Christian Schünemann, escritor alemán, de la nueva hornada de escritores de detectives.foto:internet.fuente:adn.es"Si buscas sangre, este libro no es para tí", así de claro se expresa el escritor alemán Christian Schünemann sobre la serie policíaca que protagoniza el peluquero Tomas Prinz
Schünemann no se identifica con la novela negra nórdica que presenta escabrosos casos que destapan otras realidades sociales, su pretensión es hacer novela detectivesca tradicional, y para el papel estrella ha escogido a un peluquero muniqués gay.
"Los peluqueros oyen y ven mucho, son muy observadores, les gusta analizar a la gente. Elegí ese personaje por eso, el que fuera gay fue un rasgo más", ha dicho a EFE el escritor.
"El primer caso del peluquero", "El hermano", y "La estudiante" son los tres títulos que publica la editorial Siruela con la acción en Munich, donde Schünemann trabajó un tiempo como redactor de una revista femenina.
"Es una ciudad donde hay mucha diversidad pero no deja de ser un pueblo grande, en el que todo el mundo se conoce", dice el autor, que convierte el salón de peluquería de Tomas Prinz en un punto de encuentro de la gente más variada.
"Prinz me permite pasear por escenarios que conozco muy bien con los ojos de alguien a quien todo eso le resulta ajeno y ante lo que se comporta de forma muy ingenua", explica el autor.
La sección de belleza de una revista femenina, el mundo del arte, la universidad son escenarios de los que Schünemann, de una manera u otra, ha formado parte antes de convertirlos en "lugares del crimen".
"Siempre estaré agradecido a dos personas. Una, a mi profesora de Filología Eslava que me aconsejó buscar algo fuera de la universidad y, otra, a la redactora jefe de Cosmopolitan que no prolongó mis prácticas en la revista. Ellos me empujaron a escribir", relata irónico el escritor.
En la actualidad, Schünemann compatibiliza su actividad literaria con su trabajo en televisión. El mundo de los culebrones ya aparece recreado en su última novela, "Daily Soap", que ha publicado recientemente en Alemania.
"Escribir para televisión y para novela son dos estilos completamente diferentes. Los culebrones me han hecho muy sensible a las frases hechas, a los lugares comunes que, en la novela, traduzco a mi propio lenguaje. Pero ambos trabajos me gustan y agradezco poder alternar la escritura en solitario de la novela, con la de equipo, de la tele", dice.
Pero si los mundos de Schünemann se cuelan en la vida de Prinz por las rendijas que abren los crímenes sin resolver, el mundo de la alta peluquería también ha despertado la curiosidad del escritor que dedica cada vez más páginas a describir las creaciones de Prinz.
"He pasado muchas horas en el salón del peluquero Ulrich Graf observando y charlando con él, su asesoramiento ha sido muy importante para la novela. Hasta me ofrecí en una ocasión a ayudar pero, en cuanto vió cómo le lavaba el pelo a un empleado, me invitó a seguir de observador", cuenta el escritor.
Schünemann reconoce que la novela negra está saturando el mercado, "en Alemania, la gente ya está un poco cansada", pero confía en que la mirada ingenua de su personaje "que juega a ser detective", traiga un poco de aire fresco al género.
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