar de un mundo a otro. Enfrentando este cuadrado blanco y negro a una webcam y descargando un software (en la dirección de la editorial) surgen animaciones, sonidos e imágenes que completan las ilustraciones y los textos con los que ya viene el libro.
Para debutar en la realidad aumentada aplicada a libros, eligieron dos clásicos: además de El flautista, "El andarín de la noche" (fragmento de "Sueño de una noche de verano"), ambos ilustrados por Iñaki Echeverría: "Elegimos estos libros no casualmente. Queríamos demostrar cómo dos polos opuestos como la tecnología y los clásicos podían tener un punto de contacto", dice Caruso. Y agrega: "Se plantean dos momentos de la lectura del libro, uno el momento intimo de la lectura y otro un espacio lúdico frente a la pantalla".
Primeros pasos
En la Argentina, la tecnología recién comienza a usarse. Para darse una idea: en la última Feria del libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires, que concluyó el 31 de julio, además de los libros de Manoescrita, sólo otro stand proponía una experiencia de realidad aumentada: el de Aula 365 (la red social educativa de Telefónica), donde los chicos, moviendo un cubo con un marker, podían observar imágenes planetarias que se proyectaban en las paredes.
"Creemos que la realidad aumentada tiene mucho futuro, sobre todo en lo que tiene que ver con la educación o el entretenimiento —dice Caruso—. Pero queremos dignificarla. Hay muchas cosas que se pueden hacer con esta tecnología, pero no todo se debe hacer o merece ser hecho. Es un camino que recién empezamos a recorrer dentro de las industrias culturales".
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