22.4.09

“Su política es el silencio”

Sonia Gandhi, la presidenta del Partido del Congreso de la India.


Una novela de no ficción que se adentra en los vericuetos del poder

En su más reciente libro, el español Javier Moro reconstruye la vida de la primera ministra India, Sonia Gandhi.


Angélica Gallón Salazar

“Un ruido seco, duro, indescriptible, la devuelve a la realidad. Suena como un tiro. O una pequeña explosión, todos los que han asistido a una cremación saben de qué se trata…. El cráneo ha estallado por efecto de la presión del calor. El alma del difunto está libre”. Ahí está parada Sonia Gandhi, desolada y sola sin saber lo que le espera tras la muerte de su marido, Rajiv Gandhi, hijo de Indira y primer ministro de la India. Está esa italiana, bella pero tímida, distante de todos los asuntos del Estado de cara a su destino. Ahí está el personaje protagónico del más reciente libro del español Javier Moro, una novela de no ficción titulada El sari rojo.

“Yo estaba en la India cuando asesinaron a Rajiv, y la escena con la que empiezo el libro, que es la de la cremación de su cadáver, la vi por televisión en directo, y la silueta de esa mujer golpeada de nuevo por el terrorismo —ya había tenido que sobrellevar la muerte de su suegra— se me quedó grabada y pensé que sería muy interesante contar la historia de esta familia, que lleva tanto tiempo en el poder, a través de una mujer, que es italiana y que retrata nuestro punto de vista occidental”, comenta Moro.

Sin embargo, si bien había encontrado un muy buen personaje, la historia que ineludiblemente tendría que ceñirse a los hechos reales no podría terminar con un final tan doloroso. Entonces, el autor del exitoso libro Pasión india (con más de un millón de lectores sólo en España y de la que se realizará una película este año protagonizada por Penélope Cruz) esperó un tiempo, intentó recoger información y romper el hermetismo de esa mujer de la que tan poco se sabía públicamente. Pero en 2004, cuando Sonia —extranjera y educada por monjas salesianas— asumió el poder que el partido de su marido le había exigido que liderara y arrasó en las elecciones, Moro supo que tenía el retruécano que necesitaba. “Soniaji —dice el portavoz de la comitiva utilizando el sufijo ji, que denota cariño y respeto— quiero que sepas que el Comité de Trabajo del Partido del Congreso (...) te ha elegido presidenta del partido (...) Te ofrecemos el poder absoluto del mayor partido del mundo”, queda consignado en la novela de Moro. Sonia se convierte entonces en la primera ministra india, cargo que ostenta actualmente.

Durante tres años el escritor se metió en las mismas entrañas de la India para socavar los más íntimos secretos de Sonia. Arrastrado por esta obsesión descubrió que este es un país escindido y muy diverso, en donde en la ciudad es raro no encontrar mujeres que ocupen altos cargo y que ejerzan la política, mientras que en los pueblo alejados de la modernidad y la urbe, aún pervive una India arcaica, en donde rigen las castas y en la que las mujeres son excluidas si caen en la desgracia de la viudez. También leyó y releyó libros sobre Indira Gandhi, consiguió que su secretaria, la que había acompañado a la mujer más poderosa de ese país por 20 años, le contara los pormenores de una historia romántica poco posible entre una guapa italiana y el heredero del poder indio.

¿Cómo fue el proceso de conseguir la información para contar esta historia?

El proceso fue muy pesado, porque Sonia no quiso soltar información, ella no quiere nunca que nadie escriba nada sobre ella, porque está en una posición muy delicada y cualquier cosa que diga es utilizada por la oposición para atacarla. Sin embargo, seguí porque estaba seguro de que podía hacer un libro sin hablar con ella. Tenía razón, pero me costó mucho rodearla.

¿Pero entonces nunca habló con ella?

La conocí en mayo pasado en un acto oficial; ya había terminado de escribir el libro, me le presenté diciéndole: “Señora, llevo tres años viviendo con usted”. Cuando supo que yo era quien estaba escribiendo el libro, me rogó que no le fuera a pedir que lo leyera, no lo había hecho en ocasiones pasadas cuando escritores se lo habían pedido, no lo haría con un español. Su política es el silencio.

¿Qué fue lo que más le impactó durante la investigación?

Descubrir la personalidad de Indira Gandhi fue una gran sorpresa. No sabía que fuera tan tremendamente contradictoria, con ese genio y ese carácter fantástico, una mujer capaz de hablar delante de un millón de personas y luego sentarse a gatas a jugar con sus nietos. Indira dijo una frase sobre India que en realidad la define a ella: “La India es todo lo mejor que puedas decir, y todo lo peor, las dos cosas son ciertas”. Y bueno, tuve encuentros maravillosos, como los papeles de Henry Kissinger, secretario de Richard Nixon, en donde se referían a Indira Gandhi como “Old bitch”, (vieja zorra) y eso era lo más simpático que decían de ella. En realidad las cosas que más me impactaron están en el libro, como esa campaña de esterilización que hizo Sanjay Gandhi, el hijo malo de Indira, que alcanzó a esterilizar a tres millones de indios. Fueron miles las historias con las que me encontré persiguiendo la vida de esta mujer.

¿Qué reacción provocó el libro en India?

Aún no se ha traducido a inglés, así que aún no sé si Sonia Gandhi ya lo leyó.



elespectador.com

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